domingo, 7 de septiembre de 2008

Edward Steichen

Para los amantes de la fotografía que vivan en Madrid, el Museo Reina Sofía expone hasta el 22 de este mes unas 300 instantáneas de Edward Steichen, uno de los mejores fotógrafos de todos los tiempos y en cualquier caso, uno de los más completos.

Gloria Swanson

Su carrera comprende desde los inicios de la fotografía hasta la mitad del siglo XX. Vino al mundo en Luxemburgo en 1879 y falleció en Estados Unidos en 1973. La foto de abajo, tomada en 1904 ó 1906 según las fuentes, fue subastada hace un par de años en 2,9 millones de dólares.

Moonlight Pond, 1906

Edificios emblemáticos como el Flatiron, paisajes, desnudos, moda, decoración, retratos, estrellas de Hollywood, son setenta años de trabajo los condensados en casi 300 fotos a cada cual más impresionante. Ser retratado por Steichen era el no va más de la época.

The Flatiron


Puente de Brooklyn

En la guerra y en la paz, este hombre convertía el marketing en puro deleite para los sentidos, hasta el punto de permitir que su nombre figurara junto a los productos que se anunciaban, algo a lo que muchos fotógrafos renunciaban para no socavar su prestigio.

Revistas como Vogue y Vanity Fair publicaron sus trabajos. Hizo arte con lo que para otros era un simple modo de ganarse la vida y acercó esta “nueva” técnica al gran público.

Auguste Rodin

A los que podáis acercaros espero que os guste. Los demás tendrán que conformarse con Internet. Yo estuve dos horas en la exposición y apenas fueron suficientes.

lunes, 1 de septiembre de 2008

De cuando el tomate sabía a tomate

Me contaba una amiga que descubrió un tomate agazapado en una esquina de su frigorífico, camuflado tras unas cervezas para no ser descubierto. A saber cuánto tiempo llevaba allí escondido.

Decidió hacer un experimento y dejarlo para ver cuánto aguantaba. Mes y medio más tarde aún conservaba su color rojo aunque fuera de vergüenza. ¡Qué no llevará este tomate en las venas para aguantar tanto tiempo, pensó!

El otro día comí yo uno que sabía a tomate; lo abrí y tenía hasta pulpa. Y es que en Madrid tenemos casi de todo, pero la calidad ya no es la misma, ni mucho menos. Puedes comprar tarugos de madera de color verde, que llaman peras, o de color naranja intenso, adquiridos como melocotones. No me extraña que el Amazonas esté en peligro; buena parte de los árboles nos los comemos a diario, enmascarados como frutas y hortalizas.


Esta foto no es mía, me la mandaron por email y deconozco quién es el artista.


Marché al sur, aprovechando que en mi ciudad hacía calor y que el viernes era fiesta, y llegué al mismo pueblo donde pasé los veranos de mi infancia. Si os digo que ha cambiado en estos treinta años no os sorprende, ¿verdad? El cine de verano es una discoteca y la valla publicitaria desde la que veíamos las películas sin pagar, no existe. Tampoco encuentro las dunas en las que hacíamos las barbacoas nocturnas que tanto molestaban a la Guardia Civil. Ahora han construido un hotel y para comer carne hay que pagar. Chalets, avenidas y fuentes han sustituido a los pinos de siempre, que fueron convertidos en manzanas y tomates.

De los chiringuitos ilegales no queda ni rastro, y ya no es posible echar partidos de fútbol en una playa abarrotada de gente que no conozco. Y no le echéis la culpa al Alzheimer, que os conozco.

Sardinas, caballas, puntillitas, Ribera del Duero y cafés con hielo; de todo en abundancia. El mar muy azul, removido, no agitado, y el agua fresca sin necesidad de echarle hielo. Sol, mucho sol en una playa en la que me siento como un colonizador blanco, perdido sin remedio en un mundo de jubilados con moreno del bueno, de ese negro que sólo se consigue con tiempo y constancia diarios.

Y atardeceres...


La foto está regular, pero mi móvil no da para más.

lunes, 25 de agosto de 2008

Primer cumpleaños del blog

Un año ya. Sé que es un tópico, pero el tiempo vuela. Desconozco si el hecho de que lo haga cada vez más deprisa tiene algo que ver con la Teoría de la Relatividad, os lo diré cuando me lea ‘Einstein for dummies’ algo así como Einstein para tontos, un libro que me compré hace... justo tres años.

Cuando comencé no tenía ni idea de dónde me estaba metiendo y apenas si había leído un par de blogs de periodistas. No sé por qué, imaginaba un mundo frío y distante, regido por la barra espaciadora del ordenador, que es la que más a menudo se queda en blanco, y quizás, por alguna voz metálica omnisciente.

En lugar de ello, ayudado por los enlaces de una amiga, muy pronto empecé a descubrir gente interesante al otro lado del espejo. Gente que poco a poco se han ido convirtiendo en personas de carne y hueso, término que considero se ajusta mejor a los que pasáis por aquí habitualmente.


Os estoy inmensamente agradecido a todos por el cariño que me habéis demostrado, en especial a los que dejáis comentarios, porque los blogs se enriquecen al beber de varias fuentes, y yo aprendo con vuestras opiniones.

En este sentido, mis mejores expectativas se han visto ampliamente sobrepasadas, el balance ha sido positivo y estoy muy satisfecho.

Ahora bien, como no soy nada conformista, y me gustan los retos, intentaré desde ahora mismo conseguir que este segundo año sea aún mejor; para lo cual espero contar con vuestra ayuda. Yo al menos, lo inicio con mucha ilusión. Confiemos en que sigamos pasándolo igual de bien.

Muchas gracias a todos.