martes, 25 de agosto de 2015

Aniversario

Hace ocho años que se inició la aventura de este blog, y aunque no suelo hacer este tipo de celebraciones – me gusta más el día a día que las fechas señaladas – voy a hacer una excepción.

La primera entrada hizo referencia a Chema Madoz, un fotógrafo madrileño que admiro, hasta el punto de que tengo todos los libros de sus exposiciones en Madrid, además de algún otro que me han regalado.


La casualidad ha querido que viese su última exposición a principios de julio, poco antes de este cumpleblog, lo que me ha parecido curioso, especialmente porque Madoz no se prodiga mucho. Aquí os dejo algunas de las 120 obras que corresponden al periodo entre 2008 y 2014.





El corazón del escorpión ha sobrevivido a largas jornadas de trabajo, a muchos viajes (laborales y de ocio), a un cambio de residencia incluso, cuando mi trabajo se fue a Suiza y yo corrí detrás.

No sé cómo continuará la historia, ya he dicho antes que soy amigo de dar pasos cortos, lo que sí tengo claro son dos cosas: la primera, que mi ilusión sigue intacta; la segunda, que agradezco enormemente el apoyo recibido y las experiencias compartidas en estos ocho años.

jueves, 20 de agosto de 2015

Carolina Marín

 Esta entrada no estaba prevista, pero de vez en cuando hay que improvisar, porque los acontecimientos van a su ritmo y no respetan su turno.

De este modo, como no quiero dejar pasar la oportunidad de felicitar a Carolina Marín por su segundo campeonato del mundo, que se suma a otro de Europa conseguido el año pasado, aquí va mi humilde reconocimiento.




Para los que no la conozcáis, que seréis mayoría, es un jugadora española de bádminton, onubense para mas señas, que a sus 22 años ha conquistado ya tres títulos en un deporte reservado hasta ahora para las jugadoras de origen asiático por su escasa implantación en Europa. ¿Alguien ha visto alguna vez un partido de bádminton? Yo no.

Viene cosechando éxitos desde 2009 y dada su corta edad, parece que seguirá dando guerra durante bastante tiempo. Derrotada en sus primeros enfrentamientos por jugadoras chinas, ha conseguido darle la vuelta a la tortilla en los últimos dos años, llegando a lo más alto, y es la actual número uno del mundo.


Eso sí, parece que en Indonesia no se han enterado de que nuestro himno nacional cambió hace ya mucho tiempo…

viernes, 14 de agosto de 2015

Viaje por California III

Después de haberos mostrado en anteriores entradas (I y II) el lago Tahoe, Yosemite,  alguna sequoia y unos cuantos osos, os traigo ahora parte de la costa californiana, comenzando por la Misión de San Luis Obispo.

Un amigo me envió hace unos meses un artículo, que por cierto no encuentro, de cuando España y Rusia compartían frontera. Fue aquí, en California, cuando España decidió fundar hasta 21 misiones, cuando tuvimos a los rusos como vecinos. Lástima que una historia tan apasionante como la de nuestro país haya caído en el más profundo olvido.



Nos topamos con el mar en Morro Bay, una pequeña localidad en la que pudimos degustar productos del mar después de tanta carne y comida rápida. Los lobos marinos estaban lejos, y la niebla se acercaba peligrosamente.




Por suerte, apenas dejamos Morro Bay, el sol nos acompañó el resto de la tarde. Pasado Cambria, donde dormiríamos, y San Simeón, nos acercamos hasta el mirador de los elefantes marinos de Piedras Blancas. Allí estaban, descansando perezosamente, mientras las ardillas se aprovechaban de los turistas desaprensivos que las alimentan a pesar de los muchos carteles que piden que se abstengan de hacerlo.








Deshaciendo parte del camino, encontramos gente haciendo katesurf,


así como esta bonita playa, San Simeón. Gaviotas y pelícanos nos sobrevolaban continuamente mientras la luz de la tarde resaltaba la costa. Aún tuvimos tiempo de detenernos en alguno de los miradores que hay junto a la autopista.










Todas estas entradas son apenas un resumen de nuestro viaje; ya habrá tiempo de profundizar en los lugares más interesantes, como suelo hacer en mi otro blog.

jueves, 6 de agosto de 2015

Castillo de Chillon y Gruyeres

Regresábamos de nuestra excursión a Chamonix (ver entrada del 29 de octubre de 2014) donde nos habíamos quedado en este hotel.    


Sin prisa por llegar a casa, hicimos varias paradas por el camino. En Montreux, para tomar una cerveza junto al lago Leman, y para ver la estatua de Freddie Mercury, que me había saltado en anteriores visitas. Es curioso, cuando vi el edificio en el que nació, en Zanzíbar, no imaginé que también le haría fotos a este memorial.    



Pocos kilómetros más al norte volvimos a detenernos, esta vez junto al Castillo de Chillon, que está muy bien conservado, aunque fue modificado por los Condes de Saboya en el siglo XIII.    




Mis amigos no conocían Gruyeres, y yo estaba encantado de volver por dos razones: la primera, porque en Semana Santa del 2014 nos había llovido de lo lindo; la segunda, porque inexplicablemente me había saltado la visita al Giger Bar.    



El pueblo con sol cambia mucho, es más alegre y vistoso. Obviamos esta vez la visita al castillo, pero aún recuerdo la fondue de queso que nos metimos entre pecho y espalda.    






Cuando publiqué la entrada de Giger (27 de agosto de 2014) Nélida me preguntó por el famoso bar que hay junto al museo y descubrí, ¡oh, gran error! que lo había pasado por alto. Menos mal que a veces la vida te da una segunda oportunidad…    





Como podéis ver, la decoración se sale de lo común y sin que sea del gusto de todos, a mí me encanta. Es el segundo Giger Bar que he visitado (hay otro en Chur). 







Volvimos a entrar al museo, pero había perdido el efecto sorpresa de la primera vez.