El Museo Naval de Madrid pasa a menudo desapercibido, olvidado por los que,
desconociendo la historia de su país, prefieren dar pábulo a la demagogia y a
la vulgaridad. Cada vez que lo visito pienso en lo que harían los
estadounidenses – por no decir británicos o franceses – con un pasado como el
nuestro. Es triste, la verdad. El pasado mes de diciembre, embarcado en la
visita a varias exposiciones, recalé en ésta sobre el galeón de Manila, la ruta española que unió tres continentes.
Fue Andrés de Urdaneta, miembro de la expedición enviada
por Felipe II a Filipinas, quien el 8 de octubre de 1565 descubrió y documentó
la ruta de regreso de Manila a Acapulco después de varios intentos fracasados.
La navegación en aquella época era azarosa y el descubrimiento del
tornaviaje sirvió no sólo para establecer rutas comerciales, sino también para
salvar vidas. El escorbuto diezmaba entonces a las tripulaciones en estos
viajes tan largos, y las guerras con los portugueses nos dejaban pocas
opciones.
Se estima que un total de 194 barcos completaron en
algún momento este viaje a través del Pacífico entre los años 1564 y 1815. 19
de ellos se perdieron por uno u otro motivo antes de terminar la ruta. Naos,
pataches, galeones, navíos, fragatas, corbetas, goletas, bergantines,
paquebotes y avisos dan una idea de la variedad de embarcaciones.
Tiempo atrás quedaban el descubrimiento del Pacífico por parte de Vasco
Núñez de Balboa en 1513 y la gesta de Juan Sebastián Elcano unos años después
(1519 -1522).
La ruta conectaba Manila con Acapulco, y Veracruz con Sevilla y Cádiz,
partiendo del archipiélago asiático en junio, época de los monzones, hasta
alcanzar los 38 grados Norte, donde utilizaba la corriente de Kuro-Sivo para avanzar
con más velocidad, bajando hacia el Sur al acercarse los barcos a la costa
californiana. Se recorrían 8.200 millas en un plazo de 130 a 200 días. Los
productos se transportaban entonces por tierra hasta Veracruz, mientras que la
nave zarpaba de vuelta en marzo o abril, utilizando la corriente Ecuatorial
Norte.
Podemos ver en la exposición mapas de Filipinas y de
la ruta misma, así como varios instrumentos como astrolabios, ballestillas,
nocturlabios, etc.
Entre los siglos XVII y XVIII se buscaron rutas alternativas para acortar
la duración de la travesía y evitar el contrabando. No en vano, se trataba de
mercancías valiosas que provenían de China, las Molucas, Japón, Formosa, Siam o
la India. Contrariamente a lo que se piensa, mucha de la plata extraída en
México y Perú no llegó a la España peninsular, sino que recaló en Filipinas a
cambio de porcelanas, sedas, especias, etc.
Con una fórmula desconocida en Europa, el valor de la porcelana china era muy elevado. Aquí vemos un par de soperas bien curiosas,
una tinaja china y un jarrón.
Pero
junto a las mercancías viajaban todo tipo de pasajeros, incluyendo, como no
podía ser de otra forma, a los misioneros. Esta es una Virgen con Niño de la
escuela filipina, de los siglos XVII-XVIII, elaborada en marfil policromado.
Y un
modelo del navío Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza.
Os
dejo con una reproducción del entrepuente y una foto del interior del museo.
Otro día os contaré por qué en Coria del Río (Sevilla) algunos se apellidan Japón
o quién fue el primer turista de la historia.
14 comentarios:
Didáctica y entretenida, lo tiene todo la entrada que has publicado.
Besos
Si vuelvo por Madrid lo visito.
Un abrazo.
Muy interesante lo que nos cuentas y espero el siguiente para despejar las incógnitas... Abrazos
Interessante saber deste tipo de exposição que normalmente vemos pouca publicidade.
Uma bela e entretida entrada. Aguardaremos a próxima publicação!
Beijo
¿Dónde vas con mantón de Manila? ¿Dónde vas con vestido chinés? A lucirme y a ver...
- Jubi, para el carro, que confundes, mantón con galeón.
Ya decía yo, todos esos artilugios en un mantón no debían de servir para nada, ni siquiera pa lucirlos en los toros después.
Había leído algo, pero ya no recordaba nada, excepto creo que también los llamaban Nao de China.
Con respecto al apellido Japón creo recordar que un samurái, visitó Coria, para ir de allí a Roma a ver al Papa, pero ya no recuerdo más, esperaré el resto de la historia.
Interesante el Museo y todo lo que nos cuentas aquí.
He pasado por delante pero nuna he entrado. No descarto pasarme en la próxima escapada por esos lares.
Gracias Tawaki.
Un beso.
Paso por ese museo una vez al año, es uno de los pocos que no cobra, por lo menos ha mi no me han cobrado todavía.
Si vas a en un día de diario estás mas sola la que una, rodeá de cañones y barcos...
Hace tiempo estuve buscando allí una caja de instrumentos de precisión y medida para dibujo y navegación de Baradelle, tras una anotación Charles el Batz.
Cuánta historia guardan los museos. Me encantan esos mapas antiguos, la tierra parece otra a la que estamos acostumbrados a ver en nuestros mapas actuales.
beso
Ámbar, el catálogo es muy bueno. De hecho, aún lo estoy leyendo.
Mari-Pi-R, el museo está, pero la exposición es temporal. Suele haber voluntarios explicando las salas, y la entrada es gratuita, aunque piden la voluntad para entrar.
Ligia, uff, no estaba previsto despejarlas en un principio, era un recurso para redondear la entrada. Pero ya veré si escribo otra.
Teca, te digo lo mismo que a Ligia. Al final, por voluntad popular tendré que contarlo ;-)
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Un jubilado, vas bien encaminado, aunque fueron varios los japoneses que fueron a Coria. Nao de la china y muchos otros nombres más. No tenía prevista otra entrada, pero tendré que hacerla. No, si la culpa es mía...
Nélida G.A., tienen muchas cosas en salas relativamente pequeñas. Lo mejor será que te dejes guiar por alguno de los voluntarios que suelen explicar las salas. Le ponen pasión de verdad.
Nélida, unas tierras que iban dibujando según se iban descubriendo. Tuvo que ser una época dura y difícil, pero con el aliciente de ir completando mapas.
Friné, no cobran, piden una colaboración voluntaria. ¿Encontraste la caja? Hay una piedrecita lunar, pero tan protegida que es difícil verla desde tan lejos. Es de esos museos que te abren puertas, en el sentido de que te empuja a investigar luego por tu cuenta.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Di con ella a la 2ª
Estaba al lado de unas cajas de pistolas de duelo.
This is a great collection of historical exhibits !!
Greetings
Yo vi en Madrid hace muchos años el Museo del Ejército, que entonces estaba allí, pero este no recuerdo haberlo visto.
Friné, ahora me dejas con la duda de qué era...
Ela, it is indeed. It is part of our past history as a country and former empire. Many years ago, true, but still in our minds.
Senior Citizen, de eso hace tiempo, porque se lo llevaron a Toledo. Tan solo lo visité en una ocasión y era demasiado joven como para apreciarlo. El Naval es más pequeño y abigarrado, pero es de esos lugares que te abren mentes, que te ayudan a querer saber más.
Muchas gracias a las tres por vuestros comentarios.
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