miércoles, 26 de marzo de 2014

Interlaken

Todos encantados porque en lugar de llover y hacer frío teníamos quince grados y el sol se adivinaba tras las nubes. Es que aquí en Suiza se conforman con poco. Estuvimos así de lunes a viernes, con la previsión de que durase hasta el sábado, por lo que organicé una excursión a Interlaken.

Lamentablemente, el tiempo empeoró antes de lo previsto y la salida fue un fiasco. Dos horas y media de tren por trayecto para dar una vuelta por uno de los lagos y sacar estas fotos sin gracia no es mucho que digamos.





Como su nombre indica, Interlaken está entre dos lagos, rodeada de altas montañas que ocupan todo el horizonte. Al este tenemos el lago Brienzersee, por cuya orilla paseé un rato. Al oeste está el Thunersee, que quedó para mejor ocasión. Iluso de mí, además de cargar con la cámara me llevé un libro.



Así pues, que no os lleven a engaño mis otras entradas con cielos azules, la norma son los días grises y lluviosos.

Estuve paseando por una urbanización más que por la propia ciudad de Interlaken, junto a chalets, hoteles y casas particulares con jardines plagados de enanitos.




Estoy en el cantón de Berna, cerca del centro del país. Las montañas son impresionantes, pero seguro que sacan lo mejor de sí mismas en un día de sol.





La próxima vez iré con más tiempo, con mejor clima y subiré al Jungfrau.


miércoles, 12 de marzo de 2014

Oberwil y Zeughauskeller

No es tan fiero el león como lo pintan, y el invierno aquí ha sido bien suave hasta ahora. Apenas hemos bajado de los cero grados. Me dicen que es pronto para cantar victoria, pero ya estamos en marzo y los días cortos van quedando atrás.

Después de un mes sin ver el sol da gusto recuperar los paseos al borde del lago, camino de Oberwil, porque aunque la temperatura sea baja sólo hay que abrigarse bien. Por otro lado, la luz es bonita e invita a tomar fotos por mucho que las tenga repetidas.




Con la llegada del buen tiempo se respira un ambiente más optimista e incluso el agua parece más azul.



Este banco, algo apartado y con bonitas vistas, es un buen lugar para leer un rato.





El domingo desayuno junto al lago. Hay más visibilidad que otras veces y se ven mejor las montañas que hay al sur. Zug parece incluso bonita vista desde aquí, camino de la estación.





Mi banco del verano me espera, pero no puedo dedicarle mucho tiempo porque he quedado en Zürich a tomar unas cervezas en Zeughauskeller.


Ya he probado todas las cervezas de la carta salvo una. La sirven en una copa enorme, aunque no la llenan del todo. Menos mal, porque le echan aguardiente que luego flambean antes de añadir la cerveza




Es curioso, pero este lugar me parecía mucho más grande antes. Fue edificado en 1487 y el nombre de Zeughaus señalaba que aquí se almacenaban y reparaban todo tipo de armas. Keller es bodega o sótano en alemán.

En 1867 se construyó un nuevo edificio al que fueron trasladadas las armas mientras este fue utilizado como residencia. En 1926 se convirtió en la cervecería que conocemos ahora.

Da igual la hora del día; siempre está lleno de turistas y de suizos.