En abril del año pasado comenté muy por encima un libro que me había gustado mucho del historiador israelí Yuval Noah Harari. Se titula
Sapiens. De animales a dioses. Creo que es de lo mejor que me he leído en mucho
tiempo, ya que no se trata de la típica historia de la humanidad, contada desde
un punto de vista cronológico, sino que nos muestra los hitos más trascendentales
con un enfoque ameno y novedoso.
¿Qué hizo que el Homo sapiens se impusiera al resto de especies animales? ¿Cómo hemos llegado a tener tanto éxito como especie? La
revolución cognitiva fue la chispa que encendió la llama, mientras que la
neolítica nos permitió aprender a colaborar en grandes grupos, creando
entidades imaginarias que nos impulsaron hacia nuevos límites. Los últimos 500
años fueron testigos de un avance sin precedentes que, sin embargo, pronto
quedará eclipsado por la revolución científica que ahora comienza.
Tenga o no razón en sus argumentos, parece que nos espera un futuro muy diferente, un futuro en el que no habrá Homo sapiens, al menos no
como los conocemos en la actualidad. ¿Nos convertiremos en androides? ¿en meras
máquinas? ¿qué nos deparan los inminentes e irrevocables cambios genéticos? ¿seremos
reemplazados por una inteligencia artificial?
Pocos libros me han hecho pensar tanto. Parece que
todo ello queda muy lejos y se nos olvida que hace menos de treinta años no
existía Internet. Es más, a nadie se le ocurrió predecir la aparición de las
redes sociales. El futuro está aquí, al otro lado del umbral, esperando a que
le abramos la puerta.
Pues bien, hace unos cuantos meses me terminé su continuación, Homo Deus. Breve historia del mañana, y he de decir que me ha
vuelto a sorprender, aunque mucho menos, ya que el autor – que demuestra ser
muy listo – dedica la mayor parte de este volumen a defender sus argumentos más
que a mostrarnos el futuro, mientras repite algunas cosas ya leídas en el
primer ensayo.
Deja clara su visión desde el principio, pero ahí queda cualquier perspectiva de futuro. Nos hurta sus predicciones, sabiendo quizás
que nadie acierta más allá de un puñado, siempre escaso, de años. La breve
historia del mañana del título es demasiado breve.
Controladas el hambre, las epidemias y las guerras (*),
¿qué nos queda por hacer? ¿Cuál es el siguiente paso? En opinión del autor, y
coincido con ella, vivir más años y en mejores condiciones, aprovechando la
biotecnología y la inteligencia artificial, lo que provocará el fin de nuestra
especie tal y como es en la actualidad.
Me parece fascinante, y lo único que siento es no estar presente para vivirlo, porque lejos de tener miedo al futuro, me embarga la
curiosidad. No en vano, la humanidad siempre avanzó gracias a los que supieron
ver más allá, a los que se embarcaron rumbo a lo desconocido mientras otros se
refugiaban temerosos en sus casas y sus rutinas.
(*) Unos números para los escépticos, sin querer
minimizar la tragedia de quienes los sufren: de los 56 millones de personas que
murieron en 2012, la guerra mató a 120.000 (0.21%) y el crimen a 500.000
(0.89%). En cambio, 800.000 (1.43%) personas se suicidaron y 1.500.000 (2.68%) murieron
a causa de la diabetes. Los 53 millones restantes fallecieron, entonces, por
otros motivos y ya hay estudios que muestran que la obesidad mata más personas
al año que el hambre. No hay que creer, pues, lo que nos muestran los medios de
comunicación; hay que ver más allá de los meros titulares y pensar por uno
mismo.
13 comentarios:
Esto último que pones es casi mi lema. La comprobación de los hechos debe ser esencial, ya que los titulares que se repiten a diario solo ensombrecen y llevan a una masturbación mental sin precedentes, por lo menos en lo que llevo de vida. Así lo demuestra lo que acontece en nuestro país. Veré de conseguir el primer libro. La epopeya de los que poblaron mi país fue increíble, la leí en gallego y los relatos de la travesía por mar era de situaciones extremas y superadas, por cierto con muchas bajas. Despertaste mi curiosidad y ahora que abriste la puerta salgo a ver si lo consigo. Cariños.
Tienen buena pinta los dos libros, el primero con más de diez millones de ejemplares vendidos a nivel mundial y recomendado por Barack Obama, Bill Gates y Mark Zuckerberg.
Y el segundo lleva la misma marcha para convertirse en otro bestseller internacional del mismo calibre.
Leyendo las estadísticas te se ponen los pelos de punta, con las guerras se pierden muchas victimas, pero lo que es sorprendente y cierto es que con la obesidad es peor que el hambre.
Vamos y estamos en los grandes avances científicos, siempre que sean buenos para encontrar buenos remedios para combatir el cáncer y dejar que la naturaleza haga siempre su curso.
Un abrazo
Una lectura profunda, para nada liviana y que no deja indiferente. Eso es lo que me ha parecido, tras leer tus reseñas de estos dos libros.
Es interesante poner en orden los hitos de la historia. Y es bueno dar con un punto de vista novedoso y ameno al respecto.
Miro hacia atrás y veo pasos gigantes que nadie en su momento pudo ni imaginar.
Miro hacia adelante y me pregunto ¿hasta dónde llegaremos?
Interesante. Gracias por compartirlo.
Es curioso como estos libros y personas como tú tratáis de deducir como será el futuro, mientras hay todavía muchas y hasta museos que siguen negando a Darwin y la evolución
Rosa María, el primero es mucho mejor que el segundo, especialmente cuando ya estás inmerso en la historia. No esperes el libro de historia habitual, es más bien un ensayo de lo que impulsó nuestra evolución como seres humanos, explicando que las reglas de juego están cambiando y que nos espera un futuro muy diferente. Por otro lado, estamos acostumbrados a creer lo que nos cuentan, sin meditarlo, y eso nos hace más manejables. ¡Hay que pensar por uno mismo!
Un jubilado, sí, se lo recomendé yo a ellos y me hicieron caso ;)) El primero me pareció mucho mejor que el segundo, y acaba de publicar un tercero, pero algo me dice que está matando a la gallina de los huevos de oro.
Mari-Pi-R, nos manipulan constantemente, lo sabemos pero no hacemos nada por impedirlo. DEbe ser que me gusta llevar la contraria, porque siempre pongo en tela de juicio esos titulares tan pomposos. Por lo general responden a una intención económica, y pensando por uno mismo se descubren muchas cosas interesantes. El futuro depende de nosotros, esa es otra de las advertencias del libro, y si desconocemos qué posibilidades hay, otros elegirán por nosotros.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Nélida G.A., llegaremos adonde nos lleven, porque cada vez nos parecemos más a un rebaño de borregos que se contenta con seguir al pastor. Tenemos más información que nunca, pero al ser tan grande el volumen estamos renunciando a procesarlo y dejamos que otros lo hagan por nosotros. El mundo que conocieron nuestros padres y abuelos está cambiando y las reglas evolutivas de entonces pronto quedarán obsoletas. El hombre (o la máquina) del futuro se está construyendo ahora, sin que nos hayan consultado en ningún momento.
Senior Citizen, la cuestión es que él no intenta adivinar el futuro, de hecho te dice que no sabrá cómo va a ser, pero sí te muestra los caminos que estamos siguiendo y adónde pueden llevarnos. Te obliga a preguntarte qué quieres tú, porque cuanto más sepamos, menos nos van a manipular y más podremos participar en nuestro futuro. Para ello, te cuenta cómo ha evolucionado la especie desde la Edad de Piedra para exponer luego que esas reglas están quedando ya obsoletas. Seremos hombres-máquinas o quizás meras inteligencias, o meras máquinas, nadie lo sabe, pero ese es el camino que estamos siguiendo, y más vale averiguar dónde podemos terminar, no sea que no nos guste. Como digo en la entrada, me gustn los libros que me hacen pensar.
Muchas gracias a las dos por vuestros comentarios.
Por lo que contás, me parece que han de estar interesantes ambos, mas allá de que el ultimo se repita no sea tan exhaustivo y se repita un poco. Si bien no soy de las que piensan en el futuro, trato de vivir y estar en el presente, no puedo imaginarme un mundo de androides. Es que con todo lo miserables que podamos ser como seres humanos, me parece que tenemos cosas muy bonitas y que son las que le dan magia, color y alegría a la vida. Mmmmm No sé...
Tendría que leerlos.
Buen domingo!❂
Discrepo
Nella, creo que enfoca la cuestión de la evolución de nuestra especie desde un enfoque novedoso. No se trata de predecir el futuro, sino de ponernos ante los ojos las alternativas que hay, para que veamos en qué dirección vamos y cuáles pueden ser las consecuencias. El problema de no pensar en el futuro es que otros sí lo hacen, de forma que luego tendrás que supeditarte a lo que venga en vez de participar en su construcción. El futuro no tiene por qué estar exento de magia, dependerá de nosotros.
Hal 9000, yyo.
Muchas gracias a las dos por vuestros comentarios.
Está claro que vivimos en una época de acceso a informaciones que eran impensables hace unas décadas. Procesar esos conocimientos y aprender de ellos puede ser la clave de un futuro con mejores expectativas para la humanidad y, por extensión, para el planeta. Claro que hay que contar con las consabidas distorsiones de esa línea temporal.
No sé Tawa; es un tema para debatir cara a cara.
beso
Una mirada, no será fácil adaptarnos a un mundo regido por las nuevas tecnologías, pero ese mundo no espera a nadie, por lo que más vale que nos vayamos haciendo a la idea. Me gustaría pensar que esa transición será pacífica, pero la historia de la humanidad nos indica que, por desgracia, muchos se van a quedar por el camino. Creo que vislumbrar lo que se nos viene encima puede ayudarnos a esa adaptación a la que me refería al principio.
Nella, los temas complicados siempre hay que hablarlos cara a cara, tienes razón. No pretendo aclarar nada con unas pocas palabras dispersas en una entrada en un blog, pero ahí está el futuro, y no nos va a esperar mucho tiempo.
Muchas gracias a ambos por vuestros comentarios.
Publicar un comentario