martes, 14 de octubre de 2025

Jane Goodall

Estaba pensando en cómo hacer una entrada homenaje a Robert Redford y a Claudia Cardinale cuando saltó la noticia del fallecimiento de Jane Goodall. Después de escribir esta entrada resulta que también nos ha dejado Diane Keaton.




De entre todas las publicaciones que he visto, la del The New York Times es la que más me gusta. El enlace que os pongo está en español y me ha servido de fuente para algunas fotografías que en este caso no son mías y para recabar información.

Decía la doctora Goodall que ella no eligió a los chimpancés con los que compartiría la mayor parte de su vida, sino que fue un trabajo ofrecido por el que fuera su mentor, el también doctor Louis Leakey. Por lo visto, el famoso paleontólogo, llevaba diez años buscando a alguien que estudiara a nuestros primos cercanos sin demasiado éxito, y es que antes, al igual que ahora, trabajo había, y lo que faltaban eran ganas de madrugar.





Una joven e inexperta Jane no solo aceptó el reto, sino que superó con creces todas las expectativas. Luchó denodadamente contra el hecho de ser mujer en un mundo de hombres, oponiendo paciencia y empatía a la frialdad científica del momento y sin disponer de un título académico que respaldara sus investigaciones. Conocido es el vídeo en el que da cuenta de las críticas recibidas por poner nombres a los chimpancés en lugar de números. En él, Jane nos dice lo que aprendió de uno de sus mejores profesores cuando era niña, Rusty, su perro: que los humanos no somos los únicos animales con autoconciencia, personalidad ni sentimientos, y que todos estamos interconectados.





Goodall llegó a Nairobi invitada por una amiga justo el día en que cumplía 23 años. Fue entonces cuando conoció a Leakey. En marzo de 1964, tras un noviazgo de casi un año, se casó con Hugo Arndt Rodolf van Lawick, fotógrafo de National Geographic, y tres años después, dio a luz a Hugo, su único hijo, al que apodó Grub. En 1974 se divorció y poco después contrajo matrimonio con Derek Bryceson, director de parques nacionales en Tanzania que fallecería de cáncer en 1980.




En 1977, fundó el Instituto Jane Goodall, que se convirtió en una de las mayores organizaciones mundiales de investigación y conservación sin ánimo de lucro, con oficinas en Estados Unidos y otros 34 países. Su programa Roots and Shoots, lanzado en 1991, enseña a los jóvenes sobre conservación en 120 países.

Jane nos pide que hagamos un mundo mejor no solo para los humanos, sino para todos los seres vivos del Planeta. Ella pensaba que cada día, cada uno de nosotros, podía influir de alguna manera, y que esa era nuestra responsabilidad; palabra que muchos temen, por cierto.

Le habría gustado permanecer en el anonimato, limitándose a observar los chimpancés, pero en lugar de eso, pensó en concienciar al mundo, viajando incansablemente durante 300 días al año desde 1986 hasta su muerte. Miles de personas se reunían para escucharla allá donde iba.





Ha fallecido en Los Ángeles mientras participaba en una gira de conferencias, a los 91 años y por causas naturales. Yo la admiraba, no tanto por ser quien era, sino porque luchó cuando otros se rinden, demostrando que el trabajo y el esfuerzo no te garantizan el éxito, pero ayudan más que las excusas a las que algunos son adictos. Yo prefiero aprender de los primeros e ignorar a los segundos.




Y a los medios de desinformación españoles que mencionaron que había inspirado la película Gorilas en la niebla, habría que explicarles que no la confundan con Dian Fossey, asesinada en 1985, y no equivoquen gorilas de montaña con chimpancés. Este es el nivel del periodismo patrio. Cuando no mienten a propósito, se equivocan por su falta de rigor.

Muchas fotos las he encontrado en esta página y las quitaré en caso de que sus dueños legales así lo soliciten.





Doctora Goodall, no siempre estuvimos de acuerdo, pero deja usted un precioso legado, ha sido un ejemplo y nos ha enseñado muchas cosas más allá de los chimpancés de Gombe. Por todo ello le doy humildemente las gracias.