No estaba
muy convencido de publicar esta entrada, porque un campo de concentración no es
precisamente agradable a la vista, pero me he decidido, entre otras cosas,
porque parece, sin querer exagerar, que hemos olvidado lo que pasó a mediados
del siglo pasado.
Arbeit macht frei. El trabajo libera, es una
frase que encontramos en la entrada de muchos campos de concentración de la
Segunda Guerra Mundial. Parece que Dachau fue el primero en utilizarla, lo que
es lógico, dada su antigüedad, aunque tiene su origen en una novela publicada
en 1873.
Dachau
fue el primer campo de concentración que visité allá por 1986, en un viaje que
nos llevó a Ginebra, Lausana y Múnich. Es también el segundo que he revisitado,
en esta ocasión en el verano de 2014. Se encuentra junto al pueblo del mismo
nombre, a 13 km al noroeste de Múnich.
Según reza la información para el
visitante, el campo fue creado el 22 de marzo de 1933, después de que Adolf
Hitler fuese nombrado Canciller del Reich. Al principio se trataba de un campo
para prisioneros políticos.
Más de 200.000 personas fueron
encarceladas aquí; 41.500 serían asesinadas, otros muchos murieron debido a las
penosas condiciones en que vivían. Fue liberado el 29 de abril de 1945 por
soldados norteamericanos.
Varios supervivientes formaron el
Comité Internacional de Dachau, que con ayuda del Estado Bávaro, se encargó de
convertirlo en un memorial
Hoy día
encontramos una exposición muy completa en la que sin obviar detalles, se ha
prescindido de las imágenes más truculentas. En ella se muestra la vida de los reclusos en el campo.
En el
pueblo de Dachau, en la plaza John F Kennedy, se erigió un memorial a las
víctimas de las marchas de la muerte, evacuaciones masivas de los campos ante
la inminente llegada de los Aliados. En la exposición podemos ver una copia.
Se ha
reconstruido uno de los barracones, pero prefiero no poner las fotos. Vemos en
cambio, una de las torres de vigilancia y algunos de los monumentos religiosos.
La parte
de los crematorios fue construida en 1942, incluyendo una cámara de gas de la
que no hay constancia de que fuese utilizada para matar prisioneros.
Espero
que esta entrada ayude a recapacitar a los que se acercan a los extremos, tan de
moda últimamente. Hay que mirar hacia delante, pero sin olvidar nuestro pasado.