Conozco poco de Asia, y eso hace que las comparaciones
con India o Vietnam sean inevitables. Camboya es más pobre, menos desarrollado,
y apenas se asoma a un turismo que solo acude a Siem Reap en busca de los
templos más famosos mientras desdeña el resto del país. La turbulenta historia
de este rincón del mundo no ayuda; es una losa demasiado reciente que pesa
sobre la educación de un pueblo que, falto de recursos, está sometido a una
fuerte corrupción mientras es ignorado por la comunidad internacional.
Es cierto, tiene un patrimonio magnífico: el de los
templos, y eso puede ser una tabla de salvación, pero me pregunto si será
suficiente. Nosotros quisimos conocer más, y en cierto modo lo hemos
conseguido; al menos todo lo que te permite llegar a las aldeas en un
todoterreno enorme, cargado con una cámara que es de todo menos discreta. Lo
ideal sería hacerlo caminando o en bicicleta, pero los problemas son los mismos
de siempre, la falta de tiempo y lo apegados que estamos a las comodidades.
No sé cómo de real es la visión que nos han dado unos
guías que nos parecieron estupendos, pero confío en que sea más completa que la
que se obtiene visitando Angkor durante un par de días como extensión al típico
viaje a Talilandia.
Comenzamos por Nom Pen, la capital, donde visitamos el Palacio Real, el Museo Nacional y algunas pagodas.
Teníamos claro que los santuarios eran una prioridad, incluyendo algunos más aislados, menos conocidos. Como la red viaria no es
buena, ello implica pasar por lugares menos interesantes y hacer noches extra
en zonas apartadas.
El premio es doble, conocer la Camboya rural y visitar
ruinas como la de Sambor Prey Kuk en absoluta soledad, como debieron hacer sus
descubridores.
Los hoteles se convierten en un oasis en los que
descansar después de un día agotador, dominado por el calor y los kilómetros;
una ventaja que no tenían a su alcance los antiguos viajeros.
Vimos mercados en los que la gente desea aprender
español; cualquier idioma en realidad. Encontramos gente trabajadora y atenta
que se abre a un turismo todavía incipiente en muchos lugares. Insisten, con
educación y buenas maneras, son buenos negociantes, pero menos pesados que en
otras partes.
Hay costumbres que impactan, alimentos cuando menos poco habituales, que hacen que salten todas esas alarmas que vienen de serie
con nuestra cultura occidental. Pero viajamos para conocer, ¿no? Bueno, hay
límites que nos cuesta traspasar. Probé los grillos, los gusanos de seda y las
tarántulas, pero no pude ni con unos huevos de pata, en cuyas yemas se paseaban
los gusanos, ni con las ranas rellenas.
La mejor manera para acercarse a las comunidades
locales es subirse a una moto. Se recorren entonces caminos estrechos llenos de
baches, entre campos de arroz y acequias. Abundan los búfalos y las vacas, los
perros y las gallinas.
Llegamos al templo de Nokor, donde una vez más, somos los únicos turistas.
Un transbordador improvisado con unas tablas de madera nos ayuda a cruzar el río y descubrir la pagoda Sampou Meas Sampou Prak. El
edificio destaca aún más si lo comparamos con las casas circundantes.
Todo ello con el objetivo de alcanzar Preah Vihear, un
templo que fue explotado inicialmente por los tailandeses, aprovechando que se
encontraba en un lugar remoto, plagado de minas terrestres y de difícil acceso
para unos camboyanos que ni siquiera eran conscientes de su valor comercial.
Hubo guerra – aún hoy quedan trincheras, búnkeres y soldados – y el templo pasó
a manos camboyanas.
Esto empezó siendo una entrada, pero ya se ha
convertido en tres, porque la emoción me puede, y porque es mucho lo que os
quiero contar. De modo que, continuará….
21 comentarios:
¿Sabes algo? La foto de la llanura con las palmas moriches es idéntica a los paisajes del llano colombo-venezolano
Hola Javier,
Dicen que los insectos son una buena fuente de proteínas pero yo prefiero consumirlas en forma de entrecot o de solomillo.
Por lo demás, muy interesante el viaje.
Saludos,
Las fotos fabulosas como siempre y la descripción muy completa, lo de probar el alimento, antes me gustaba probar todo, en España, en Sidi Ifni y en Venezuela, pero eso de los gusanos... me hubieran ido bien cuando pescaba truchas.
Dices mientras es ignorado por la comunidad internacional. Evidentemente, no tienen petróleo, tampoco metales ni piedras preciosas, el coltán utilizado en microelectrónica, telecomunicaciones y en la industria aeroespacial, que yo sepa no aparece en su Reino, en cuanto al turismo seguro que en pocos años lo invade todo.
·.
Es un inmenso privilegio el poder hacer esos viajes que tú haces. No tanto por los destinos sino por la forma de moverse en ellos.
Por ejemplo, ¿puede un turista normal hacer eso? ¿Es seguro?
Bueno, tus reportajes son impresionantes. Te cuelas en la esencia de los lugares que visitas.
¡Ya te acompañaría! :)
Un abrazo
.·
LMA · & · CR
Mira que eres aventurero... Todo eso es maravilloso, pero cuando mencionas el calor, dejo de envidiarte.
Sempre specialissimi i tuoi articoli e le tue foto
Un saluto,silvia
It's always nice to see photos of your fantastic journeys!
But the worms do not look too inviting!
Greetings
Como bien dices falta de tiempo con lo cual tan solo uno ve lo esencial los templos y los barrios turísticos ignorando los problemas del pueblo y la verdad de como viven en las aldeas fuera de las ciudades importantes.
Buen recorrido dentro de todo pudiste hacer.
Un abrazo.
Qué magnífica experiencia. Me encantó. Las fotos magníficas. La 5 llamó mi atención por todas las figuras que rodean el edificio, la 6 genial. Imagino que la 7 tiene mármol en la parte de abajo. La 4 y la 13 tienen la palma con las hojas incrustadas de la misma manera, no sé si es simple decoración pero me encantan. Las de comida llaman la atención, yo hubiera comido las ranas a ver cómo sabían, aquí se hacen simplemente saltadas en la sartén, aunque ahora ya no hay y son comida de lujo. -Eso si, nada de lo demás. Lindos y sufridos animales, duro trabajo y hermosos paisajes y templos. Me gustaría saber el simbolismo del 36-En fin, te hubiera acompañado encantada. gracias y abrazo grandote.
Quise decir que nada de lo demás comería... imagino crujiendo en mi boca esos bichos... jjjj
Un viaje fantástico el que nos has regalado a todos los que hemos venido hasta aquí y leído tu entrada.
សូមអរគុណ
Las fotos nos han hecho estar allí.
Y compartirnos tu experiencia ha sido como ir en tu mochila, contagiada de ilusión.
Mis alarmas occidentales tendrían forma de pregunta ¿Y si me pongo mala al comer esto, y no puedo disfrutar del resto del viaje?
Y hablando con el corazón en la mano, te diré que fuiste muy valiente. No todo el mundo se anima a comer con tanta naturalidad esos platos, muchos ni lo intentan!!
Mis ojos se llenaron de los templos. Y mi imaginación quería completar la parte más humana de su historia.
Son escenarios a los que no estamos acostumbrados a ver, incluso somos grandes desconocedores de la educación, las necesidades y la corrupción del país como nos has apuntado. A veces el turista mira solo hacia el lado que le interesa. Pero tú miras para todos lados...
Me ha encantado esta Camboya rural.
Pero me he quedado pensando cómo serían por dentro el Palacio Real y el Museo Nacional, en la capital.
¿Pudiste hacer fotos del interior? ¿Qué podemos encontrar allí?
Un beso.
Con estas fotos que nos brindas y estos sitios que nos muestras, algunas veces pienso si los que abominan de la religión como tal, se dan cuenta de la herencia artística que las religiones han ido dejando en los distintos países.
Alí Reyes, no he consultado el mapa, pero os imagino en una latitud parecida, así que no es de extrañar que encontremos plantas parecidas.
Lola, yo también. Sobre todo, porque los insectos no saben a nada.
Un jubilado, los gusanos saben a patata frita, salvando las distancias. Con muchas otras cosas no me atreví, pero me alegro de haber probado algunas porque ahora sé que no me pierdo nada. Hago hincapié en el abandono porque a veces dejamos de lado a quienes no nos interesan económicamente, y me parece injusto, especialmente con un pueblo que ha sufrido tanto.
Alfonso, nosotros no nos sentimos inseguros en ningún momento. Lo hicimos con una empresa y tuvimos un guía el 99% del tiempo. Siempre digo que no hay que fiarse de lo que vemos en la tele. Como en cualquier país, hay sus peligros, como las minas anti-persona o la delincuencia, pero basta con usar el sentido común. Es, también, un destino más barato que otros.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Senior Citizen, lo del calor y la humedad fue terrible. En pocos viajes he llegado de vuelta al hotel tan cansado, pero ver estas maravillas tiene un precio.
Silvia de Angelis, me traje muchas fotos y me ha llevado tiempo organizarlas, pero espero ir mostrándolas poco a poco.
Ela, you should try them, at least once, ha,ha. It is something that shocks us but their taste is not bad.
Mari-Pi-R, estoy muy contento de este viaje, ya que nos permitió acercarnos a lo que es el día a día de los camboyanos. Fue una suerte que pudiéramos planificarlo de esa manera.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Rosa María, me alegro mucho de que te haya gustado la entrada. De la leyenda que me pides te paso información por email, aunque no descarto ponerlo en una entrada en un futuro. He probado las ancas de rana, pero comerme el bicho entero me repugna. En cuanto a los insectos, me los esperaba peores, pero lo cierto es que apenas saben a nada. Tampoco nos perdemos gran cosa. Fue un viaje muy completo que quedará siempre en mi memoria.
Nélida G.A., គ្មានអ្វីទេ. El placer de compartirlo es mío. Sí, había el riesgo de que los bichos me sentaran mal, de hecho, fue por eso por lo que no comí más, pero estando fritos era un riesgo asumible. He tardado mucho en organizar las fotos, pero creo que ha merecido la pena. En sucesivas entradas iré desgranando más cosas, porque ha sido un viaje muy especial. En el museo se podían hacer fotos, no así en el palacio. En el primero hay una buena cantidad de piezas, estelas, piedras talladas, figuritas de bronce, etc. En el segundo no te dejan ver gran cosa, y lo más interesante son las fachadas de los edificios, aunque hay palanquines que sí se pueden ver.
Senior Citizen, en un par de entradas, en la tercera de esta serie dedicada a Camboya doy un palito a los que solo atacan a la Iglesia pero se olvidan de lo que hace bien por los demás. Creo que la religión es consustancial al ser humano, pero que va cambiando de forma y de dioses conforme transcurre el tiempo. Los que ahora reniegan de ella es porque, sin saberlo, han abrazado otra. Estos templos se construyeron con mucho sacrificio, pero también con una tremenda ilusión, y hay que verlo desde todos los ángulos.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Unas fotos muy buenas, Camboya es uno de los destinos que tenemos pendientes del Sudeste Asiático, vamos a seguir muy atentos tus artículos.
Víctor, si necesitáis información no dudéis en enviarme un correo a tawaki89@yahoo.es Será un placer ayudaros. Fue un viaje increíble, altamente recomendable.
El mejor turismo es, sin duda, aquel que se entremezcla con quienes habitan en un lugar. Y, desde luego, estos países cuyos moradores tanto han pasado merecen ser receptores de turistas porque eso se traduce en dinero.
(Insectos he comido, ahora que yemas con gusanos...uf... O ranas rellenas...imposible si no fuera por supervivencia. Por supuesto que tenemos prejuicios gastronómicos, señal de que, de momento, podemos comer a capricho; en caso contrario no le haríamos ascos a nada y hasta una tarántula sería un manjar).
Una mirada, parece que poco a poco, los turistas le vamos perdiendo el miedo a estos países que han sufrido guerras relativamente recientes. Ellos, desde luego, ponen de su parte, acogiéndonos con respeto y curiosidad, pero necesitan un empujoncito que les ayude. Me pasa como a ti, mi curiosidad gastronómica tiene un límite, y me alegro mucho de haber nacido en Europa. No somos conscientes de lo bien que vivimos hasta que conocemos otros rincones menos afortunados.
Impresiona lo que contás de la alimentación. Yo no hubiese podido ni con las tarántulas, ni los gusanos, ni los grillos, menos aún con las ranas. Aunque aquí, comer ranas, no es nada raro. Pero paso de ellas.:)
Veo por lo poquito que he leído que ha sido un viaje memorable. Lástima que perdieras el disco duro; señal que tendrás que volver :)
Abrazo
Nella, en realidad no tienen mal sabor, y es algo más cultural que otra cosa. En España se comen las ancas de rana, pero de ahí a comerlas rellenas hay un trecho insalvable para mí. Fue un viaje estupendo, lo pasamos muy bien y aprendimos muchas cosas. No hay nada como sumergirse en una cultura completamente diferente a la nuestra. Un fuerte abrazo.
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