martes, 30 de marzo de 2021

Incendios en Argentina

Rosa María se hace eco en sus dos blogs, aquí y aquí, de los incendios que asolan una gran región de Argentina. Es algo que por desgracia vivimos demasiado a menudo también en otros países; incendios provocados que benefician solo a unos pocos y que nos perjudican a todos mientras los políticos fingen mirar para otro lado y legislan a favor de los pirómanos.





Los que me seguís desde hace tiempo conocéis mi fascinación por Argentina, viaje al que le dediqué un blog en exclusiva, Ruta 40, así como mi gusto por la Naturaleza en general, de modo que entenderéis mi doble disgusto.





Da la casualidad de que a finales de 2008 estuve conduciendo por aquellas latitudes, pasando muy cerca de las zonas que ahora han ardido. Junto aquí algunas fotos rescatadas de entradas de hace una decena larga de años, para ilustrar la belleza de la región y recordar a todos un mensaje que encontré precisamente por allí cerca.





Todavía recuerdo esas carreteras interminables que cruzan la Patagonia en línea recta, a veces asfaltadas, a menudo de ripio, atravesando bosques cuando no al borde de lagos inmensos.





Era el final de la primavera, y había flores por todas partes.





Las injusticias se van a seguir produciendo, y nosotros elegimos si callamos o alzamos la voz para protestar. Quizás pensemos que no podemos hacer nada, pero si algo me ha enseñado vivir en Suiza es que la fuerza de los ciudadanos de a pie es mucho mayor de lo que creemos.

viernes, 19 de marzo de 2021

Acuario de Constanza

No recuerdo cómo supe de la existencia de este acuario, pero me faltó tiempo para ir a visitarlo. Para empezar, Constanza es una ciudad que me encanta, especialmente los domingos, cuando a veces me acerco para tomar una cerveza y una hamburguesa a orillas de su enorme y precioso lago.




El Sea Life, que es como se llama, está muy ligado al número tres, ya que cuenta con 3.000 peces de agua dulce y salada que viven en 30 acuarios que ocupan un área de 3.000 metros cuadrados.




Iba armado de mi cámara réflex, pero la oscuridad era tal que los peces salían movidos sin remedio aun usando ISOs altos, así que la guardé en la mochila y tiré de los vídeos del móvil. Por eso las fotos, que en realidad son capturas de vídeo, han salido así. Pero claro, lo principal es el bienestar de los animales.




El lugar está dividido en varios ambientes, el mar del Norte, el mar Rojo, un arrecife tropical, una recreación del puerto de Rotterdam, una selva, un naufragio, un río de montaña, y, por supuesto, el lago Constanza.




Todos ellos son muy interesantes, aunque el más espectacular es el mar Rojo, que en realidad se parece más al Mediterráneo. A este espacio accedemos a través de un túnel de ocho metros de largo que atraviesa un acuario que contiene 320.000 litros de agua salada.



Encontramos allí tres especies de tiburones, el de aleta negra, que no paraba quieto, un tiburón nodriza de buen tamaño y un tiburón bamboo que no se dejó ver, imagino que porque estaba escondido en el fondo del inmenso acuario. Del tiburón de aletas negras ya os hablé en mi otro blog.



Hace poco, usando fotos de este acuario, hice una entrada sobre el tiburón nodriza, para los que queráis saber más sobre ellos.




Pero la verdadera estrella es una inmensa tortuga verde que apenas podemos entrever a través de los arañazos del cristal y los muchos reflejos. Esta especie protegida desde 1988, habita en mares tropicales y subtropicales, y toma su nombre del color de su caparazón, entre verde y marrón. El cambio climático las está afectando, ya que con temperaturas más altas nacen muchas hembras y pocos machos, pero ya sabemos que esas cosas no importan a casi nadie.




Cuando toda esta pandemia termine tengo que volver; quizás entonces sea capaz de encontrar al esquivo tiburón bamboo.

domingo, 7 de marzo de 2021

Dos biografías

Este comienzo de año está siendo de lo más productivo en cuanto a lecturas se refiere, no solo por la cantidad de libros leídos, sino porque estoy consiguiendo meter algo de historia y de personajes relevantes entre tanta novela policiaca.

Claro que el confinamiento, por más que aquí en Suiza sea voluntario, está ayudando. Los cortos días de enero, el frío helador, el cierre de restaurantes y la drástica disminución de cenas con amigos están propiciando que lea más y que vea más cine.

Acabo de terminar un libro al que le tenía muchas ganas, primero por el biografiado, un personaje histórico del que todos hemos oído hablar, pero que no conocía en profundidad; y segundo, por el autor, pues ya he leído varios libros suyos.



Como podéis imaginar, para disfrutar de esta lectura hay que tener cierto interés previo por Isaac Peral y su submarino, pero es que Agustín R. Rodríguez González nos ofrece mucho más que una simple biografía, pues nos da cuenta también de la situación histórica – tremendo momento el del desastre del 98 – documentando con todo detalle la sucesión de gobiernos y ministros de la marina en España, al tiempo que los logros de Peral le hacían subir en el escalafón.

El autor bucea – nunca mejor dicho – en otros intentos de construir sumergibles, ya sean previos, coetáneos, o posteriores al del genial inventor cartagenero. Nos desgrana, a lo largo de 400 páginas, la construcción del submarino, con sus momentos buenos y malos; nos lleva en volandas junto con el resto de una población española expectante, a disfrutar con júbilo del éxito de las pruebas, para sumirnos inmediatamente después en el abandono del proyecto, las críticas a Peral y los ataques que sufrió desde varios frentes.

Y lo hace de una forma calmada y razonada, pero – y esto es lo principal – evitando juzgar las decisiones que se tomaron a finales del XIX con argumentos del XXI, algo demasiado común en la actualidad. Se agradece que el autor no siga el camino fácil de los incultos.

En resumen, me ha gustado mucho, no solo por lo bien escrito que está, sino por lo que he aprendido leyéndolo. Ahora me voy a meter con otra biografía a la que le tengo ganas desde hace muchos años.




Ya he leído el prefacio y la cosa promete. Os mantendré informados.