Por fin me he puesto con las fotos de Bretaña, así que aquí os traigo una primera entrega, correspondiente a este bonito calvario, el mayor de todos los que vimos por tierras bretonas. Lo podemos encontrar en el tranquilo pueblo de Plougastel Daoulas, al sur de Brest.
Construido entre 1602 y 1604 para celebrar el final de una epidemia de peste, fue dañado durante la Segunda Guerra Mundial. Así pues, lo que vemos hoy es fruto de una restauración llevada a cabo por suscripción popular.
Fue declarado monumento histórico en 1889 y consta, según las fuentes, de 171 o de 181 figuras, esculpidas en granito de Kersanton.
Junto al monumento hay unos paneles explicativos que vienen muy bien para desentrañar tanto personaje.
Se pueden apreciar diferentes escenas de la vida de Cristo, como la Natividad, la entrada en Jerusalén, el Bautismo, la Sagrada Cena, su Pasión, etc.
Tuvimos suerte de poder aprovechar algunos rayos de sol para hacer las fotos.
Iré trayendo más instantáneas del viaje conforme las vaya “revelando”.