Para los que no estuvieron atentos y se perdieron la
entrada anterior, os sigo dando la lata con mi viaje a Camboya.
Si hacer kilómetros en coche implica “perder” mucho
tiempo, también te permite conocer otros puntos de interés que os resumo como
puedo. Visitamos lugares plagados de templos y de historia, donde los edificios
de los antiguos jemeres conviven con cráteres de bombas mucho más recientes.
Son muy pocos los turistas que se aventuran en esta zona del país, en parte por
las guerras recientes, en parte por desconocimiento. Nosotros, nos sentimos muy
seguros todo el tiempo.
Si algo abunda en Camboya es el agua, que está por
todas partes, y la gente aprovecha su cercanía para construir viviendas que, a
menudo, son flotantes. Visitamos la aldea de Kompong Kleang, donde muchas casas
van y vienen con la crecida del monzón, adaptándose a la naturaleza al tiempo
que se sirven de sus recursos. El tráfico de embarcaciones de todo tipo es
constante.
Tampoco podían faltar los numerosos barays, agua embalsada que permite regular el ritmo de riego en una comunidad que aún
depende en gran medida del cultivo del arroz. Es común verlo expuesto al sol en
los patios de las casas, para secarlo.
Sorprendentemente, los fosos que rodean los templos cumplían la misión de equilibrar el nivel freático, protegiendo los cimientos
de los santuarios, en un alarde tecnológico que muestra cómo de avanzada era la
antigua cultura jemer de hace varios siglos.
Llegar a Siem Reap es cumplir un sueño largamente
ansiado. Nada te prepara para la primera visión de este conjunto de edificios
que quitan el aliento. Da igual cuántos documentales hayas visto.
Aquí se agolpan los grupos de turistas que llegan en autobuses, por lo que contar con un buen guía que planifique cuidadosamente la
visita es esencial. De todas formas, ellos van rápido, y nosotros los vemos
marchar con la misma impaciencia con la que han aparecido. Apreciar los muchos
detalles te lleva horas y horas, en cualquier caso, por lo que siempre hay en
qué entretenerse.
Por otro lado, también se pueden encontrar otros
templos con menos afluencia; lugares que pasan desapercibidos para aquellos que
solo disponen de unas horas, mientras que nosotros contamos con cinco días
completos. Y la mayoría están a unos pocos cientos de metros de los principales.
El tuk-tuk se convierte en nuestro mejor aliado, permitiéndonos movernos cómodamente
entre un santuario y otro.
Todos los templos se parecen y, sin embargo, no hay dos iguales.
Más o menos comidos por la vegetación, completamente derruidos o reconstruidos después de siglos de abandono, la mayoría están
desnudos de unos relieves expoliados por los occidentales que los re-descubrieron.
Unos están en grupo, otros completamente aislados, pero cada uno tiene su
encanto particular.
Siem Reap es con diferencia la ciudad más cosmopolita,
y aprovechamos para hacer trampa y dejar de lado el omnipresente arroz
camboyano. Cenamos en un restaurante belga que despertó recuerdos de mi
estancia en Bruselas a finales de los 90; en un francés de una atención
exquisita y en otro, cuyo dueño y chef procedía de Reunión. Por desgracia, la
mayor parte de esas fotos están en el disco duro que se rompió y dudo que algún
día pueda recuperarlas.
Una vez más os he entretenido más de lo que pretendía,
así que lo dejamos de momento con otro continuará…
13 comentarios:
Por mí un entretenimiento así nunca se hace pesado. Las fotos preciosas como siempre, y el lugar, sumamente interesante. Abrazos
Articolo e immagini di speciale bellezza, molto apprezzati
Buon fine setimana e un saluto,silvia
Como eres más aventurero fuiste a lo lejos, pero creo que todo vale la pena visitar.
En esta publicación tan solo conozco Siem Reap.
Los sitios de comidas están muy bien y con ello se puede seguir visitando los templos.
Un abrazo.
·.
Viajar contigo es siempre un placer. Lástima esa pérdida del disco duro...
Camboya es un país, que ya antes de la guerra, siempre me impresionó. Su arquitectura es impresionante.
Ricos manjares nos presentas en las fotos. Todos parecen muy apetitosos.
Un abrazo
.·
LMA · & · CR
¿Qué sabes de las fuentes de trabajo en Camboya? ¿Son abundantes las empresas? ¿O es mayormente buhonería?
Qué edificios tan impresionantes; me ha gustado el de estructura combada -o a mí me lo parece-; incluso destartalados no han perdido el aire de lo que un día fueron.
Y ya veo que en este artículo la gastronomía es más "mundana" y propicia.
Me he dado cuenta, que cuanto más sé de Camboya, más quiero saber!!
Hasta que he ido siguiendo tu viaje (tus entradas, tus fotos, tus opiniones y tu experiencia) este rincón el planeta me era bastante desconocido.
Me encantan los templos. Creo que no me cansaría de verlos en persona, y que llenaría horas (en plural) con tanto detalle y con la sensación de vivirlo.
Kompong Kleang reulta una comuna muy auténtica.
Y no me extraña que SIem Reap te quitase el aliento. Precioso todo.
Unas fotos muy buenas. Lástima que perdieras algunas, pero compensa las que se quedaron!!
Gracias por compartir.
Ligia, pues me alegro, porque mi trabajo me cuesta poner todo esto en orden, aunque la verdad sea dicha, má que un trabajo, es un placer.
Silvia de Ángelis, me alegro mucho de que te guste.
Mari-Pi-R, las paradas para comer se agradecían con tanto calor. En cuanto a Siem Reap es una maravilla. Creo que en general, tuvimos una suerte inmensa con el viaje.
Alfonso, aún confío en recuperar el disco, aunque me dicen que está complicado. Ya veremos. Camboya es un lugar precioso, con mucha historia y con unas gentes muy amables. Me alegro mucho de haber ido.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Alí Reyes, es un país muy pobre y muy corrupto. El sueldo medio es de unos 250 dólares al mes y la mayor parte de las empresas que vimos eran artesanales. El turismo se abre paso y el arroz es la base de la agricultura. No te puedo decir mucho más, ya que solo conozco del país lo que vimos en un par de semanas.
Una mirada, si alguna vez recupero las fotos perdidas verás comida incluso más europea, aunque no parece que eso vaya a ser factible. Los edificios son impresionantes, y se mantienen en pie a duras penas porque la vegetación hizo estragos a lo largo de los siglos. Algunos están reconstruidos, pero son muchas las piezas que faltan en los puzzles. Eso le da, si cabe, mayor encanto.
Nélida G.A., es que debes tener el mismo virus que yo, que no es otro que el de sentir una curiosidad infinita al tiempo que nos apasionamos por lo desconocido. Poco a poco, iré trayendo aquí más templos, más aldeas y más gentes. Lo bueno del blog es que yo también aprendo sobre la marcha.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
A mi al menos no me das la lata con tus entradas, son muy amenas y la pena es que no pueda acercarme hasta allí, para disfrutar in situ de lo que nos vas contando, a veces llego tarde a comentar en alguno.
Qué pinta tienen esos platos. Pero en Camboya se come en Camboya, eh? :)
Miro esas estructuras y no dejo de pensar en lo bella que debieron ser. Son exquisitas, aún, en su deterioro.
Beso
¿Han afectado mucho las guerras a estos monumentos? ¿O su deterioro se debe más bien a la vegetación y poco mantenimiento?
Un jubilado, lo bueno de los blogs es que nunca se llega tarde, siempre estamos aquí, esperándote. Me alegro que te entretenga, porque es uno de mis propósitos principales.
Nella, se come comida camboyana hasta que te hartas de tanto arroz ;) En su tiempo debieron ser unos edificios memorables, pero el tiempo, el abandono y la vegetación se han cobrado un precio muy alto.
Senior Citizen, afectaron más en la parte vietnamita, pero aquí hemos visto templos con señales de obuses tailandeses, y las bombas americanas también devastaron algunas zonas del noreste. Sin embargo, la mayor culpable es la vegetación, que hizo su agosto con tantos siglos de abandono.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
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