miércoles, 26 de noviembre de 2014

Titlis I

Mis amigos me habían dejado solo en esta excursión de septiembre pasado. Muchos ya la habían hecho, otros no querían madrugar o tenían que ir de compras, pero yo no dejo escapar un sábado soleado en Suiza bajo ningún concepto. Es un bien demasiado escaso.

Como de costumbre, la SBB, la RENFE de aquí, me llevó puntual hasta Engelberg, donde después de caminar un poco alcancé el primero de los tres teleféricos que me acercarían hasta la cumbre.

Entre el segundo y el tercero vemos este lago, pero prefiero seguir subiendo y dejarlo para la vuelta. Aunque no hay nubes, no me fío un pelo del tiempo en Suiza, y no me quiero perder el espectáculo de las vistas.


Lo primero que me encuentro es un túnel excavado en el glaciar. No está mal, pero me gustó más el del Jungfrau, que era más largo y tenía más figuras de hielo.    


Salgo al exterior y veo esta cadena de montañas. No hay mucha nieve, ya que estamos al final del verano, pero pude observar durante el ascenso que ya están preparando las pistas. Lástima que el sol esté justo enfrente.    




Llego entonces hasta este puente que se bambolea con el paso de los turistas. Las vistas son impresionantes, aunque la malla protectora no nos deja sacar las fotos como yo quisiera; hay que hacerlo desde los extremos. Mirar hacia abajo hace que te tiemblen las piernas.    




Esta es la cumbre del Titlis. Algunos valientes la están escalando, pero yo me conformo con los miradores desde el pequeño Titlis, un objetivo mucho más modesto y fácil de alcanzar. También hay quien hace parapente.    





Este es el funicular en el que he subido hasta los 3.020 metros de altitud; se caracteriza por girar sobre sí mismo según asciende.    


El seis de enero de 1996, Donghua Li, un gimnasta chino que se preparaba aquí para los Juegos Olímpicos de Atlanta, encontró esta montaña con forma de buda. Su descubrimiento le trajo suerte, ya que se proclamó campeón olímpico.    





En la foto anterior se aprecia el buda en el centro. En estas dos que siguen se puede ver el puente colgante.    



El siguiente paso es tomar el telesilla, que nos lleva hasta esta otra zona de la montaña.






Después de dar varios paseos y de sacar muchas fotos, comencé el regreso a una hora prudencial. Aún tengo que ver de cerca el lago que me dejé al subir.

Continuará ...