sábado, 3 de octubre de 2015

Verona I

Mi primera intención había sido aprovechar el puente de la Ascensión para ir a Zermatt, un rincón de Suiza que aún no conocía, pero las previsiones meteorológicas eran tan malas, que tuve que cambiar de plan.

Todos los trenes a Milán estaban a reventar, así que subí al de las 6.30 de la mañana. Después de varios cambios de vagón y de tren no previstos, producto de una desorganización a la que ya no estoy acostumbrado, llegué a Verona al mediodía, bajo un sol de justicia.

El hotel estaba muy cerca de la famosa Arena, adonde encaminé inmediatamente mis pasos. Se corrían las 1.000 millas y esperaba ver coches de época, pero la inmensa mayoría eran Ferraris relativamente modernos y enseguida perdí el interés.





En realidad ya no es una carrera propiamente dicha, después de que fuera suspendida en 1957 debido a un grave accidente que costó la vida a nueve personas. Se trata más bien de rememorar una época ya pasada, en la que las marcas de coches necesitaban de este tipo de publicidad.

Ya iremos paseando por la ciudad en sucesivas entradas; hoy nos conformamos con una pincelada, con ese anfiteatro romano que se ha convertido en icono de la ciudad de los enamorados por excelencia y un vistazo por encima de otros monumentos.


Estaban montando el escenario, ya que faltaba poco para el comienzo de la temporada de ópera. No había muchos turistas, como podéis ver.




Como no llevaba trípode, salió un poco movida en la hora azul.




Nos detenemos un instante en la “impostada” casa de Julieta, su famoso balcón y los graffitis que dejan los enamorados.



Paseamos por calles y plazas. Hay iglesias por todas partes, la mayoría con una decoración exuberante que me entretuvo durante horas. Santa Anastasia, el Duomo, San Zeno entre muchas otras.







Con el buen tiempo, las terrazas estaban animadas. La mayoría de los turistas se concentraban en los alrededores del anfiteatro o en Piazza delle Erbe, pero caminando un poco se encuentran lugares más tranquilos, agradables y baratos.



De todas formas, yo seguía con mi ruta de iglesias.






También hubo tiempo de tomar muchos aperol spritz.


Mi “chófer” ha estado muy liado con viajes de trabajo, así que la primavera pasada tuve que buscarme la vida sin contar con él, prescindiendo de algunas excursiones por el país helvético. De ahí que pueda publicar algunas entradas que, para variar, no se refieren a Suiza. Espero que os guste el cambio de aires.

14 comentarios:

Ligia dijo...

Casualidades de la vida, ayer aprendí en clase de italiano lo que era un aperol spritz, ja, ja... Como siempre, las fotos una belleza, de un lugar que me encantaría conocer. Abrazos

Mari-Pi-R dijo...

Un buen paseo por Verona, estuve hace algunos años, pero siempre va bien recordarla a través de otra persona ya que cada uno ve los ángulos distintos.
Que estupendo debe de ser asistir a un concierto en el anfiteatro romano, lo tienen muy bien conservado o mas bien decir bien restaurado.
Un abrazo.

nella dijo...

Un cambio de aire muy refrescante y eso que Suiza me parece preciosa. Por cierto, esto es más que unas pinceladas y te deja con ganas de más. El anfiteatro, la hora azul, maravilloso. Me voy con la foto de los grafitis; me late que algo ha de salir de esa maraña de sentimientos entrelazados.
besos

unjubilado dijo...

Ten cuidado con el aperol spritz que pese a tener "solamente" unos 15º de alcohol de media, se puede subir a la cabeza y luego hace que salgan las fotos movidas.
¡Ah! Y si lo bebes no pretendas conducir un Ferrari, ni moderno ni antiguo, que los alcoholímetros no están trucados como pasa con la VW.

Tawaki dijo...

Ligia, pues aquí en Suiza lo ponen buenísimo, y en Verona ni te cuento. Ahora te toca hacer prácticas después de haber aprendido la teoría, ja,ja.

Mari-Pi-R, no te creas que me hace mucha gracia que los monumentos pierdan tanto de su encanto, aunque entiendo que para su conservación sea también necesario sacarles un rendimiento. Creo que en Verona al menos lo hacen con cierta clase.

Nélida, es que como mi vida gira en torno a Suiza, me estaba volviendo un poco repetitivo. Con un poco de suerte veremos algunos sitios más fuera del país helvético.

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.

Atazina dijo...

Bien, pues renunciaremos a las montañas hasta que vuelvas a ellas. El cambio de aires siempre reconforta.
Saludos

Senior Citizen dijo...

Con lo del Aperol Spritz siempre me recuerdas una novela de Duras, Los caballitos de Tarquinia, en la que los personajes se pasan la vida hablando y bebiendo Campari, que por lo que dicen es muy parecido y a mí me gustaba hace años.

Un buen paseo, sí señor. ¿Decías que no estás en forma?

Giga dijo...

Para mí, Verona es una ciudad hermosa y se puede ver en las imágenes. Ella, también, después de dar un paseo. Saludos.

Contadora de Libros. dijo...

Un cambio de aires siempre apetecible, éste que nos regalas.
Preciosa entrada, gracias porque con ella, me llevaste de nuevo a Verona y hacía muchos años de mi visita.
Estuviste una mañana entera de viaje, pero vaya si mereció la pena!!!!!
¿Siguen pegando chicles en la fachada de la casa de Julieta?

Las iglesias que fotografiaste, tanto por dentro como por fuera,son muy bonitas.
Claro que, Verona entera lo es.

Y las fotos de la hora azul, me gustan mucho, te quedaron muy bien!!
Es una hora especial para las fotos.

Lo que no probé fue el Splitz, con esa publicidad, la próxima no se me escapa :-)

Besos.

Tawaki dijo...

Atazina, no sufras, creo que retornaremos a las montañas algún día de estos.

Senior Citizen, el Campari es más amargo o al menos así lo recuerdo yo. Es rojo, mientras que el Aperol es naranja, pero ambos están muy buenos. Cuando camino sobre llano mi corazón sufre menos, ja,ja, aunque mi trocánter sí que me da la lata.

Giga, es una ciudad pequeña pero con muchísimos puntos de interés. Mayo fue una buena época para disfrutar de sus plazas y terrazas.

Nélida G.A., sigue habiendo chicles, y grafitis y candados. Es una locura. En realidad estuve casi tres días, que al principio parecían muchos y terminaron siendo pocos. Es una ciudad preciosa que, aunque no está al nivel de Roma o Florencia, tiene muchísimo que ofrecer. La hora azul es de mis favoritas.

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.

Marcos dijo...

Preciosa escapada, quien pudiera...

Tawaki dijo...

Un jubilado, descuida, que con el Aperol ya voy teniendo experiencia. En cuanto a los ferraris por aquí hay muchos, pero aún no he encontrado el mío.

Marcos, poder es querer ...

Muchas gracias a los dos por vuestros comentarios.

Ela dijo...

Great to travel and visit such a beautiful romantic town !
Goregeous pictures !
Greetings

Tawaki dijo...

Ela, it is indeed romantic, and with nice temperatures as I had, it is an ideal place for a stroll. Churches are beautiful.