Lo creé hace ya algún tiempo, pero solo ahora lo estoy llenando de
contenido; poco a poco y con ritmo irregular, ya que no es fácil verlos de
cerca mientras vivo en Suiza. Lo encontráis en la barra lateral de mis otros
blogs o enlazado aquí.
Aunque quiero compartir mis experiencias y todo lo que vaya aprendiendo
sobre ellos, la idea principal – lo repito una vez más – es conseguir que la
gente los vea como lo que son: unos animales maravillosos que van a extinguirse
demasiado pronto por culpa de nuestra estupidez. La realidad no tiene nada que
ver con el cine, y si algunos se empeñan en verlos como un peligro, yo me he
propuesto insistir, y demostrar con hechos, lo contrario, aun a riesgo de ser
pesado.
Tenemos que defenderlos. Se estima que diariamente matamos más de un cuarto de millón; 270.000 tiburones al día cuando su tasa de
reposición es de las más escasas del reino animal. Si hacéis la multiplicación
os saldrán 100 millones al año; una auténtica barbaridad.
Como
soy consciente de que hay demasiados blogs y de que no hay tiempo ni interés para
leerlos todos, he deshabilitado los comentarios, porque no quiero poner a nadie
en el compromiso de tener que entrar a echarle un vistazo. Prefiero que lo
visiten aquellos que de verdad estén interesados. No obstante, si alguien
quiere comentar o aclarar algo, tiene a su disposición el correo electrónico
que aparece en mi perfil.
Entonces, si ya hay tantas bitácoras, ¿por qué crear otra más?
Muy sencillo: porque me gusta, me divierte, y me obliga a informarme.
Porque me encanta la naturaleza y creo que debemos protegerla y preservarla. Si
no nos ocupamos nosotros nadie lo hará, y los tiburones necesitan que alguien
alce la voz por ellos. Una voz sensata, veraz y libre de intereses económicos.
Porque la falta de información y los miedos
irracionales les hacen mucho daño. Porque quiero cambiar las cosas, por muy
modesta que pueda ser mi aportación. Lo dicho, sin compromisos, nos vemos por
allí; o no, eso depende de vosotros, pero no os olvidéis de defenderlos.