martes, 22 de abril de 2025

Plateosaurus

Se conocen unas 1.500 especies de dinosaurios. Pueden parecer muchas, pero los científicos creen que hay varios miles más esperando a ser descubiertas. Algunos, como el T-rex o el diplodocus son conocidos por todos; muchos más están en la sombra, esperando a que nos interesemos por ellos.




Entre el fin del Pérmico y el comienzo del Triásico, hace 252 millones de años, el 80-90% de las especies vivientes se extinguió. Los océanos fueron colonizados por reptiles marinos y los cielos por reptiles voladores. Hoy en día, los únicos dinosaurios que han sobrevivido son las aves. Porque esa es de las primeras preguntas: ¿Qué es un dinosaurio? y, sobre todo, ¿qué no lo es? Quizás este diagrama nos ayude a averiguarlo.




Fue Richard Owen (1804-1892) quien puso nombre a estos “lagartos terriblemente grandes” en 1842. Los dividió en tres géneros: el carnívoro Megalosaurus, el herbívoro Iguanodon y el acorazado Hylaeosaurus.

Encontrar un esqueleto completo es el sueño de cualquier paleontólogo, algo ciertamente inusual, pero de vez en cuando hay suerte.





Instagram me puso en bandeja esta exposición temporal en el Muséum d'Histoire Naturelle de Neuchâtel, y allá que me fui para verlo, sin ser consciente de la cascada de acontecimientos que se originarían: libros leídos en cuatro idiomas, visitas a otros museos, diversas exposiciones, etc.

Los plateosaurus vivieron en el Triásico, hace entre 214 y 204 millones de años. Aunque se reconocen tres especies, no hay consenso entre los científicos.





Descubierto en 1834 por Johann Friedrich Engelhardt y descrito tres años más tarde por Hermann von Meyer, lo podemos encontrar en unos cincuenta sitios distribuidos por Centroeuropa, principalmente en Alemania, pero también en Francia, Noruega, Suiza y hasta Groenlandia. Se trata uno de los dinosaurios mejor conocidos por la ciencia, y disponemos de cerca de 100 esqueletos, algunos de los cuales están casi completos. En Suiza hay fósiles en Frick, en el cantón de Argovia, y ya he visitado el museo de allí. Otro día os traeré esas fotos.




Continuando con la Wikipedia, plateosaurus (lagarto ancho) era un herbívoro bípedo con un largo cuello móvil, dientes afilados pero rechonchos para triturar plantas, poderosos miembros traseros, brazos cortos, musculosos, y manos prensiles con grandes garras en tres de sus dedos, posiblemente usadas para defenderse y alimentarse.






Los especímenes más pequeños encontrados medían 4.8 metros y parece que los adultos alcanzaban los 10 metros de largo. En cuanto a su esperanza de vida, es difícil de determinar, puesto que la mayor parte murieron como consecuencia de accidentes, pero se estima que vivían entre 20 y 30 años.






En esta exposición temporal tenemos uno de los tres esqueletos casi completos que se encontraron en la localidad de Frick. Este en concreto, cuyo sexo se desconoce, fue descubierto en 2015, pesa 1.500 kilos y mide unos ocho metros. El 80% de los huesos son originales, mientras que las partes en verde (en el cartel) muestran la reconstrucción.




El Plateosaurus fue de los primeros dinosaurios en aparecer en la Tierra. En su época, Europa se encontraba más cerca del ecuador, con temperaturas más altas y un clima que, alternando periodos secos con húmedos, favorecía el rápido crecimiento de las plantas. Aquí tenemos una de sus tibias.




En la última parte de la exposición encontramos una réplica, una reconstrucción hecha por Urs Oberli en 1997-98 que fue modificada en 2015. Fue expuesta en el Musée d´Histoire Naturelle de Berna, cuando se pensaba que este animal era un cuadrúpedo. En la actualidad, el esqueleto sería montado mostrando una posición bípeda.












Mi francés es bastante limitado, pero gracias a la cerveza artesanal, mi comprensión lectora del catálogo mejoró exponencialmente.

domingo, 30 de marzo de 2025

Marianne von Werefkin I - Ascona

Es curioso comprobar cómo a veces los acontecimientos se van encadenando como las cuentas de un collar sin que hagamos apenas nada para precipitar los hechos. En el catálogo de la Colección Merzbacher (os hablé de ella aquí) encontré una referencia a Marianne von Werefkin y al grupo de pintores rusos que se refugiaron en Ascona, al sur de Suiza durante la Primera Guerra Mundial.




Una visita al Museo Comunale d’Arte Moderna sació mis ansias de conocimientos sobre esta estupenda pintora, pero enseguida me creó nuevas necesidades. En este otro catálogo descubrí que otro museo en Múnich albergaba más cuadros suyos. ¿Y dónde tenía previsto ir unas semanas después? Por casualidad, a la capital bávara. Lo dicho, a veces la vida te pone el camino, la compañía y el medio de transporte en la puerta de casa.





Leyendo, investigando sobre la vida de esta pintora, expurgando la información errónea que unas webs copian de otras, he encontrado una historia fascinante que pretendo dividir en varias entradas.







Marianne von Werefkin fue una pintora expresionista rusa, nacida en Tula, cerca de Moscú en 1860. Su madre, también pintora, provenía de una familia de príncipes cosacos, y su padre fue un condecorado general de la época zarista.





Pasó su infancia en Vitebsk (Bielorrusia) y Willnau (Lituania) hasta que en 1886 la familia se trasladó a San Petersburgo. Allí se convirtió en alumna del pintor realista Ilya Repin y conocería a Alekséi Jawlensky, el hombre junto al que pasaría tres décadas. Su estilo en aquella época hizo que se la conociese como la Rembrandt rusa.





Cuatro años más tarde la pareja se mudó a Múnich, donde ella abandonó la pintura para impulsar la carrera de Jawlensky al tiempo que se dedicaba al estudiar la técnica pictórica, pero con el estallido de la Primera Guerra Mundial se exiliaron en Suiza. Vivieron unos años en St Prex, en el lago Leman, luego en Zúrich y finalmente en Ascona.








Nunca llegaron a casarse, quizás por sus diferentes clases sociales, quizás porque ambos recibían una pensión rusa que habrían perdido en caso de contraer matrimonio. Para terminar de complicar las cosas, Jawlensky se enamoró de Helene Nesnakomoff, la doncella de Werefkin, de quien tendría un hijo, de modo que su relación estuvo llena de altibajos. Tras la vuelta de Jawlensky a Alemania, Marianne encontró una nueva pareja, el cantante Ernst Alfred Aye.









En 1924 había fundado un movimiento artístico denominado Der Grosse Bär (La Osa Mayor) con otros siete miembros que procedían de Alemania, Estados Unidos, Países Bajos, Rusia y la propia Suiza: Ernst Frick, Albert Kohler, Walter Helbig, Otto Niemeyer-Holstein, Gordon Mallet McCouch, Otto van Rees y Richard Seewald.







La primera exposición se llevó a cabo en 1924, en el Café Verbano de Ascona. Werefkin donó un gran número de obras a la ciudad, y ahora podemos disfrutarlas en el Museo Comunale d’Arte Moderna. En otra entrada os hablaré de su estancia en Múnich y traeré más pinturas.

jueves, 20 de febrero de 2025

El museo egipcio de Turín II

Los que hayáis leído la entrada anterior ya sabéis que publico fotos de momias egipcias. Hoy continuamos donde los dejamos, con el recorrido por este fantástico museo.












Soy consciente de que es larga, pero me he encontrado con casi 2.000 fotos que primero tenía que clasificar y seleccionar. Una locura, porque no hay manera de elegir unas pocas que representen los ingentes fondos de este museo, y, como de costumbre, la entrada hace mucho que se me fue de las manos. No obstante, he optado por publicar más fotos que texto.









Además, algunas salieron movidas porque me llevé una cámara antigua con la que no es recomendable pasar de ISO 400, y no había demasiada luz, de modo que ¡voy a tener que volver!










El museo actual consta de cuatro plantas y 12.000 metros cuadrados. Hay 40.000 objetos, de los que se exhiben unos 3.300, mientras que otros 12.000 están en unas galerías anexas. En mi opinión, el valor añadido con respecto a otros museos que he visitado, es que aquí no se limitan a mostrar montones de piezas, sino que todo tiene un por qué. Es evidente que el disponer de tantos objetos ayuda, pero se nota la organización.









Espero que os haya gustado y que pueda seguir publicando con la asiduidad habitual. Cuando me lea los libros que compré seguro que le damos otra vuelta, esta vez, con más información.