martes, 14 de marzo de 2017

De Klingenstock a Fronalpstock

Lo más complicado de esta excursión es pronunciar los nombres.

En realidad ya había estado en ambos miradores (ver entrada de marzo de 2015, titulada Telesillas en Stoos) pero en esta ocasión se trataba de subir en telesilla hasta Klingenstock y caminar por la cordal de la montaña hasta Fronalpstock, usando el otro telesilla para bajar hasta Stoos.


Se trata de un recorrido muy sencillo, ligeramente superior a los 5 km pero que tiene al final una fuerte subida para salvar un desnivel de 200 metros. La verdad es que me costó de lo lindo.

Menos mal que en Fronalpstock me esperaba un restaurante de montaña en el que di cuenta de un Rosti con un par de huevos fritos. El Rosti es un plato típico suizo que antiguamente se comía en el desayuno pero que ahora sirve como acompañamiento. Para que os hagáis una idea, es como una tortilla de patatas sin huevo.

Pero no adelantemos acontecimientos, que para ganárselo primero hay que caminar. El día estaba bastante nublado, con una temperatura ideal, pero con cierto celaje que no es el mejor compañero para las fotos de paisaje. Un año antes habíamos tenido un día soleado precioso.

Nada más llegar a Klingenstock nos asomamos al precipicio. Las fotos no muestran con exactitud ni su profundidad ni lo estrecho de la cresta en la que nos encontramos.




La ruta sube y baja sin ninguna dificultad. Hay bastante gente, pero caminan en silencio y apenas molestan. Las vistas son espectaculares y nos detenemos a menudo.





Al poco rato ya vemos el lago de los Cuatro Cantones.






En esta foto vemos al amigo que me acompañaba, apenas un puntito azul junto al barranco.




Luego llegaría una bajada un pelín incómoda por las piedras que había más que por otra cosa y la temida subida, pero antes os pongo un par de fotos que hizo mi compañero de excursión del típico paisaje suizo, con vaca incluida.





El premio después de la subida, además del restaurante, son estas vistas del lago.





13 comentarios:

Giga dijo...

Un gran viaje. Maravillosas vistas. Fotos de la vaca son dulces. Saludos.

Ligia dijo...

Una maravilla como siempre, con unas imágenes espectaculares que seguro ni imaginamos en original. Abrazos

alfonso dijo...


Los paisajes son impresionante. Toda Suiza lo es, por lo visto.
La excursión bien ha merecido la pena. El día fue excelente y la sesión fotográfica todo un lujo.

Un abrazo

· LMA · & · CR ·

RosaMaría dijo...

Siempre digo que los mejores viajes son los que brindan estas vistas maravillosas.Unas fotos estupendas. Saludos.

Mari-Pi-R dijo...

Siempre me sorprendes por los lugares tan bonitos que llegas a visitar, yo soy más metropolitana, pero no obstante admiro la belleza que la naturaleza nos ofrece.
No dejes de andar y pasear mientras tus piernas te lo permitan.
Un abrazo.

unjubilado dijo...

Las fotos como siempre preciosas, pero como yo tengo mucho vértigo me quedé en el teleférico y desde allí hice una foto.

Tawaki dijo...

Giga, las fotos de la vaca me gustaron tanto que se las pedía a mi amigo. Es un paisaje precioso, de un lugar que ya he visitado dos veces.

Ligia, me queda muy cerca de casa, así que imagina la ilusión con la que subo a esas montañas cada vez que hace bueno.

ñOCO Le bOLO, es que Suiza tiene muchos rincones preciosos. Poco a poco los voy descubriendo, y la verdad es que no me canso de ninguno. Los hay más y menos bonitos, pero todos están cuidados.

Rosa María, fue una excursión preciosa que repetiré más veces, porque no me canso de admirar ese paisaje tan bonito. Te da mucha tranquilidad.

Mari-Pi-R, eso hago, caminar todo lo que puedo, porque me queda mucho por ver. A ver si te traigo pronto alguna metrópoli, pero es que a mí me tira más lo natural, ya lo sabes.

Un jubilado, una foto con el típico cielo nublado de Suiza. Aun así, el paisaje es tan espectacular que merecería la pena subir, aunque yo procuro hacerlo cuando la visibilidad es buena. Esos telesillas no son baratos...

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.

Senior Citizen dijo...

Esto ya es casi montañismo puro y duro... Pero vale la pena si se puede.

Ambar dijo...

! Que preciosidad !. No sabes cuanto me ha gustado el paseo y lo poquito que me he cansado. La pena es que no he respirado ese aire, ni he olido la hierba ni he contemplado el lago ni he comido en ese restaurante. He disfrutado, eso si, de tu relato y de las estupendas fotografías.
Besos

nella dijo...

Precioso paseo. Me encanta el sendero que te lleva al borde de ese abismo azul, incluidos cielo y vaca de tu amigo. Al rosti, le faltaba un poco de pimienta :)
Beso

Contadora de Libros. dijo...

¿Ya ha pasado dos años de aquella entrada? La recuerdo perfectamente....como si fuera....ayer!!! Caray.
Cuánta calma transmiten tus fotos, cuánta paz se respira y qué hermosos y tranquilos paisajes. Para perderse y no encontrarse a uno mismo durante un buen rato.
La primera foto es de postal, me pregunto cómo será vivir justo ahí. Un sueño.
Todas las fotos son preciosas, unas vistas espectaculares, sí que da sensación de estrecho ese camino.
Todas me volvieron a transmitir serenidad, tranquilidad, belleza, desconexión, confort...
Gracias por compartir.
Un beso.

RosaMaría dijo...

Vuelvo y digo: Las verticales me parecieron estupendas. Las vacas posaron especialmente para nuestro deleite. Besos nuevamente.

Tawaki dijo...

Senior Citizen, no te creas, la parte más complicada la salvas con el telesilla. Eso es ,lo bueno de Suiza, que te suben hasta la cima y se puede caminar sin demasiado esfuerzo. Solo al final de la ruta había un buen desnivel.

Ámbar, llegará un día en el que podremos disfrutar de todo eso a través de un ordenador. Me pregunto si merecerá la pena. Quizás para los que no lo hayan experimentado de primera mano.

Nélida, creo que le faltaba toda, ja,ja, porque no le ponen. Y mira que me gustan las especias. Tener este paisaje a unos minutos de autobús desde casa es un privilegio. Me gusta ver la silueta de lagos y montes desde tan arriba.

Nélida G. A., el tiempo vuela. Dentro de poco cumpliré cuatro en Suiza... Es un sitio muy tranquilo con tráfico rodado restringido. Una delicia para visitar, aunque creo que a mí se me queda un poco pequeño para vivir. Es un lugar al que sin duda volveré, porque estar en plena cordal, con esas vistas es una gozada.

Rosa María, las vacas iban a lo suyo, tan tranquilas, para mí que estaban medio drogadas con tanta hierba, je,je. Con las verticales intento mostrar la caída, el precipicio, la inmensa altura a la que nos encontramos.

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.