viernes, 14 de octubre de 2022

Museo del calamar gigante

Descubrí la existencia de este museo de Luarca gracias a un documental ya antiguo que vi en Youtube justo unas semanas antes de hacer un viaje a Asturias, y es que a veces los astros se alinean sin que uno intervenga.


Pero no terminan aquí las casualidades. Resulta que el museo había sido arrasado por un temporal en febrero de 2014 y solo reabrió una semana antes de mi visita. De hecho, todavía estaba pendiente de recibir algunos carteles informativos. De esta forma, el mar reclamó la que era la mayor colección de cefalópodos gigantes del mundo.




Solo algunos ejemplares se salvaron por estar cedidos a otros museos. De los 32 que había entonces, entre los que se encontraba una hembra de Architeuthis dux con 13,7 metros de largo, podemos ver ahora 6 ejemplares de calamar gigante además de otros 35 cefalópodos, una docena de peces abisales y algunos huesos de cetáceos.





Está gestionado por el ayuntamiento de Valdés, gracias a una donación de la Coordinadora para el Estudio y Protección de las Especies Marinas (CEPESMA), y abre todos los días del año con una entrada de 3 euros. 




El recinto es pequeño, pero merece mucho la pena al mostrar un impresionante repertorio en el que los cefalópodos son los protagonistas, aunque hay algunas especies más. El calamar de Humboldt (Dosidicus gigas) impresiona por su tamaño y es el ejemplar más grande que se conserva de esta especie. Lo podéis ver en una foto anterior, en vertical. Está previsto añadir sonido ambiente que recree las fosas en las que viven estos animales.





E
l Architeuthis dux puede llegar a medir unos 10 metros en el caso de los machos y hasta 14 para las hembras, mientras que el peso varía respectivamente entre 178 y 312 kg. Son los invertebrados más grandes que se conocen. La mayor hembra de la que se tiene noticia, con sus 18 metros quedó varada en una playa de Nueva Zelanda en 1887, porque es así como conseguimos verlos, varados en las playas una vez que han muerto. Hay más ejemplares, pero suelen llegar en mal estado, por lo que las mediciones no son exactas. En cuanto a su esperanza de vida se estima que es muy corta, apenas tres años para los machos y unos cinco para las hembras. En cambio, su crecimiento es sorprendentemente rápido, de un centímetro por día, y se cree que depositan millones de huevos que dejan flotando a merced de las corrientes.




Y es que es muy difícil verlos, pues habitan a gran profundidad. Es solo en el siglo XXI que hemos podido grabar y fotografiar ejemplares vivos. En realidad, los tentáculos miden entre 2,5 y 6 veces el tamaño de su manto. Sus ojos, los segundos más grandes del reino animal, miden 25 cm, solo superados por los del calamar colosal, mientras que las ventosas de sus tentáculos tienen entre 2 y 5 cm de diámetro. Es poco lo que conocemos de ellos y algunos científicos han propuesto un total de nueve especies, aunque su taxonomía sigue en discusión.




Se alimentan de peces y crustáceos y son depredados por los cachalotes. Habitan todos los mares del Globo, aunque prefieren las aguas frías y profundas. En España los podemos encontrar en Asturias, en el caladero de Carrandi, a unas siete millas de la costa, y en Canarias.


Algunos días después de escribir la entrada me encuentro con este artículo publicado en ABC. “La colección de calamares gigantes de Luarca, que ahora se exponen en el museo, se la debemos a Luis Laria, gerente del Parque de la Vida y fundador de la Coordinadora para el Estudio y la Protección de las Especies Marinas (Cepesma), que los ha donado al Ayuntamiento. Todo empezó en 1995 en una pescadería de Avilés, cuando compró un calamar que medía casi catorce metros y pesaba ciento cuarenta y siete kilos. Pagó setenta mil pesetas, a pesar de que estas criaturas no son comestibles.”

Yo confío en que con el paso de los años, más y más ejemplares puedan irse añadiendo a este estupendo y peculiar conjunto. Y si la entrada del museo semeja la de una discoteca es porque eso era antes.

15 comentarios:

Senior Citizen dijo...

No tenía ni idea de que esto estuviera en Asturias y ni siquiera una amiga asturiana me lo había mencionado. Supongo que será difícil conservarlos siendo tan grandes.

Alí Reyes dijo...

Impresionante todo eso de los calamares. Pero más me impresionó el pago que hizo este hombre para optener un ejemplar que no se iba a comer. De verdad que todos debemos estarle agradecidos

unjubilado dijo...

Con lo que me gustan los bocadillos de calamares, pero tanto calamar, seguro que los aborrecía.
Saludos

Una mirada... dijo...

Son impresionantes; algunos, entrarían en la categoría de "monstruos marinos", pero, al mismo tiempo, hay cierta belleza armónica en esas anatomías hechas para los abismos casi insondables de los mares.
Ignoraba la existencia de ese museo tan original y no descarto visitarlo en algún momento porque suelo acercarme al Cantábrico varias veces al año

RosaMaría dijo...

Me los imagino desplazándose por el fondo del mar, aunque no me gustaría encontrarlos de golpe. Estuve por Asturias y no me enteré de esto. A pesar de lo impresionante de las fotos que son fantásticas, me siguen gustando los calamares cocinados de cualquier forma. Estupenda entrada. Gracias. Abrazo

ethan dijo...

He podido ver ese museo hace unos pocos años. Me pareció fascinante e increíble el tamaño de algunos ejemplares.
Saludos.

lola dijo...

Hola, Javier
La primera vez que supe de estos calamares fue en un libro que le compré a Nereida cuando era una niña y que hablaba de los habitantes del mar.
Hay una "periodista" española, muy guapa ella pero bastante despistada, que cuando la noticia de que el Museo había sido arrasado por un temporal, preguntó al director del mismo si los calamares que estaban ahí estaban vivos. Y es que esta Mariló es mucha Mariló.
Por cierto, siguiendo con el tema de los calamares, en Cá Ñoño en la Playa de Las Canteras hacen unos bocadillos de calamares la mar de buenos.
Un abrazo, y espero que estés bien.

Tawaki dijo...

Senior Citizen, yo tampoco lo sabía a pesar de mis numerosos viajes a Asturias, aunque algunos de mis amigos de por allí sí conocían su existencia. Parece que el líquido en el que se conservan sí aguanta bien. El problema es que llegan a las playas una vez muertos, medio comidos por los peces y baqueteados por las olas.

Alí Reyes, ni se sabe cuántos museos y colecciones debemos a "locos" como este señor. Es un clásico.

Un jubilado, con uno de estos tienes para varias semanas. A ver qué hogaza encuentras para acompañarlos.

Una mirada, hasta los monstruos parecen tener su corazoncito. A mí me impresiona el tamaño de esos ojos tan vacíos. Imagina encontrarlos en su hábitat natural. El museo es pequeño, pero está muy bien puesto y merece una visita de todos los que nos interesamos por estos temas.

Rosa María, lo uno no quita lo otro, pues son muchos los animales bellos que luego están de rechupete una vez cocinados. Sería estupendo poder verlos, pero de una forma segura, claro está.

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.

Tawaki dijo...

Ethan, yo tuve la inmensa suerte de que lo volviesen a abrir en su nuevo emplazamiento apenas unos días antes de mi viaje a Asturias. A veces la vid te da estos regalos.

Lola, vamos a ser compasivos con la periodista, que hablar tras un micrófono impone mucho y no todo el mundo entiende de krakens... En Madrid también tienen mucha fama los bocadillos de calamares, y ayer mismo, en Asturias, me comí unos chipirones en su tinta que parecían diminutos en comparación con estos monstruos.

Muchas gracias a los dos por vuestros comentarios.

Silvia E.Duraczek dijo...

Qué impresionantes esos bichos!! Yo que soy de tierra adentro y cerca mio solamente hay unos pocos arroyos, ver esto impresiona realmente. Me quedaria horas mirando y apreciando sus formas y tamaños. Gracias por mostrarlos!!

Tawaki dijo...

Silvia E. Duraczek, afortunadamente para los que los temen, y por desgracia para los que sentimos curiosidad, viven a unas profundidades difíciles de alcanzar para el ser humano. Estaría bien poder verlos en su ambiente natural. Seguro que nos impresionarían mucho. Gracias a ti por la visita.

Laura. M dijo...

Visitar museos siempre gusta. Pero no me imaginaba que existiera uno así. Exagerados algunos ejemplares.
Un abrazo.

Tawaki dijo...

Laura M, es que es España, como en muchos otros sitios, en cuanto escarba uno un poco salen a flote auténticas maravillas de las que nadie habla. Yo tuve suerte al ver el documental. Un abrazo.

RosaMaría dijo...

Releo y me deleito con tus explicaciones, sigo asombrándome con su tamaño y el de sus ojos. Qué maravilla de entrada. Abrazo cariñoso

Tawaki dijo...

Rosa María, creo que no somos conscientes hasta que tomamos una pelota de baloncesto en la mano. Los ejemplares expuestos no son tan grandes, pero estoy convencido de que volverán a aparecer otros que sustituyan a los que se llevó el mar. La Naturaleza no deja de sorprendernos, ¿verdad? Un abrazo igual de cariñoso.