
Nosotros no enviamos a Fernando para que luchara con los elementos, al menos no con este elemento.
Habrá que ver qué es lo que pasa ahora que todo sigue siendo posible pero algo menos, porque sospecho que vamos a necesitar un par de reventones más.
¿Quizá haya un periodo de negación de la evidencia mientras se acaba de exprimir al campeón? El único motivo por el que aún no hemos tumbado al ídolo es que hay que vender periódicos, y hay que vender publicidad en la tele. Son demasiados intereses comiendo de su mano pero todo indica que Fernando está a punto de descubrir muy pronto quiénes son sus verdaderos amigos y quienes se han arrimado a la sombra del bicampeón del mundo.
No le conozco personalmente y por lo tanto no opino. No obstante, me pregunto si esa opinión pública contraria a Alonso que le ha estado criticando como persona no tiene un tufillo a revancha. Todo por no haberse prestado el asturiano a los tejemanejes de la prensa rosa. Sólo por eso, por defender su libertad y su vida privada ya tiene mi aprobación.
Fernando, por encima de la fama y de los éxitos, por encima de los reveses y fracasos, están siempre las personas. Yo aún no he perdido la esperanza.