martes, 3 de septiembre de 2024

Château de Vullirens I

Se autoproclaman como los jardines más espectaculares de Suiza, y la verdad es que mereciendo mucho la pena, habría agradecido una mayor variedad de tipos de flores, que por lo visto van rotando a lo largo del año y dependen del momento de la visita.








Hay nueve jardines repartidos por la propiedad, y en ellos, además de plantas, encontramos esculturas modernas de diversos materiales. Lo he visitado dos veces, y para confundiros he mezclado las fotos.





El Jardín de Doreen se encuentra en el antiguo huerto del castillo. Su estilo inicial, típico de siglo XVIII, mutó a un diseño inglés del XIX. Peonías y rosas, junto a arbustos centenarios a lo largo de los parterres son las estrellas invitadas.







En el centro hay una docena de palmeras, un fotogénico túnel cubierto de laburnos y un muro donde se solean rosas de varios colores.





Llegar desde Zug es fácil, aunque lleva su tiempo y hay que madrugar. Tren hasta Morges, pasando por Zúrich y un autobús que sale cada hora y que nos deja muy cerca de la entrada del castillo. Aquí el transporte funciona de maravilla; todo lo contrario que en la tercermundista España cuyos constantes retrasos, combinados con la falta de información, tengo muy recientes en el momento de escribir esto. Es que si no lo digo, reviento.





Los jardines tienen más de 30 hectáreas y abren de abril a octubre, pero es entre mayo y junio cuando florecen más de 50.000 flores. Las esculturas llegaron después del matrimonio del propietario con la pintora Doriana Desternay. Es una colección que ha ido creciendo hasta alcanzar más de 90 obras contemporáneas que han sido creadas por artistas suizos e internacionales.








Pensaba continuar, pero me parece que la entrada ya es suficientemente larga por la cantidad de fotos, de modo que otro día volvemos con más flores. Tendréis tres entradas por el precio de una.