viernes, 24 de noviembre de 2023

El gran farol

Con varias docenas de libros en casa, pendientes de leer, y todavía fui con ilusión para recoger la última obra de Maria Konnikova, una rusa de nacimiento, pero estadounidense de adopción desde que sus padres se mudaran cuando ella contaba cuatro años.




Doctora en psicología por la Universidad de Columbia, y con Steven Pinker como mentor, se interesó por el papel que el azar desempeña en nuestras vidas, preguntándose cuánto podemos controlarlo.

[…] llevo muchos años esforzándome por establecer un equilibrio entre la suerte y el control de la vida que llevamos, de las decisiones que tomamos.

[…] como muchas otras personas antes que yo, quise saber qué parte de mi vida había sido responsabilidad mía y qué parte había sido tan solo pura suerte.

[…] Puedes mostrarle a la gente todas las gráficas que quieras, pero no lograrás cambiar su percepción del riesgo o influir en su toma de decisiones.

Esto último lo conozco bien, pues llevo años defendiendo a los tiburones sin que haya cambiado la percepción de (casi) nadie. Es solo un ejemplo, pero nos muestra cómo de arraigados tenemos los humanos los prejuicios…

Para responder a sus propias preguntas, la autora eligió el póker, un juego completamente desconocido para ella, pero que la encumbró hasta convertirla en campeona internacional gracias, entre otras cosas, a los consejos de Erik Seidel, un jugador profesional. El popular juego de cartas nos revela mucho del comportamiento humano y esa es la parte del libro – la primera mitad – la que más me interesó.

[…] la suerte es un amigo o un enemigo a corto plazo. La habilidad brilla en el horizonte a lo largo del tiempo.

[…] Cuando las cosas van mal otras personas creen que se trata de la injusticia que siempre les rodea. […] Lo toman como algo personal, no saben cómo perder, cómo aprender a partir de la derrota. No dan un paso atrás para analizar sus propias decisiones, su propio juego, para saber dónde lo hicieron mal.

¡Cuánta gente le echa la culpa al empedrado sin reconocer sus propias limitaciones, sus propios errores!

Supongo que adentrarte en las primeras páginas, recorrerlas capítulo a capítulo, y ver tus propias ideas expuestas de una forma amena e inteligente influye mucho en mi percepción del libro. No en vano, a todos nos gusta que nos reafirmen en nuestras opiniones.

Es un libro para los que pensamos que hay que jugar con las cartas que nos han tocado sin poder elegirlas, pero de una forma activa, tomando decisiones y responsabilizándonos de nuestros errores. Claro que la suerte de la mano importa, pero lo que de verdad cambia el panorama es cómo decidimos jugarla.

[…] El modo en el que pensamos sobre la suerte tiene consecuencias reales sobre nuestro bienestar emocional, sobre nuestras decisiones y sobre la forma en que de manera implícita, vemos el mundo y el papel que desempeñamos en él.

[…] Como la vida es como es, la suerte siempre formará parte de todo lo que hagamos o emprendamos. Las habilidades pueden abrir nuevos horizontes, nuevas posibilidades, pueden permitirnos ver la oportunidad que otros menos hábiles que nosotros, menos observadores, menos aplicados, se pierden, pero si el azar va en nuestra contra, solo podemos mitigar los daños.

Ya para terminar, porque podría extenderme aún más, es un libro que nos enseña que no somos criaturas racionales y que nada hay tan enquistado como una idea.

[…] En 2018, Kaitlin Wooley y Jane Risen demostraron que las personas suelen evitar de manera activa la información que podría ayudarles a tomar una decisión más razonada cuando su intuición, o sus preferencias internas, ya habían elegido.

En fin, que lo he disfrutado mucho.

miércoles, 8 de noviembre de 2023

Kenia 2.0

Hace poco que regresé  de Kenia y alguno se preguntará por qué repito países o, en este caso, incluso parques nacionales. Bueno, soy de los que piensan que ningún lugar termina por conocerse del todo, independientemente de las veces que vayamos.





Además, en 2018 fui solo, mientras que ahora me han acompañado dos estupendas amigas con las que es un privilegio viajar. Por si fuera poco, una se estrenaba en esto de los safaris, y eso es siempre un aliciente.





Si el viaje de hace unos años duró una decena de días y se concentró en dos parques nacionales, ahora hemos recorrido buena parte del país durante dos semanas. Muchos kilómetros, parques y reservas, todos ellos llenos de animales maravillosos.





Porque ese era el propósito principal del viaje, disfrutar de la abundante fauna africana y, en mi caso, descubrir especies nuevas. Os aseguro de que lejos de decepcionarnos, Kenia nos ha encantado. La mejor noticia es que el país es enorme y me quedan todavía muchos más viajes a esta región de África.





Ya estoy preparando las entradas con las que pienso daros la lata a mi ritmo habitual. De momento, dar las gracias a Topo Safaris, la empresa que ha cuidado de nosotros todos estos días. Las fotos son del anterior viaje ya que me llevará un tiempo clasificar las nuevas.