jueves, 30 de septiembre de 2010

Piquetes informativos

Esta podría ser una noticia más, de esas que leemos por encima mientras damos un par de sorbos al café de la mañana, si no fuera porque se trata del hermano de un amigo mío y porque el tema del desprendimiento de retina me toca muy de cerca.

En este país de segunda, como explica él, o de tercera, como lo califico yo, se siguen conculcando impunemente los derechos de muchos ciudadanos en beneficio de una minoría, hipócrita, retrógrada y mediocre, que exige mucho y que sólo aporta problemas. Y no me refiero a los que hacen uso de su derecho de huelga, sino a los otros, a los que informan cortando carreteras.

Da igual que un recién operado deba pasarse dos horas tumbado en el asiento trasero de un coche camino de otro hospital. Lo que importa es que unos cuantos vándalos o quizás eran alanos, campen por sus respetos.

Como veis, yo ya he expuesto mi opinión. Os dejo la noticia para que cada uno saque las conclusiones que crea oportunas.



jueves, 23 de septiembre de 2010

El crucero Aurora

Atracado desde 1944 en el malecón Petrovskaya de San Petersburgo, junto a la academia militar, y convertido en museo en 1957, el buque es hoy un icono de la Revolución de Octubre.

El 7 de noviembre de 1917 (25 de octubre según el calendario juliano), un disparo de fogueo desde una de sus baterías, marcó a las 9.40 horas el pistoletazo de salida para el asalto al Palacio de Invierno. La Revolución había comenzado.



Este barco de la flota zarista, nombrado en honor de la fragata ¨Aurora¨, que había defendido con heroicidad una ciudad rusa en los tiempos de Guerra de Crimea, participó en 1905 en la batalla de Tsushima, en la guerra ruso-japonesa (1904-1905) y en la Primera Guerra Mundial. Durante la Segunda Guerra Mundial sus cañones fueron desmantelados y utilizados para defender la ciudad de San Petersburgo.


El crucero fue construido en los astilleros de ¨Nuevo Almirantazgo¨ en 1897 y fue botado el 11 de mayo de 1900, recibiendo su bautismo de fuego en la ya referida batalla de Tsusima en la guerra con Japón.

La bandera que podemos ver en las fotos es la de San Andrés, la bandera de Fuerzas Navales de Rusia. En la exposición de este museo flotante, a la que no pude acceder por falta de tiempo, hay más de 500 documentos originales, fotografías y objetos del barco que cuentan su historia.

 
Fuentes:




jueves, 16 de septiembre de 2010

Harold Edgerton

La cita anual con Photoespaña suele saldarse con algún descubrimiento interesante, y esta vez le ha tocado a Harold Edgerton, un científico más que un fotógrafo, que inventó el flash estroboscópico.

Casi un centenar de sus instantáneas se han expuesto por primera vez en España, en la sala de exposiciones del BBVA, en el Paseo de la Castellana.

Nacido en 1903 en los Estados Unidos, inventó un flash ultrarrápido que permitía congelar imágenes en millonésimas de segundo. El resultado, lo podemos observar en las fotos, como en la de este jugador de fútbol americano golpeando el balón.

Utilizando una cámara normal se apreciaría el movimiento, pierna y balón habrían quedado borrosos, pero con la técnica de Edgerton el instante queda congelado.

Nuestros ojos apenas pueden discernir diez imágenes por segundo, pero gracias a la técnica inventada por Edgerton se pueden apreciar muchos procesos cotidianos que nos pasan desapercibidos.

Tazas que se rompen, balas que atraviesan globos y manzanas a 24.000km/h, deportistas cuyos movimientos son captados en un instante infinitesimal.






La cámara súper lenta con la que vemos hoy las repeticiones en los partidos de fútbol debe su existencia a este ingeniero electrónico. Quizás sus fotos no sorprendan demasiado, pero hay que tener en cuenta que fueron hechas hace varias décadas.

También colaboró con otro grande del siglo XX, Jacques-Yves Cousteau, al diseñar el sistema de fotografía submarina del Calypso.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Teotihuacán I

Hace cuatro años, en mi anterior viaje a México hube de anticipar mi regreso y me perdí la visita a este lugar, hueco que he rellenado con creces el pasado mayo.

Había aterrizado a las siete de la mañana (después de un inusual vuelo de 13 horas en el que tuvimos que bajar hasta Canarias para esquivar la nube del volcán islandés Eyjafjalla), y recién llegado al hotel contraté un taxi que me llevara a Teotihuacán.



En realidad, Pablo es mucho más que un taxista, ya que es sociólogo, y tiene amplísimos conocimientos sobre la zona, y sobre antropología mesoamericana. Sus explicaciones fueron, además de amenas, muy interesantes.

Aunque el complejo puede visitarse andando, las distancias son grandes, y como el calor aprieta, conviene disponer de un vehículo. Si además es un guía con experiencia quien nos lleva, entonces podremos ahorrar tiempo y ver más cosas. Os lo recomiendo encarecidamente si vais por México capital.


El lugar en el que fueron hechos los dioses, eso es lo que significa este nombre que a los europeos nos resulta tan extraño. Poco a poco, según van pasando los días, nos iremos haciendo a estos topónimos, aunque nunca sin dificultad. No en vano, son muchos los pueblos y civilizaciones que han ido habitando este territorio a lo largo de los siglos.


Teotihuacán está en un valle, a unos 45km de Ciudad de México y a 2.300 metros de altitud. El complejo es muy extenso, y sólo ha sido excavado un 10%. Se estima que en el periodo Clásico, el de mayor apogeo, la ciudad pudo estar habitada por 200.000 personas, algo completamente inusual en la Europa de aquellas fechas (ss. II-VI).

Espero que el siguiente plano, encontrado en http://www.americas-fr.com/geographie/cartes/teotihuacan.html os sirva para situaros. También he decidido dividir la entrada en varias para no cansaros demasiado.



La línea roja del plano es la llamada Calzada de los Muertos, al final de la cual podemos encontrar la pirámide de la Luna. A medio camino está otra pirámide, más grande, llamada del Sol. Sus nombres proceden de una leyenda, aunque los estudiosos están cada vez más convencidos de que no son los originales. Al sur encontramos la ciudadela y el palacio de Quetzacoatl.


En realidad son pirámides truncadas que albergaban templos dedicados a los dioses en lo más alto. De estos templos, fabricados con materiales perecederos, no queda nada. Las piedras volcánicas con las que fueron construidas son pequeñas, a diferencia de las egipcias. Es fácil reconocer las sucesivas etapas de construcción, y cómo las pirámides fueron creciendo con el paso del tiempo.


La ciudad fue destruida en el siglo VII, sin que se sepan las razones. Parece ser que la tala masiva en los alrededores, para proveer de madera a los fabricantes del estuco que adornaba templos y palacios pudo tener una influencia decisiva en el abandono. Lo cierto es que apenas se sabe algo de sus habitantes.

En próximas entradas nos iremos acercando a los principales monumentos y os contaré más cosas.