Recomiendo leer antes la II, aunque no es imprescindible para seguir el relato.
En la primera entrada expuse cuál era el problema: conocer la situación exacta del barco, con el fin de saber hacia dónde dirigirse y evitar accidentes. El Parlamento Británico designó un comité compuesto por científicos y marinos para que juzgaran las diferentes propuestas. Este comité podía financiar aquellas que les parecieran más adecuadas, pero el máximo error permitido para entregar las 20.000 libras del premio era de medio grado (recordemos que la Tierra, como cualquier circunferencia, tiene 360º).
Podéis imaginar que en cuanto se corrió la voz sobre el premio prometido, se produjo un aluvión de posibles soluciones, cada cual más peregrina. De todas ellas sólo dos eran factibles.
Por un lado, los astrónomos pensaban que la respuesta estaba en los cielos. No en vano habían guiado a los marineros durante siglos, solo que ahora no se trataba del Mediterráneo, sino de mar abierto. El cielo a menudo estaba cubierto por nubes y en algunas latitudes casi no había noche durante gran parte del año. El movimiento de la luna, que avanza más o menos su diámetro cada hora, no era lo suficientemente conocido, y las fases de las lunas de Júpiter, a pesar de que se estudiaron durante años, no eran regulares.
La otra opción consistía en averiguar la hora local en barco, por la posición del sol, y compararla con la hora local en algún lugar cuya longitud fuese conocida, por ejemplo Greenwich o el puerto desde el que se había zarpado. Este método era más fácil, pero no existían relojes lo suficientemente precisos. Como las reglas del premio permitían un margen de error de medio grado, tenemos que:
360 grados / 24 horas = 15 grados por cada hora de diferencia.
1 hora = 60 minutos
0,5 grados = 2 minutos
Para ganar el premio hacía falta construir un reloj que no ganara o perdiese más de dos minutos en una travesía que podía durar meses. Aquí es donde retomamos a John Harrison (ver entrada inmediatamente anterior). Mientras los astrónomos buscaban la forma de hacer un mapa detallado de los astros, nuestro relojero trabajaba en un cronómetro de gran precisión.
La tarea no era pequeña. Los relojes necesitaban lubricante, pero los cambios de temperatura podían alterar la consistencia del aceite utilizado, haciéndole ganar o perder minutos vitales. Harrison se las ingenió para utilizar una madera que generaba su propio aceite, eliminando así el problema.
Pero eso no es todo, los péndulos no funcionaban bien en el mar, donde el movimiento de las olas es constante. Así mismo, las condiciones de humedad y temperatura afectan a los metales y a las maderas, haciendo que estos se expandan o contraigan. Es fascinante comprobar cómo nuestro hombre fue probando diferentes combinaciones de metales, cada uno en la proporción correcta, de forma que la expansión de uno compensara la contracción de otro.
Después de cinco años consiguió construir su primer cronómetro, llamado H-1.
Podéis imaginar que en cuanto se corrió la voz sobre el premio prometido, se produjo un aluvión de posibles soluciones, cada cual más peregrina. De todas ellas sólo dos eran factibles.
Por un lado, los astrónomos pensaban que la respuesta estaba en los cielos. No en vano habían guiado a los marineros durante siglos, solo que ahora no se trataba del Mediterráneo, sino de mar abierto. El cielo a menudo estaba cubierto por nubes y en algunas latitudes casi no había noche durante gran parte del año. El movimiento de la luna, que avanza más o menos su diámetro cada hora, no era lo suficientemente conocido, y las fases de las lunas de Júpiter, a pesar de que se estudiaron durante años, no eran regulares.
La otra opción consistía en averiguar la hora local en barco, por la posición del sol, y compararla con la hora local en algún lugar cuya longitud fuese conocida, por ejemplo Greenwich o el puerto desde el que se había zarpado. Este método era más fácil, pero no existían relojes lo suficientemente precisos. Como las reglas del premio permitían un margen de error de medio grado, tenemos que:
360 grados / 24 horas = 15 grados por cada hora de diferencia.
1 hora = 60 minutos
0,5 grados = 2 minutos
Para ganar el premio hacía falta construir un reloj que no ganara o perdiese más de dos minutos en una travesía que podía durar meses. Aquí es donde retomamos a John Harrison (ver entrada inmediatamente anterior). Mientras los astrónomos buscaban la forma de hacer un mapa detallado de los astros, nuestro relojero trabajaba en un cronómetro de gran precisión.
La tarea no era pequeña. Los relojes necesitaban lubricante, pero los cambios de temperatura podían alterar la consistencia del aceite utilizado, haciéndole ganar o perder minutos vitales. Harrison se las ingenió para utilizar una madera que generaba su propio aceite, eliminando así el problema.
Pero eso no es todo, los péndulos no funcionaban bien en el mar, donde el movimiento de las olas es constante. Así mismo, las condiciones de humedad y temperatura afectan a los metales y a las maderas, haciendo que estos se expandan o contraigan. Es fascinante comprobar cómo nuestro hombre fue probando diferentes combinaciones de metales, cada uno en la proporción correcta, de forma que la expansión de uno compensara la contracción de otro.
Después de cinco años consiguió construir su primer cronómetro, llamado H-1.
La foto la he tomado de:
http://images.google.es/imgres?imgurl=http://www.solarnavigator.net/images/h1.JPG&imgrefurl=http://www.solarnavigator.net/history/john_harrison.htm&h=706&w=739&sz=24&hl=es&start=3&um=1&tbnid=DoWX7qV2gMe92M:&tbnh=135&tbnw=141&prev=/images%3Fq%3Dh1%252Bharrison%26um%3D1%26hl%3Des%26sa%3DN
El H-1 aún funciona, y se puede ver en el Museo Marítimo de Greenwich.
Había llegado el momento de ponerlo a prueba. Un viaje a Lisboa demostró que el reloj era perfectamente fiable y que podía corregir los errores de cálculo que se producían utilizando otros métodos. Harrison regresó como un héroe, y podía haber ganado las 20.000 libras, pero era demasiado perfeccionista. Fue él mismo quien apuntó ante la comisión las cosas que necesitaba mejorar y pidió más tiempo para seguir desarrollando su proyecto.
James Cook y el capitán de la Bounty llevaron desde entonces sendas copias de este cronómetro en sus expediciones. Sus andanzas son muy interesantes, pero ya me estoy extendiendo más de lo que debiera.
Al H-1 le siguió un H-2 que nunca fue probado en el mar, y después un H-3, al que Harrison dedicaría veinte años. Para entonces, los astrónomos habían ganado demasiado poder dentro de la comisión, y Harrison vio con estupefacción cómo las reglas iniciales del premio eran cambiadas. No bastaba ahora con que construyera el reloj, sino que tenía que explicar cómo lo había hecho y construir varias réplicas que deberían ser entregadas a la marina, con lo que sus secretos peligraban. El premio seguía sin adjudicarse.
Después de años y años de continuas disputas consiguió terminar su último cronómetro en 1759, el H-4. La comisión se negó a creer que un reloj de apariencia tan simple pudiera ser más fiable que miles de datos astronómicos acumulados durante años. No olvidemos que Harrison no tenía estudios, mientras que sus rivales eran reputados científicos.
http://images.google.es/imgres?imgurl=http://www.solarnavigator.net/images/h1.JPG&imgrefurl=http://www.solarnavigator.net/history/john_harrison.htm&h=706&w=739&sz=24&hl=es&start=3&um=1&tbnid=DoWX7qV2gMe92M:&tbnh=135&tbnw=141&prev=/images%3Fq%3Dh1%252Bharrison%26um%3D1%26hl%3Des%26sa%3DN
El H-1 aún funciona, y se puede ver en el Museo Marítimo de Greenwich.
Había llegado el momento de ponerlo a prueba. Un viaje a Lisboa demostró que el reloj era perfectamente fiable y que podía corregir los errores de cálculo que se producían utilizando otros métodos. Harrison regresó como un héroe, y podía haber ganado las 20.000 libras, pero era demasiado perfeccionista. Fue él mismo quien apuntó ante la comisión las cosas que necesitaba mejorar y pidió más tiempo para seguir desarrollando su proyecto.
James Cook y el capitán de la Bounty llevaron desde entonces sendas copias de este cronómetro en sus expediciones. Sus andanzas son muy interesantes, pero ya me estoy extendiendo más de lo que debiera.
Al H-1 le siguió un H-2 que nunca fue probado en el mar, y después un H-3, al que Harrison dedicaría veinte años. Para entonces, los astrónomos habían ganado demasiado poder dentro de la comisión, y Harrison vio con estupefacción cómo las reglas iniciales del premio eran cambiadas. No bastaba ahora con que construyera el reloj, sino que tenía que explicar cómo lo había hecho y construir varias réplicas que deberían ser entregadas a la marina, con lo que sus secretos peligraban. El premio seguía sin adjudicarse.
Después de años y años de continuas disputas consiguió terminar su último cronómetro en 1759, el H-4. La comisión se negó a creer que un reloj de apariencia tan simple pudiera ser más fiable que miles de datos astronómicos acumulados durante años. No olvidemos que Harrison no tenía estudios, mientras que sus rivales eran reputados científicos.
La imagen la he tomado de:
http://images.google.es/imgres?imgurl=http://www.historiasdelaciencia.com/wp-content/uploads/2005/04/h4.jpg&imgrefurl=http://www.historiasdelaciencia.com/%3Fp%3D58&h=373&w=323&sz=18&hl=es&start=9&um=1&tbnid=b_3_IQikMQmocM:&tbnh=122&tbnw=106&prev=/images%3Fq%3Dh2%252Bharrison%26um%3D1%26hl%3Des
El H-4 perdió apenas cinco segundos en un viaje de casi tres meses, algo nunca visto antes. Pero no fue suficiente. De hecho, se decidió que tendría que ser sometido a una nueva travesía a la que siguieron meses de continuas deliberaciones.
Pero lo peor estaba por llegar. La comisión determinó que el reloj se quedaría en Londres bajo la supervisión de Nevil Maskelyne, el principal competidor de Harrison y su mayor enemigo. Maskelyne tenía que darle cuerda y tomar nota de su exactitud durante varias semanas que se convirtieron en meses. Se sospecha que el astrónomo sometió al reloj a un trato inadecuado, aunque no se pudo probar que lo hiciera a propósito.
Harrison, al borde de la desesperación, escribió al rey Jorge III, quien tomó cartas en el asunto. El rey recibió una copia intacta del H-4 y se comprometió a guardarlo en una caja hermética junto a otros de sus tesoros. El reloj sólo se sacaría para darle cuerda.
Harrison estaba feliz. Por fin alguien imparcial examinaría su creación. No obstante, el reloj comenzó a comportarse de forma errática, ganando y perdiendo minutos como ninguno de sus precedentes lo había hecho. Una noche, el rey recordó que había guardado unas cuantas piedras de magnetita junto a la caja del reloj y fue él mismo a quitarlas. Desde entonces el cronómetro se comportó con una precisión extraordinaria.
John Harrison recibió la parte del premio que le quedaba – le habían adelantado pequeñas cantidades como financiación – en el año 1773. Tenía por aquel entonces 80 años y le restaban otros tres para disfrutar de su bien ganado premio.
http://images.google.es/imgres?imgurl=http://www.historiasdelaciencia.com/wp-content/uploads/2005/04/h4.jpg&imgrefurl=http://www.historiasdelaciencia.com/%3Fp%3D58&h=373&w=323&sz=18&hl=es&start=9&um=1&tbnid=b_3_IQikMQmocM:&tbnh=122&tbnw=106&prev=/images%3Fq%3Dh2%252Bharrison%26um%3D1%26hl%3Des
El H-4 perdió apenas cinco segundos en un viaje de casi tres meses, algo nunca visto antes. Pero no fue suficiente. De hecho, se decidió que tendría que ser sometido a una nueva travesía a la que siguieron meses de continuas deliberaciones.
Pero lo peor estaba por llegar. La comisión determinó que el reloj se quedaría en Londres bajo la supervisión de Nevil Maskelyne, el principal competidor de Harrison y su mayor enemigo. Maskelyne tenía que darle cuerda y tomar nota de su exactitud durante varias semanas que se convirtieron en meses. Se sospecha que el astrónomo sometió al reloj a un trato inadecuado, aunque no se pudo probar que lo hiciera a propósito.
Harrison, al borde de la desesperación, escribió al rey Jorge III, quien tomó cartas en el asunto. El rey recibió una copia intacta del H-4 y se comprometió a guardarlo en una caja hermética junto a otros de sus tesoros. El reloj sólo se sacaría para darle cuerda.
Harrison estaba feliz. Por fin alguien imparcial examinaría su creación. No obstante, el reloj comenzó a comportarse de forma errática, ganando y perdiendo minutos como ninguno de sus precedentes lo había hecho. Una noche, el rey recordó que había guardado unas cuantas piedras de magnetita junto a la caja del reloj y fue él mismo a quitarlas. Desde entonces el cronómetro se comportó con una precisión extraordinaria.
John Harrison recibió la parte del premio que le quedaba – le habían adelantado pequeñas cantidades como financiación – en el año 1773. Tenía por aquel entonces 80 años y le restaban otros tres para disfrutar de su bien ganado premio.
45 comentarios:
:o
Impresionante!
besos
eso si que es un afan de superación, en todos los sentidos.
besos, curioso lo de la magnetita, ahora te vas a poner con las brujulas?
Me encanta
:)
Genial historia...que pundonor, el de este hombre...negarse a recibir el premio...hasta el final....
Que increible no? Este Harrison es como muchos "dotados" con un don especial: raros pero tan capaces. besos.
Ya quiero leer la continuación
Muy buenas entradas, Tawaki!
Gracias al tesón de aquellos que son concienzudos sobre las cosas hemos podido avanzar... aunque no sepamos que estas maravillosas personas existieron... todavía utilizamos las cosas a las que ellos dedicaron su vida.
Un saludos.
A la pucha con el hombre!! Cómo dice un cantautor nuestro!! En fin, al menos más tarde que temprano, pudo recibir su premio. Muy interesante tu historia. Cariños
Impresionante historia, sin duda que hay muchos genios que no han recibido educación y sin embargo sorprenden con lo que pueden llegar a hacer.
Saludos
la magnetita dichosa!!! buena historia y buen contador Tawaki.
Gracias.
Me ha encantado la historia, bellísima, emocionante pero que te pone enferma al comprobar que las envidias y las intenciones malsanas han existido siempre. Qué pena que se haya puesto tanto a prueba a quien merecía desde el principio tanto reconocimiento. Y al final apareció Cook!!! Besos.
Tawaki, maravillosa historia. Me ha encantado.
Un beso
Realmente interesante. Esta historia viene a corroborar que muchos inventos tardan muchísimo en salir a la luz por la ineptitud de las personas que tienen que tomar las decisiones de si algo es válido o no y que va en perjuicio de los inventores y de las ventajas que la gente pueda optener de esos inventos. Lo malo es que todavía hoy en día pasan cosas así.
Un abrazo y buen fin de semana.
Hola Tawaki!!!
Es maravilloso que existan genios capaces de lograr lo que hizo este hombre!
Gracias por llevarme a deducir que debo tener en mi interior algunas magnetitas que no me permiten la orientacion!!! jajajaja
Lo de mis premios ya me da pudor, amigo!... pero si no los pongo el que me los otorga puede pensar en un desaire... entonces me encuentro en la dualidad de la accion pertinente :)
Muchos besos desde Argentina
Siento mucho que me haya quedado una entrada tan larga. Me ha podido la emoción. Intentaré que no vuelva a suceder.
Belén, y que lo digas. Besos.
Isobel, las brújulas también tienen su historia, pero ya he abusado bastante de vuestra paciencia. La contaré otro año. Un abrazo.
Almena. Me encanta que te encante :)
Merce, que pase algo así en nuestros días es incencebible. Un abrazo.
Marce, todos lo genios nos parecen raros, ¿verdad? Un abrazo.
Raquel, me temo que habrá que esperar a que resucite.
Manderly, tienes razón, debe haber cantidad de personas como él. Olvidamos sus nombres mientras nos valemos de su talento. Saludos.
Nélida, muchas gracias. A mí me emocionó cuando la conocí.
Javier, ¿te imaginas si encima lega a estudiar? Un abrazo.
A.V.G siento que me haya quedado tan larga. Muchas gracias por leerla, eres un valiente. Un abrazo.
Isabel, te digo lo mismo que a A.V.G. La parte de Cook te la dejo para que nos la cuentes tú. Un beso.
Nieve, eso me pasó a mí cuando la conocí. Un beso.
Abedugu, ineptitud, egoísmo, afán de figurar. Como siempre, has dado en el clavo con tu comentario. Un abrazo.
Brisa de amor, va ser eso, la magnetita, ja,ja. En cuanto a lo de los premios, coincido contigo. Hay que cambiar el sistema de forma que nadie se ofenda, pero evitando esta locura. Un beso.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Anonadado. Que genio. Voluntad y superación! Que maravilla.
Esque realmente me deja con pocas palabras...
Sigue contando cosas por favor!
Hipnótico y apasionante, como todos tus post. He aprendido un montón :)
Besotes y gracias por todo, amigo lindo
HOla, no hay problemas de que te enlace en mi blog? Espero tu respuesta. Cariños
Hola tawaki, Queeeé tal! Me encantó este post pues no sabía nada sobre esto, así que mil gracias por hacer conocer esta historia. A la final recibió su premio, tarde pues solo lo disfrutó tres años pero por lo menos se hizo justicia... esto demuestra que si le pones dedicación, si te lo propones lo logras no importa de donde vengas... de verdad fascinante. Besitos!!
Hola, después de andar desaparecida un tiempo por aquí, vuelvo a leer tus escritos con mucho interés. He leído los tres artículos, y comento aquí, me ha encantado, me gusta mucho saber cosas de historia y creo que la mejor forma es aprenderla así, con estos relatos amenos, así que por favor no pierdas la costumbre de hacerlos, y no creo que resultan largos, eso es algo relativo, si lees algo interesante, el tiempo que tardas en leerlo se te va en un plis-plas.
Saludos!!
En verdad que dejó su vida en este trabajo, pero imagino que, a pesar de los reveses, esto le daría toda clase de satisfacciones, porque no hay nada más grato que disfrutar del trabajo y los logros de uno mismo, con su propio esfuerzo.
UN abrazo
Hermosa historia y muy bien narrada! Admiro a este tipo de personas, tan dedicadas, geniales y consecuentes! Bravo, gracias por compartir tus conocimientos y tu emotividad! Un abrazo, rolo
JuaKo! me alegro de que te haya gustado. Ya encontraré alguna historia, a ser posible un poco más corta.
Azul, y yo que pensé que ya lo sabías todo... Tienes que volver ¡ya! Te echo de menos. Un besote.
Nélida, será un honor. ¿Puedo hacer lo mismo? Yo suelo ser un poco lento a la hora de enlazar, pero visito muchos otros blogs. Besos.
Yo! A mí lo de este hombre me parece increible. Me llegó muy hondo y me emocionó. Un beso, amiga.
Lola, agradezco mucho tus palabras porque me asusté al ver todo lo que había salido. Me emocioné.´Yo, que no fui un buen estudiante de Historia en el colegio, me estoy interesando ahora por ella, así que seguro que encuentro más cosas que compartir. Un saludo cariñoso.
Trini, otra valiente digna de que le den una medalla. Tienes razón, al menos dedicó su vida a lo que le gustaba hacer, y al final consiguió el reconocimiento que merecía. Un abrazo.
Rolocine, yo también os admiro y creo que deberíamos dar más publicidad, como haces tú en tus blogs con fotógrafos y pintores, a sus logros. Un abrazo.
Muchas gracias a todos por sus comentarios.
Claro que puedes enlazarme, para mi también será un honor. Gracias. Besoss
Interesantisimo,porque me encanta el mar y ademas me parece una historia preciosa,toda su vida dedicada a algo y lo consiguio!!!
Muchisimas gracias cara guapa por la historia y por el premio,un placer!
Un besazo
Impresionante historia :)
genial, Todo lo que puede aprender una de los grandes hombres del pasado. Al final recibió el premio merecido y pudo disfrutarlo,muchos murieron en la indigencia y su obra los hizo inmortales mucho despues, como Mozart.
Parece, amigo, un cuento de intriga.
Bella forma de expresar una historia tan curiosa como desconocida.
Un abrazo
Me gustó,que interesante y bonita historia.Como siempre sigo aprendiendo con tus post, voy a tener que llamarte "profe".Aunque te haya quedado largo apetece leerlo por la forma en que la redactas.
Bravo Tawaki, un abrazo.
a veces las personas tienen algo innato, algo que les sale de dentro y son capaces de hacer cosas extraordinarias, más que ninguna otra persona con esos estudios específicos.Esto es un claro ejemplo, yo no se si el de la pelicula del 'perfume' esta basado en un hecho real pero ese podria ser otro ejemplo, como un chico sin haber estudiado jamás nada sobre aquello era capaz de diferenciar y oler cada cosa.
Me encantaría un post sobre el capitan Cook, tengo su libro y vi algunas películas sobre él hace ya mucho tiempo.
un abrazo
Una interesante historia, sin duda. ¿Tendrán lugar ahora retos parecidos y no nos estaremos enterando?
Besos.
ufff eres un pozo de sabiduría!!! besos de luna
te invito a participar en mi modesto blog de directorio y votaciones de otros blog te conocerán un poco mas http://aquiestatublog.blogspot.com
soy un particular en esta aventura y voy de blog en blog escogiendo,pero si consideras que esto es spam,te pido perdón y disculpas
si añades tu blog,hazlo en el libro de visitas y mira algo de publi del blog,eso valora mi trabajo
gracias
Gracias por tus comentarios ,estando tan tristona porqué Casper no aparece, leer vuestros comentarios me anima un poco .
Un saludito .
hola corazon, pase a saludar esperando este bien,...
besos violetas...
El tiempo para disfrutar del premio se parece bastante a una jubilación española en según que casos, lo que no iguala es la cuantía, desde luego.
Tawaki, una entrada genial! la he leído con mucho interés y como de una novela de suspense se tratase pendiente del final jeje...
Me ha impresionado que alguien sin estudios pudiera realizar una obra tan precisa, creo que bien podría ser un Mozart de la relojería...
¿sabes lo que me gustaría? que estas personas tan geniales (en el sentido más estricto de la palabra) pudieran disfrutar de conocer lo que el Hombre ha llegado a inventar gracias a sus investigaciones iniciales , por ejemplo ¿con qué interés reconocería esta persona los nuevos relojes digitales sincronizados por satélite?...en fin...
Contigo ya no tengo que comprarme revistas de Historia jaja...
Felicidades por la entrada Tawaki!
He disfrutado un montón con la historia que nos has contado. ¿Pero falta, verdad? Aún no nos has explicado todo. Espero con impaciencia la continuidad de tu relato.
Coño, da gusto pasearse por aquí y aprender nuevas cosas. De verdad ¡muy interesante! (Uy, espero que la revista no me denuncie por copiarle el nombre)
Nélida, muchas gracias y un beso.
Trapiello, me alegro mucho de que te haya gustado. El premio es muy merecido. Un beso.
Isabel, a mí también me llamó la atención. Besos.
JAssy, tienes raón; él pudo disfrutar, aunque tarde, del reconocimiento a sus esfuerzos. Besos.
Antiqva, los elementos estaban´ahí en la historia. Yo sólo he intentado estropearlos lo menos posible. Un abrazo.
Rajo de luz, muchas gracias por tus palabras de ánimo. Sólo soy un alumno que se interesa por muchas cosas. Besotes.
Florci, pues sí, yo creo que hay gente que nace con un don especial. De Cook me sé un par de historias, pero tendría que documentarme un poc o antes. Un abrazo.
Leo, estoy seguro de que sí. Es una lástima que no se les dé más publicidad. Su público quizás sea escaso, pero existe. Un beso.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Luna Llena, ya quisiera yo. ¿Cómo estás? Espero que recupererándote y cogiendo fuerzas.
Goloviarte, muchas gracias por la invitación pero tengo que pensármelo. Este blog es para mí y para los que quieran compartirlo porque les guste, pero no busco publicitarlo de momento. Tengo que volver por tus blogs con más tiempo, ver tus obras y comentarte con tiempo. Un abrazo
Los retales de Luisa, anímate, seguro que termina apareciendo, ya lo verás. Acabo de ver en tu blog que aún no ha regresado. Besos.
La LLama Violeta, muchas gracias, guapa. Un beso.
Juan Rafael, sabia reflexión. No esperaba menos de ti. Un abrazo.
Pulgacroft, sería estupendo que desde el más allá se pudieran contemplar el resultado de nuestras acciones. Te cobraré entrada a partir de ahora, ja,ja. Un beso.
Dintel, me alegro de que te haya gustado. Me temo que termina aquí, pero ya estoy pensando en la siguiente. Un abrazo.
Zebedeo, ¿te refieres a lo de Sospechosos Habituales? Bienvenido por aquí y un abrazo.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Saludos: Muy bueno el tema. Tambien me interesa la nautica y la historia. Estoy leyendo ultimamente mucho sobre antiguos navegantes y aventureros (la exploracion de "Niger" por los ingleses; por ejemplo) y en verdad que "nos quedamos cortos". Casi todos tenian un coraje inquebrantable y una voluntad poco comun hoy dia. Saludos dede Puerto Rico!
Amilcar, gracias por tu visita. ¿Qué libro me puedes recomendar sobre el Níger? Soy un mero aficionado que busca libros que sean amenos sin dejar de ser históricos.
Un abrazo.
!Saludos!: Pues ahora asi de repente no tengo uno especifico; pero estoy buscando bajar de Google un faccimil de la Revista de Madrid (creo que de 1845 o algo asi) pero he confrontado problemas con el archivo. Es de este documento al que me referia. Pero pronto te dejo saber si encuentro uno. Estoy en esa linea de pensamiento desde que baje completa la Revista "La Guinea Espanola"...Te sigo contando luego> Saludos!
Amílcar, pero que sea facilito, ¿eh? que me das un poco de miedo :)
Un abrazo y gracias por pasarte.
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