domingo, 26 de mayo de 2019

La primera vuelta al mundo

Bienaventurados los que no esperan nada, pues no serán defraudados. Es la ventaja de saber de antemano que, por culpa de los sucesivos gobiernos, en España íbamos a ir – en el mejor de los casos – a remolque con el asunto de la primera vuelta al mundo. Ya nada me sorprende.

Reniego de aquellos que se envuelven en la bandera española mientras añoran otros tiempos que nunca fueron mejores, porque esa forma partidista de recordar un pasado más o menos glorioso, lo único que genera es odio y enfrentamiento. Tampoco entiendo la postura de quienes tergiversan la historia de forma vengativa y sectaria, apoyándose en los enemigos de nuestro país mientras buscan votos y subvenciones. Estos son aún peores, pues les interesa mantener viva la llama del odio, porque viven de ello. Un tercer grupo se la inventa, directamente, aprovechándose de la ignorancia reinante, creciente y autocomplaciente.

Unos y otros pecan, en el mejor de los casos, de falta de información y de exceso de ansias manipuladoras. Lo peor es que muchos les siguen el juego, contentos de sumergirse en una estulticia alimentada por el maniqueísmo y los intereses personales. Allá cada uno, yo prefiero informarme a través de diversas fuentes y disfrutar al tiempo que aprendo sobre nuestra historia, que, afortunadamente, es mucha y variada.

Porque se trata de comprender mejor nuestro pasado, no de utilizarlo como arma arrojadiza. Mientras aquí nos tiramos los libros de historia a la cabeza, Portugal ha hecho suya una gesta que no le correspondía, un viaje que se hizo a pesar de todos los intentos del soberano luso por sabotearlo, en defensa, eso sí, de sus intereses.

Como de costumbre, son otros los que se llevan los beneficios económicos de promocionar una ruta, una cultura, un país, mientras que en España lo solucionaremos como siempre, generando más deuda, subiendo los impuestos a los “ricos” y volviéndonos más y más pobres, tanto material como intelectualmente. En vez de sacar rédito de nuestro inmenso patrimonio preferimos tirarlo por la borda y llorar luego. Es el famoso “que inventen ellos”. Ya extenderemos la mano para que nos den la subvención de turno.

Que nadie piense que quiero restar méritos a Magallanes. Después de todo, si llegamos hasta las islas de las especias fue gracias a él, que quede claro; pero por mucho que les duela a los portugueses, ingleses, franceses, españoles despistados y demás, se trató de una empresa castellana en la que participaron gentes de varios países. De todos es sabido que Magallanes se quedó a medio camino, mientras Elcano, junto con un puñado de hombres, daba término a una vuelta al mundo que en ningún momento estaba prevista.


Porque lo que buscaba Castilla era encontrar un camino alternativo hacia las Molucas, uno que esquivara las posesiones que el tratado de Tordesillas había adjudicado a nuestro vecino. Lo de dar la vuelta a la Tierra fue solo porque no tenían otra opción mejor e hicieron de la necesidad, virtud.

Leí hace tiempo el estupendo libro que Stefan Zweig dedicó a esta expedición auspiciada por Castilla y capitaneada por Magallanes. Un libro que recomiendo a todos aquellos que estén interesados en la historia de verdad, la que se basa en los hechos.


Ahora, hace poco, terminé este otro libro, de Agustín R. Rodríguez González, que va un poco más allá. No solo nos describe el viaje utilizando la información que hay disponible, sino que nos da unas pinceladas de lo que sucedió después, con expediciones posteriores como la de Loaísa, el propio Elcano y Urdaneta, sin olvidar al líder portugués. Todo ello nos ayuda a comprender cómo y por qué sucedieron los hechos, poniéndolos en contexto.


Me habría gustado resumiros aquí esta parte de nuestra historia peninsular, pero me alargaría demasiado, por lo que he preferido traeros un par de libros que considero interesantes. Además, ellos lo cuentan mucho mejor que yo. Otro día os hablaré de cuando abordé en Sevilla, la réplica de la Victoria.

A lo que no he podido sustraerme es a compartir mi parecer sobre las tonterías que hacemos los españoles en la actualidad. El que quiera ser ignorante y manipulado por los demás que siga al rebaño que más le guste, que los hay de varios colores. Yo estoy dispuesto a discutir con quien piense diferente, pero usando argumentos de peso, no consignas repetidas por loros que no saben lo que dicen. Estoy cansado ya de oír estupideces. Por favor, dejen de mentir y de manipular la Historia.

Por cierto, mientras nosotros miramos para otro lado, Italia ya anda defendiendo el legado de Colón. Más de lo mismo.

La imagen del mapa no es mía, la he sacado de esta página web.