jueves, 19 de diciembre de 2013

Navidad


Un año más que se nos escurrió entre los dedos.

Supongo que estaréis ocupados con los preparativos navideños – yo mismo vuelvo a casa dentro de unos días, como en los anuncios – así que sólo os entretengo unos minutos con el atardecer en Ahu Vai Ure por el año que se va y con los siete exploradores por el que llega.



Que tengáis una Navidad muy feliz y que empecemos el 2014 con buen pie. Luego ya veremos cómo continuamos.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Chile

Ya estoy de vuelta de mis vacaciones por Chile, un país que no conocía y que llevaba demasiado tiempo en mi lista de destinos. Claro que como es tan extenso y variado apenas si hemos podido rascar un poco la superficie; muy a nuestro pesar tuvimos que conformarnos con tres sitios, el resto queda para otra ocasión.

Buscábamos naturaleza, así que sólo estuvimos en Santiago un día, el tiempo necesario entre un avión y otro. Lo que más me gustó fue el barrio de Bellavista y la casa de Neruda en la capital, porque tenía otras.













¿Qué se puede decir de un lugar tan único en el mundo? Esto es sólo una pequeña introducción, pero esperad a que haya organizado las fotos…

Vuelta al continente, hacia Punta Arenas, donde batí mi anterior marca de cercanía al Polo Sur. Un autobús, más moderno que el de la foto, nos llevó a Puerto Natales, donde abordamos un barco para un mini crucero de tres días. 6.000 islas, infinidad de canales y tantos glaciares que muchos ni siquiera tienen nombre nos esperaban.


Aún es primavera y el clima patagónico no es el más propicio para los fotógrafos; los cielos nublados nos mataron, pero como dijo el capitán, si tuviesen sol y 25 grados habría palmeras en lugar de glaciares como éste, llamado El Brujo.



Es un lugar verdaderamente aislado y solitario. En tres días sólo nos cruzamos con otra embarcación, de National Geographic y con tres montañeros que recogimos. Navegar entre los témpanos fue toda una experiencia, no digamos desembarcar para poder acercarnos a estas maravillas naturales.




El cielo estuvo muy cubierto, pero el último día, después de mojarnos a primera hora la lluvia nos dio un respiro.


El parque nacional de Torres del Paine fue nuestro tercer y último destino. Estuvimos aquí cinco días, haciendo excursiones, ya fuera para ver cóndores, disfrutar del paisaje o visitar alguna estancia. La Patagonia nos mostró su lado amable, pero también sus fuertes vientos y la oscuridad de sus cielos.


Uno se siente muy pequeño ante tanta inmensidad.



Sólo tuvimos un día despejado, que valió su peso en oro.


Y esa noche, a las dos de la madrugada esto es lo que veíamos desde nuestra habitación.



Bueno, ya me extendí demasiado, pero es que no lo puedo evitar. Espero que os dé una idea de las dos semanas estupendas que pasamos.