sábado, 30 de enero de 2021

2020

Es curioso cómo cada uno tenemos una percepción diferente de las cosas y cómo nuestra edad y nuestro estilo de vida nos influyen. La hija de unos amigos reconocía que el 2020 había sido un gran año para ella, quizás porque todavía tiene más futuro que pasado y porque está imbuida de una ilusión arrebatadora con la que saca partido de cualquier situación, le haga reír o llorar. Alcanzar metas personales siempre ayuda, incluso en los peores momentos, pero a los que somos algo más mayores nos cuesta encontrar ese lado tan amable.



En mi caso, y este es el motivo principal de la entrada, el 2020 me ha enseñado que tengo mucha gente que me quiere. Y no me refiero únicamente a los sospechosos habituales, esos que llevan mucho tiempo a mi lado; la sorpresa (relativa) ha sido el cariño que han mostrado amigos más nuevos o menos cercanos, a veces simples conocidos o compañeros de trabajo. Desde aquí les doy las gracias a todos ellos.

¡Qué importante es rodearse de la gente adecuada!

miércoles, 20 de enero de 2021

Diferencias entre España y Suiza

Soy de los pocos que todavía mandan felicitaciones navideñas por correo postal, una especie en grave peligro de extinción, y este año me ha sucedido algo curioso.

España, 2019. Correos me devuelve una carta con los datos correctos (la prueba es que la de este año sí la han entregado) sin dar explicaciones. Sospecho que no les dio la gana hacerlo en su momento o que ese día no estaban de humor.

Suiza, 2020. Me han llegado dos cartas de sendos amigos que tenían mal la dirección. Las habían enviado a mi domicilio antiguo y el amable personal de la Post se ha encargado de reenviarlas en un tiempo récord. Todo ello en un periodo tan ocupado como es este mes de diciembre en el que no les falta trabajo.




Claro que en Suiza el presidente de la entidad no es elegido a dedo por los políticos. Tampoco se dedican en el país helvético a gastarse 1,9 millones de euros en remodelar innecesariamente el edificio de la sede como pasa en España. Digo yo, que algo tendrá que ver, pero deben ser cosas mías...

viernes, 1 de enero de 2021

Año Nuevo

Repaso mi primera entrada de 2020 y constato lo que ya sabía, que no he podido visitar todos esos lagos como era mi intención. Fue por culpa de esa Covid-19 que se llevó por delante los sueños de todos, la salud de muchos y la vida de algunos.




A veces no podemos controlar los elementos y las olas barren con fuerza nuestra cubierta, pero seguimos siendo dueños de la dirección de nuestro barco siempre que tengamos claro el destino. Quizás no podamos controlar el viento, pero sí disponer las velas, frase que no es mía, por cierto, y que he copiado de un estado de whatsapp.




Antes o después, llegará la calma y los que se hayan preparado partirán con ventaja, porque, lejos de consideraciones generales que no comparto y que parecen enunciadas por el Gran Hermano de turno, sigo creyendo que cada uno se construye su propio futuro, igual que hemos tenido que cuidarnos nosotros mismos durante este periodo aciago. Ya que no vamos a salir mejores como sociedad, hagámoslo al menos como individuos.



 

Porque a pesar de las dificultades, he exprimido el 2020 y es lo que pienso seguir haciendo este año que ahora comenzamos, independientemente de los virus y de las vacunas apresuradas. Os deseo que alcancéis vuestras metas personales, pero, sobre todo, que disfrutéis del camino.

PD El año viene calentito. Aviso.