miércoles, 25 de enero de 2017

Pueblos de la Selva Negra II


Seguimos …

A la mañana siguiente despierto pronto y aprovecho para hacer fotos con la luz de la mañana. Las barcas aún descansan en la orilla, y de la fiesta privada que había en la calle no queda ni rastro. Estos alemanes saben pasarlo bien sin dejar de ser civilizados.

Desayunamos en el jardín del hotel, a la orilla del río.





Pero no nos demoramos mucho, ya que aún nos quedan unos cuantos pueblos por ver, el primero de los cuales se llama Herrenberg. Situado junto al bosque de Schönbuch, tiene una bonita plaza, muy tranquila a estas horas de la mañana, y una iglesia situada en un alto.





Es un precioso pueblo medieval por el que da gusto pasear.




Las carreteras son buenas y pasamos junto a muchos campos de colza bajo un cielo azul despejado de nubes.


Desde allí nos desplazamos a Calw, lugar de nacimiento de Hermann Hesse, pero el pueblo ha sucumbido a las construcciones modernas y tiene menos encanto que otros en la ruta. No obstante, nos damos una vuelta por las calles del centro.




La siguiente parada es Altensteig, cuyo casco histórico, del que ya se tenían noticias en el siglo XI, está en un alto. Ascendemos por una empinada cuesta y encontramos este Mercedes 180 D, perfectamente conservado. Cualquier rincón es bueno para tomar una cerveza con los amigos, pero este parece estar ocupado.




Después de reponer fuerzas, nuestro último destino antes de volver a casa es Schiltach, otro pueblo precioso en el que no faltan calles empinadas, casas con entramado de madera, ni, por supuesto, cervezas.




Como sucede con los otros, su historia también se remonta a la Edad Media. Está atravesado por dos ríos, el Schiltach y el Kinzig, y bien merece formar parte de cualquier recorrido que se precie por esta zona.




Miro las fotos y ya echo de menos esta zona de Alemania.