Mis amigos me habían dejado solo en
esta excursión de septiembre pasado. Muchos ya la habían hecho, otros no
querían madrugar o tenían que ir de compras, pero yo no dejo escapar un sábado
soleado en Suiza bajo ningún concepto. Es un bien demasiado escaso.
Como de costumbre, la SBB, la RENFE
de aquí, me llevó puntual
hasta Engelberg, donde después de caminar un poco alcancé el primero de los
tres teleféricos que me acercarían hasta la cumbre.
Entre el
segundo y el tercero vemos este lago, pero prefiero seguir subiendo y dejarlo
para la vuelta. Aunque no hay nubes, no me fío un pelo del tiempo en Suiza, y
no me quiero perder el espectáculo de las vistas.
Lo
primero que me encuentro es un túnel excavado en el glaciar. No está mal, pero me
gustó más el del Jungfrau, que era más largo y tenía más figuras de hielo.
Salgo al
exterior y veo esta cadena de montañas. No hay mucha nieve, ya que estamos al
final del verano, pero pude observar durante el ascenso que ya están preparando
las pistas. Lástima que el sol esté justo enfrente.
Llego
entonces hasta este puente que se bambolea con el paso de los turistas. Las
vistas son impresionantes, aunque la malla protectora no nos deja sacar las
fotos como yo quisiera; hay que hacerlo desde los extremos. Mirar hacia abajo
hace que te tiemblen las piernas.
Esta es
la cumbre del Titlis. Algunos valientes la están escalando, pero yo me conformo
con los miradores desde el pequeño Titlis, un objetivo mucho más modesto y fácil
de alcanzar. También hay quien hace parapente.
Este es
el funicular en el que he subido hasta los 3.020 metros de altitud; se
caracteriza por girar sobre sí mismo según asciende.
El seis
de enero de 1996, Donghua Li, un gimnasta chino que se preparaba aquí para los
Juegos Olímpicos de Atlanta, encontró esta montaña con forma de buda. Su
descubrimiento le trajo suerte, ya que se proclamó campeón olímpico.
En la
foto anterior se aprecia el buda en el centro. En estas dos que siguen se puede
ver el puente colgante.
El siguiente paso es tomar el
telesilla, que nos lleva hasta esta otra zona de la montaña.
Después de dar varios paseos y de
sacar muchas fotos, comencé el regreso a una hora prudencial. Aún tengo que ver
de cerca el lago que me dejé al subir.
Continuará
...