sábado, 28 de noviembre de 2009

Con los cinco sentidos

Con los cinco sentidos, aunque algunos más distraídos que otros, asistí el sábado a un concierto de The New Mastrsounds, arrastrado por unos amigos a los que conozco bien y de los que sin embargo me fío.

Son los mismos que intentaron volverme loco hace tiempo, con esas películas suecas en las que nunca pasa nada, pero parece que han cambiado de táctica y ahora me llevan a escuchar buena música.


Digo lo de algunos sentidos distraídos porque al menos un par de ellos estaban a otra cosa. Justo delante mía se encontraba un culo adherido a una rubia, y mi mano se pegó a la rubia gracias a la propiedad transitiva, en un juego erótico de buscarnos el uno al otro que duró la mitad del concierto. Junto a ella había otra rubia, igualmente teñida, pero que formaba ya un conjunto cerrado de dos elementos con relación biunívoca. Qué bueno es esto de haber ido al colegio cuando aún se estudiaban matemáticas. No sé cómo se las apañarán los niños de hoy día.

Os dejo un enlace a la página del grupo, que no de la rubia, aquí.

Mientras, voy a escuchar el álbum, que entre unas cosas y otras me perdí una buena parte de los temas.

jueves, 19 de noviembre de 2009

New York, New York

Doce años son muchos años. En mi caso me sirven para medir lo rápido que pasa el tiempo y la cantidad de experiencias que he vivido desde entonces. Fue aquél un viaje de trabajo, sin mucho tiempo libre, pero ahora me he desquitado un poco.

Una semana no es mucho tiempo para comerse esta “gran manzana”. Las distancias son grandes y los puntos de interés, numerosos, así que los días se escapan de las manos sin remedio. No obstante, hace tiempo que descubrí que vale más disfrutar de lo que puede hacerse que lamentarse por lo que nos dejamos en el tintero. Además, así queda una excusa para volver; sólo espero que en esta ocasión sea antes de que pase otra década.

Es ahora, al ir revisando las fotos, cuando uno se da cuenta de las muchas cosas que ha visto. Un libro que, página a página, nos muestra su inmenso contenido.




Tengo el ordenador estropeado, y de momento no puedo jugar con mis fotos RAW como me gusta, pero en cuanto lo arregle, se avecinan algunas entradas no aptas para los que sufran de vértigo.

Espero mostraros Central Park en otoño, vistas nocturnas desde The Top of the Rock, algún museo famoso y muchas calles de esta estupenda ciudad. El tiempo no acompañó demasiado; estuvo muy nublado y llegó a llover los últimos días, pero este viaje ha sido todo un estímulo para los sentidos.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Elogio de la servilleta

Una idea que me dio un comentario de Nélida.


Servilleta de celulosa, por supuesto, y a ser posible de un bar o de una cafetería pero con varias capas, bien espesa. También nos vale la de un cocktail si queremos ponernos en plan más pijo.

Lo aguantan todo, desde el nombre de esa ginebra tan especial que nos acaban de recomendar, hasta una explicación técnica del proceso productivo de una fábrica o el organigrama de una empresa, pasando por el libro de moda, las condiciones de un contrato de trabajo o el último acuerdo alcanzado con un cliente. Una dirección, un email o un número de teléfono conseguidos a las tantas de la madrugada, casi todo vale.

Todos las hemos utilizado alguna vez, sin que hasta ahora se les haya otorgado la medalla del mérito al trabajo ni ese merecido premio Nobel a la versatilidad. Nadie llegó nunca tan lejos en el cumplimiento del deber.

Me voy de vacaciones por unos días. Aprovecharé las servilletas que encuentre para anotaros algunas buenas recomendaciones.