El
edificio más emblemático de la ciudad, con permiso del Parlamento Europeo, es
la Catedral, declarada Monumento Histórico en 1862. Está algo encajonada entre
las calles y se imponen los picados fotográficos.
De estilo
gótico, es también el cuarto edificio religioso más alto del mundo. Su única
torre tiene 142 metros de altura.
Las esculturas proliferan en el
exterior.
En el
interior encontramos este bonito púlpito, además de unas ornamentadas
vidrieras.
El Palacio
Rohan, de estilo barroco, es uno de los edificios más importantes de la ciudad,
pero sólo pudimos echar un vistazo a una de sus puertas. En él hay tres museos,
el de Artes Decorativas, el Arqueológico y el de Bellas Artes.
Muy cerca
de la catedral encontramos la Casa Kammerzell, de arquitectura gótica tardía,
que fue construida en 1427, aunque se remodeló en 1467 y 1589. En su interior
se pueden ver frescos de Léo Schnug (bendita Wikipedia).
No me
habría importado probar aquí alguna cerveza artesanal. Quizás en mi próxima
visita pueda hacerlo.