jueves, 6 de agosto de 2015

Castillo de Chillon y Gruyeres

Regresábamos de nuestra excursión a Chamonix (ver entrada del 29 de octubre de 2014) donde nos habíamos quedado en este hotel.    


Sin prisa por llegar a casa, hicimos varias paradas por el camino. En Montreux, para tomar una cerveza junto al lago Leman, y para ver la estatua de Freddie Mercury, que me había saltado en anteriores visitas. Es curioso, cuando vi el edificio en el que nació, en Zanzíbar, no imaginé que también le haría fotos a este memorial.    



Pocos kilómetros más al norte volvimos a detenernos, esta vez junto al Castillo de Chillon, que está muy bien conservado, aunque fue modificado por los Condes de Saboya en el siglo XIII.    




Mis amigos no conocían Gruyeres, y yo estaba encantado de volver por dos razones: la primera, porque en Semana Santa del 2014 nos había llovido de lo lindo; la segunda, porque inexplicablemente me había saltado la visita al Giger Bar.    



El pueblo con sol cambia mucho, es más alegre y vistoso. Obviamos esta vez la visita al castillo, pero aún recuerdo la fondue de queso que nos metimos entre pecho y espalda.    






Cuando publiqué la entrada de Giger (27 de agosto de 2014) Nélida me preguntó por el famoso bar que hay junto al museo y descubrí, ¡oh, gran error! que lo había pasado por alto. Menos mal que a veces la vida te da una segunda oportunidad…    





Como podéis ver, la decoración se sale de lo común y sin que sea del gusto de todos, a mí me encanta. Es el segundo Giger Bar que he visitado (hay otro en Chur). 







Volvimos a entrar al museo, pero había perdido el efecto sorpresa de la primera vez.    



16 comentarios:

Ligia dijo...

Muy curioso lo del Giger Bar. Por lo que acabo de leer, sólo queda otro en Tokyo, aunque desligado del propio Giger, porque el de Nueva York cerró. Por tus fotos, Gruyeres debe ser muy bonito y acogedor. Abrazos

Caminar sin gluten dijo...

Siempre nos descubres lugares interesantes, y en esta ocasión además de el famoso castillo, también este brar tan curioso y decorado.

Continúa viajando y difrutando.

Abrazos

Ana y Víctor

unjubilado dijo...

La decoración del bar es un poco extraña, cuando menos singular.

Tawaki dijo...

Ligia, el de Nueva York iba a ser de los primeros, pero la falta de presupuesto hizo que al final se construyera en Chur, en Suiza. No sabía que al final había logrado cruzar el charco. Gruyeres es un encanto de pueblo, pero no más grande de lo que se aprecia en las fotos, apenas una plaza y un par de calles.

Caminar sin gluten, intento moverme todo lo que puedo, al igual que vosotros ;)) Giger tenía un estilo muy peculiar.

Un jubilado, si recuerdas la entrada de la visita al museo te darás cuenta de que es el mismo estilo. A mí me parece muy original y me gusta, aunque entiendo que haya gente que prefiera otras cosas. Choca un poco ver un bar así en un pueblo tan pequeño y tradicional.

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.

José Núñez de Cela dijo...

Como siempre hermosas fotografías. El Giger Bar, impresionante!

Saludos!

Mari-Pi-R dijo...

Me apunto a esta visita, el bar del museo menos mal que lo descubriste e la segunda vez debe de ser impresionante.
Un abrazo.

Senior Citizen dijo...

Este bar podría servir para ilustrar la historia de Jonás en el vientre de la ballena.

Atazina dijo...

Un recorrido ameno aunque cortito. El castillo me ha gustado mucho.
Saludos

nella dijo...

Me encanta el pueblo, su castillo y sus callecitas. En cuanto al bar, cuando necesite algún hueso, sé dónde buscar jajjaa. Es raro, no sé como me sentiría dentro de tanta osamenta.
besos

Tawaki dijo...

José Núñez de Cela, Giger era tan original que no cabe el término medio con su obra.

Mari-Pi-R, Suiza no deja de sorprenderme. Además de su lado más típico, conocido por todos, aparecen artistas como Giger que te cambian los esquemas.

Senior Citizen, no en vano la sargento Ripley entró y salió del monstruo.

Atazina, es más corto en la entrada que en la realidad, ya que nos llevó prácticamente el día entero. Fue variado e interesante.

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.

Contadora de Libros. dijo...

¡¡Qué entrada más bonita!!
Tengo que volver a Suiza, cada vez estoy más convencida.
Me gustó mucho la primera parte de tu entrada. Chapeau por las fotos.
Pero me gustó más la parte de Gruyeres, y como bien imaginarás porque me trae muchos recuerdos, porque estuve allí en su día y con tus fotos he vuelto a estar y porque me hizo especial ilusión haber sido yo, en parte, la que te "impulsó" a querer volver al lugar y ver ese bar tan peculiar que te habías pasado por alto.
Gracias por las fotos, como te dije en su momento, cuando yo fui estaba cerrado y aunque se podían ver muchos detalles del interior, mucho más completo ahora con tu reportaje. A mi también me gusta, un bar muuuy original que no pasa desapercibido y pienso que con independencia de los gustos y afinidades del visitante, merece siempre la pena tomarse algo allí. Es único, diferente.

Besos.

aitor dijo...

Conozco un poco esa zona y guardo un grato recuerdo del castillo de Chillón.
Al entrar me sentí transportado a sus tiempos gloriosos y me imaginaba toda la actividad y bullicio que algún día se vivió en su interior. Nunca se me olvida y eso que han pasado ya muchos añossss.
Un saludo

Giga dijo...

And I admired the statue of Freddie Mercury showered with flowers. I also Podba bar, has a very interesting decor. Regards.

Tawaki dijo...

Nélida G.A., tú eres la culpable, ja,ja,ja. Tienes que volver a Suiza, para recordar otros tiempos y para vivir los nuevos. Creo que por mucho tiempo que esté por aquí nunca terminaré de descubrirla. Me alegro haber podido acercarte el interior del café.

Aitor, Aitor, Aitor, Suiza tiene muchos alicientes y el único pero es su elevado precio, pero merece la pena visitarla. Me alegro de habertr hecho recordar buenos momentos.

Giga, Freddie Mercury was great, one of the best and Switzerland is a beautiful country, full of nice places to visit.

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.

El Guisante Verde Project dijo...

Gruyeres es un pueblo precioso, sus calles, el castillo... también ayudó el buen tiempo, jejeje, aunque al final de la tarde el cielo se desplomó sobre nuestras cabezas. Y si estás un poco despistado, te encuentras con el Bar, y ¡alucinas!
Saludos!

Tawaki dijo...

El Guisante Verde, imagina mi rabia al descubrir que había pasado por la puerta sin verlo en mi primera visita a Gruyères. Menos mal que a veces la vida te da una segunda oportunidad.