martes, 28 de octubre de 2008

Cumpleaños

Tawaki cumple hoy 39 años. Hace unos meses, alguien – no se nombra a la pecadora – me preguntó si realmente tenía 38, porque le parecía a ella que la edad de mi perfil no cambiaba nunca. Bueno, cambia una vez al año, que ya es bastante.

Se acerca el final de la década prodigiosa y se acerca la crisis de los cuarenta; crisis que llevo sufriendo desde hace un par de años y que cuando llegue me parecerá agua de borrajas, porque ya la habré asimilado.

No soy de los que hacen balance en fechas determinadas, antes bien, pienso que cualquier momento es bueno para echar la vista atrás, aprender y plantearse nuevos retos. Reconozco sin embargo, que en cierto modo es inevitable y que la ocasión se presta a ello.

En este último año he conocido a mucha gente interesante, he gozado de buena salud, he podido viajar y ver lugares nuevos; regresé a África y, si Dios quiere, dentro de poco conoceré América del Sur. Por fin hice el curso de submarinismo, aumenté mi colección de fotos un poco más, y trabajé lo justo y necesario. Last but not least, he disfrutado con vuestras visitas, los amigos y con mi familia. En resumen, estoy contento, pero con ganas de quemar el mundo, bueno, lo que queda de él.

Os dejo una foto como regalo; una foto de Nueva Zelanda, un lugar en el que me lo pasé muy bien hace un par de años y al que os llevaré algún día, aunque sólo sea de manera virtual.


Carpe diem.

lunes, 20 de octubre de 2008

Kew Gardens I

He vuelto de mi viaje anual por Londres, donde además de trabajar, he pasado un fin de semana estupendo, con mucho sol y descubriendo lugares nuevos, como el Jardín Botánico de Kew, un amplio espacio de 120 hectáreas que forma parte del Patrimonio de la Humanidad desde 2003.

Si os fijáis bien, en la segunda foto se ve la silueta de una persona en la sombra, junto al árbol de la derecha. Os dará una idea de las dimensiones.




La silueta de la “Palm House” emerge como un submarino repleto de plantas tropicales. Este invernadero fue construido en 1849, en hierro fundido, pero ya os hablaré más de él en otra ocasión, porque aprovechando que hace sol pretendo llevaros de paseo por el parque.




Esto de aquí abajo es un acebo, solo que de tamaño XXL.


El parque se convirtió en Jardín Botánico Nacional en 1840, pero su historia se remonta a mucho antes. Se trata de una colección de plantas única en el mundo. Los que deseen saber más pueden pinchar aquí.




La “Temperate House” es otro de los pequeños invernaderos. De estilo Victoriano, se terminó de construir en 1898 y tiene 4880 metros cuadrados.



Hay plantas por doquier, pero la estructura es interesante de por sí.






Volvemos fuera, donde nos encontramos con este “angelito”





Más árboles. Parece que hemos llegado en el mejor momento para apreciar sus colores de otoño.




Espero que os haya gustado el paseo.

viernes, 10 de octubre de 2008

Nuevas ideas

Aquí está, la prueba fehaciente que muchos esperabais, de que me he vuelto loco. Si es que leyendo esos libros tan raros no podía ser una persona muy normal; si ya lo decía yo.

No ha sido efecto de la crisis, ni siquiera del exceso de trabajo que me asalta últimamente, es que anduve enredando por páginas de fotografía en las que descubro ideas nuevas que me llaman la atención.


La particularidad de esta foto es que no es tal, o al menos no la hice con una cámara, sino con un escáner, utilizando lo primero que encontré por casa. Deprisa y corriendo, como denotan esas marcas de Photoshop para disimular la unión entre los folios y esa oreja torcida, desproporcionada y rebelde; pero es que me marcho a Londres, en mi peregrinación anual a una City más temerosa y devaluada que nunca, y no tuve tiempo para más.

En este blog que recomiendo arriba, podéis encontrar cantidad de ideas y consejos referentes a la fotografía digital, aunque me temo que en inglés. La verdad, tanto tiempo con un escáner en casa y sólo se me había ocurrido poner fotos y documentos aburridos. Menos mal que los hay que piensan por mí y luego lo cuentan.

Nos vemos en diez días.

jueves, 2 de octubre de 2008

¿Cómo habla Dios?

Quiero dar las gracias a Thomas, que me recomendó este libro. He aprendido mucho, he coincidido y discrepado con el autor, pero por encima de todo, me ha hecho pensar.

Francis S. Collins es un famoso genetista norteamericano, que ha liderado el Proyecto Genoma Humano durante más de diez años. Un científico eminente sin ideas preconcebidas y de discurso inteligible. El Príncipe de Asturias de 2001 es sólo uno de los muchos premios importantes que ha recibido a lo largo de su dilatada carrera.

Su confesado ateísmo inicial ha pasado a una posición en la que ciencia y fe pueden ir cogidas de la mano. El estudio de los diferentes genomas y la certeza de que todos descendemos de un mismo antepasado común, ha obrado el cambio en su forma de pensar, pero no por eso cierra la puerta a otras opciones.

En su opinión, lo sobrenatural puede existir, pero primero hay que buscar una explicación racional a las muchas preguntas que nos rondan. Con el tiempo, la ciencia va despejando incógnitas, pero de momento no es capaz de dar respuesta a las grandes preguntas que todos tenemos en mente.

Los físicos están de acuerdo en que el universo empezó como un punto de energía infinitamente denso y sin dimensiones, con una gran explosión, conocida como Big Bang, hace aproximadamente 14 mil millones de años. Todavía no está claro si el universo se expandirá eternamente o si habrá una Gran Implosión.

El problema es que la existencia del Big Bang implica la pregunta de qué había antes de eso, o qué o quién era responsable. En opinión del autor, el Big Bang exige una explicación divina.


Por supuesto, cada uno es libre de adoptar la postura que desee, pero hay algunos factores que deberíamos tener en cuenta y que Collins describe con mucha claridad. De esta manera, se ha descubierto que:

1) La materia y la antimateria fueron creadas en cantidades casi iguales. Ese “casi” marca la gran diferencia. Si hubieran sido exactamente iguales, los planetas, las estrellas y las galaxias nunca habrían existido y, por descontado, nosotros tampoco. ¿Casualidad? ¿Suerte?

2) La forma en que el universo se expandió después del Big Bang dependió críticamente de la cantidad de masa y energía total, y también de fuerza de la constante gravitacional. Un cambio ínfimo en estas magnitudes habría impedido nuevamente la formación de planetas, estrellas y galaxias. ¿Casualidad? ¿Suerte?

3) Si la atracción nuclear que mantiene juntos a protones y neutrones hubiera sido más débil, sólo se habría formado hidrógeno en el universo. Si hubiera sido más fuerte sólo existiría el helio. Nosotros dependemos del carbono. ¿Casualidad? ¿Suerte?

No quiero aburriros, pero el libro va desgranando éstas y otras “casualidades” que han permitido que el ser humano forme parte del universo. La probabilidad de que todas hayan ocurrido a la vez es ínfima, prácticamente despreciable, pero lo cierto es que estamos aquí, haciéndonos preguntas.

Hay tres posibilidades:

a. Que haya una cantidad infinita de universos, bien sucesivos en el tiempo, bien coetáneos, y que nosotros vivamos en uno de ellos. Si incrementamos lo suficiente el número de universos aumenta la probabilidad de que se den las circunstancias necesarias.
b. Que exista un sólo universo, el nuestro. Simplemente se dieron las características adecuadas, cosa que como hemos visto, es harto difícil.
c. Sólo existe un universo y es el nuestro. Algo o alguien lo creó de forma consciente, voluntaria.

Con las leyes de probabilidades en la mano, la segunda opción es la menos plausible, lo que nos deja con las otras dos. Cada uno que elija según sus creencias.

En mi opinión, la costumbre que tiene la Religión de poner a Dios en todos los huecos que quedan sin explicar, le hace un flaco favor, porque la Ciencia, antes o después, va rellenando esas lagunas. Si Dios existe no necesita que lo inventemos ni que justifiquemos su presencia en cada acto “sobrenatural”

Por otro lado, confundimos Dios con Religión, e identificamos Religión con los seres humanos que la predican, que al fin y al cabo son eso, personas, con sus virtudes y sus defectos. No sé qué pensaréis vosotros, pero para mí, Dios, Religión e Iglesia son cosas completamente distintas.

Lo que nos dice Collins es que, independientemente de los fundamentalismos religiosos y científicos, de una parte y de otra, de los intereses económicos y de las luchas de poder, Ciencia y Dios no son necesariamente excluyentes como muchos pretenden hacernos creer.