lunes, 29 de febrero de 2016

Viaje por California VI

Ahora sí, esta es la última entrada “genérica” dedicada a nuestro viaje por California. Al menos en este blog, porque ya sabéis que en el otro solemos revisitar viajes con entradas más concretas.

Devolvimos el coche y dedicamos los últimos días a caminar la ciudad. El transporte público es dispar, los tranvías son relativamente buenos, rápidos y frecuentes, pero los autobuses dejan mucho que desear en cuanto a limpieza. Estados Unidos es un país en el que tener coche es esencial.

En cualquier caso, visitamos caminando el distrito financiero, y antes de llegar al emblemático edificio de la Transamerica Pyramid, entramos en el museo de la Wells Fargo.



Llegamos hasta la terminal de ferris, cuyo edificio está inspirado en la Giralda de Sevilla.


Pero el día que anduvimos de verdad fue el siguiente. En realidad, creo que mi amiga quiso deshacerse de mí y no se le ocurrió mejor idea que hacerme caminar kilómetros y kilómetros por calles empinadas como el demonio.

Nuestra primera parada fue el Civic Center.


Alamo Square tiene muchas casas victorianas en los alrededores, pero la sequía crónica que sufre la ciudad se hacía evidente en el césped agostado.




En Panhandle están algunos de los eucaliptus más antiguos de la ciudad. Son de buen tamaño, como podéis ver.


Algo similar vimos en el Golden Gate Park, donde sólo algunas zonas acotadas, como el jardín japonés, gozan de suficiente agua. Todo ello pagado por una entrada que nos costó 8 dólares.


A la salida del parque atravesamos por Heigh Ashbury, una zona curiosa en la que te encuentras gente fumando hierba por la calle, locales hippies y muchas tiendas de VHS y música.


Aún tuvimos fuerzas para acercarnos a Buena Vista Park, pero después de una empinada subida descubrimos que los árboles habían tapado todas las vistas.

Después de comer, fuimos a la Misión Dolores, pero el plato fuerte de la tarde fue un crucero por la bahía, de puente a puente. Todo el mundo se fija en el Golden Gate, pero el otro no es menos espectacular.



Tened cuidado, porque hay demasiado listo ofreciendo cruceros en barcos particulares. Mejor contratadlo con una compañía seria.





Al día siguiente visitamos Grace Cathedral y el barrio chino.





Me dejo muchas, muchas cosas en el tintero, pero estamos en febrero, hablando de un viaje que hice en junio del año pasado y es hora de pasar página. Habrá más entradas, pero en mi otro blog, y a mi ritmo. Os dejo con el famoso tranvía de Powell Street. ¿Subimos?