sábado, 3 de agosto de 2024

Patricia Highsmith

Hace tanto tiempo, que ya no recuerdo cómo supe de esta autora, nacida en enero 1921 en Fort Worth, Texas, pero sí sé que fue Carol el primer libro suyo que leí, lo que no deja de ser curioso, porque esta historia poco o nada tiene que ver con sus otras obras. Mucho más tarde, vería la película, que también me gustó.




Sus padres se habían divorciado antes de que ella naciera, y fue educada por su abuela. Mary Patricia Blackman tomaría entonces el apellido con el que sería mundialmente conocida de su padrastro.

Lectora empedernida, le interesaban el crimen, la culpa y la mentira; temas que aparecieron de forma recurrente en sus libros Comenzó a escribir muy pronto, en 1935, aunque ese primer relato no se conserva. Estudió literatura inglesa, latín y griego.






Residió en Nueva York, donde trabajó como guionista de cómics y estuvo cinco meses en México. En 1952 publicó El precio de la sal usando el seudónimo de Claire Morgan porque la historia trata de una relación lésbica mal vista en la época. Tres décadas más tarde, el relato fue reimpreso como Carol, ya con su nombre. Fue adaptado al cine en 2015, con Cate Blanchett y Rooney Mara como protagonistas. El libro ya lo leí dos veces, y pronto caerá una tercera, porque pienso releer muchas de sus obras.




Escribió varios cuentos antes de que su primera novela, Extraños en un tren, viera la luz. Sí, también fue llevada al cine, en este caso por Alfred Hitchcock en 1951.





Su vida personal fue, cuando menos, problemática. Tachada de alcohólica, misántropa, misógina y comunista entre otras lindezas, abandonó su país camino de Reino Unido, Francia y Suiza, donde fallecería en 1995. Visité su tumba, que en realidad es un nicho hace bien poco, como homenaje a quien tan buenos malos ratos me hizo pasar.






Porque muchas veces, en mitad de alguno de sus libros, en realidad de casi todos, me preguntaba por qué los leía, prometiéndome que era el último que compraba. Era una cuestión recurrente, pero luego los terminaba, los volvía a leer y seguía comprando otro, y aún otro más.




Sus personajes, que bordean la psicopatía cuando no caen de lleno en ella, son despreciables y enfermizos, pero muy interesantes; y están espléndidamente creados, pues, no en vano, el punto fuerte de sus libros es la psicología. Tom Ripley, protagonista de cinco de sus novelas se lleva la palma por mucho que a veces haya que suspender la incredulidad. La primera de ellas, El talento de Mr. Ripley también ha sido llevado a la gran pantalla en dos ocasiones, por René Clément en 1960 y por Anthony Minghella en 1999. Anagrama publicó un volumen que las reúne a todas.






Una de sus historias, creo que recogida en Pequeños cuentos misóginos, comienza con esta frase que ya nos dice cómo es el tono: Un joven le pidió a un padre la mano de su hija y la recibió en una caja; era su mano izquierda.





Así que cuidado, que no son lecturas para todos. A mí me encantan, como me gustó acercarme a Tegna a rendirle homenaje.

6 comentarios:

Alí Reyes dijo...

Me iteresaría leer sus cuentos.
~~~~
en otro orden hermano. La estoy pasando mal, un cubnado fue herido en las manifestaciones y otros están huyendo perseguidos por la dictadura venezolana. Dios tenga misericordia de nosotros

Una mirada... dijo...

Digno homenaje a una autora que se encuentra entre mis preferidas. Original, cruda, kafkiana, retorcida, sus escritos son un muestrario de tipos humanos nada convencionales que ella presenta con maestría guiando nuestro juicio.
Has hecho muy bien en traerla y hacernos pasear por su entorno personal hasta esa última morada suiza.

Senior Citizen dijo...

Muchos títulos suyos me "suenan", así que debo haberlos leído, pero tengo que confesar que no los recuerdo especialmente. En realidad, más se de ella como persona que de su obra.

Senior Citizen dijo...

Espero que la situación mejore y no sufráis esas desgracias. Ánimo.

lola dijo...

Hola, Javier.
Te soy sincera conozco muy poco, poquísimo, de esa autora, sé que A Pleno Sol se basó en una de sus novelas y poco más. Esa película tuvo un éxito enorme en Cuba, pero yo no la ví allá, sino aquí en España unos 50 años después. Realmente si sus escritos son tan siniestros, prefiero seguir sin conocerla más a fondo, que ya una no está para muchos sobresaltos.
Un abrazo.

Tawaki dijo...

Alí Reyes, te escribí por privado. Espero que todo haya quedado en un susto y que la dictadura de Maduro esté cerca del final. Por desgracia, son bastante los que la apoyan, bien activamente, bien con su silencio, desde España. ¡Mucho ánimo!

Una mirada, creo que todos los adjetivos que mencionas son muy acertados. En cuanto me enteré de que había fallecido en Suiza, quise acercarme a rendirle homenaje.

Senior Citizen, no son libros a los que se les dé mucha publicidad, quizás por la personalidad de su autora, pero en mi opinión, merecen mucho la pena. En especial los más conocidos.

Lola, creo que Extraños en un tren y Carol te gustarían. A partir de ahí quizás puedas seguir con Ripley, pero ya sabes que para gustos, los colores.

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.