Lisboa merece no una, sino varias visitas, porque
conjuga modernidad con un pasado espectacular que a veces soslayamos. Todos los
años tengo que acercarme por allí por trabajo, y, siempre que puedo, me escapo
algunas horas, tiempo escaso que generalmente dedico al impresionante tanque
central del acuario. Pero en esta ocasión cambié de destino y fui al Monasterio
de los Jerónimos, aprovechando que el día era soleado. Las fotos las hice con
el móvil, y por eso tienen peor calidad.
La fachada sur se encuentra paralela al río, y es lo
primero que nos encontramos. Todavía es demasiado pronto y tengo que esperar
casi una hora a que abran. El lado positivo es que hay menos turistas, porque
cuando salgo, horas después, las hordas de Atila han invadido el recinto. Mientras
abren, me entretengo sacando fotos del portal occidental, en la primera vemos a
la reina María; en la segunda al rey Manuel acompañado de San Jerónimo.
La historia del monasterio se remonta a
1495, cuando el rey Manuel I solicita a la Santa Sede fundarlo para la orden de
los Jerónimos, pero la primera piedra no fue colocada hasta una década después,
ya iniciado el siglo XVI. Posteriores retrasos, causados por la escasez de
fondos y por problemas operativos, motivaron que la obra se realizara en dos
fases.
La primera de ellas fue llevada a cabo por Diogo
Boitaca (en realidad Jacques Boytac) un maestro originario del sur de Francia
que vivía en Lisboa, mientras que la segunda se la debemos al español Juan de
Castillo, conocido en el país vecino como Joao de Castilho.
Una bula papal lo convirtió a mediados de
1517 en sede principal de la Orden en Portugal, pasando a ser, además, mausoleo
real tras la muerte de la segunda esposa del rey. Pero su hijo, Juan III no
demostró demasiado interés por la obra, modificando el estilo arquitectónico,
que se volvió más clásico, y traicionando los deseos de su padre de convertirlo
en panteón real.
El estilo híbrido que llegó a conocerse
como manuelino, fue en gran parte producto de la colaboración del maestro
francés con los portugueses, y este monasterio es su máximo exponente. Pero el
término no se originaría como tal hasta 300 años más tarde.
El claustro, de dos alturas, es espectacular. Su planta
es cuadrada, pero al tener las esquinas truncadas, le da una cierta forma
octogonal. Fue diseñado por Boitaca e incluye muchas características de su
gótico tardío. La mayor parte de la decoración es vegetal, aunque se incluyen
algunos animales. La simbología religiosa convive con la secular.
El monasterio fue abandonado en 1833 como consecuencia de un decreto que abolió las órdenes religiosas, comenzándose su restauración
unas décadas más tarde. A pesar de que no era su propósito inicial, el edificio
se ha convertido en un inmenso memorial de los grandes descubrimientos
portugueses, y de hecho hay muchas referencias en la decoración.
No podemos obviar la iglesia, monumental como pocas, y diseñada como Hallenkirche o iglesia de salón. La estructura del techo, con
numerosos nervios era una novedad en el Portugal de la época. La iconografía,
elegida para rendir homenaje al rey, no llegó a completarse y varios nichos,
unos 130, quedaron sin esculturas.
En 1940, las tumbas de Luis de Camoes y Vasco de Gama
se trasladaron al coro bajo. Ambas fueron esculpidas en 1894 por Costa Mota Tio
en estilo neo-manuelino.
La capilla mayor actual fue iniciativa de la reina
Catalina, que actuó como regente del rey Sebastián, de 1557 a 1562 y su estilo
es clásico.
13 comentarios:
El monasterio de los Jerónimos es impresionante y has aportado datos muy interesantes que yo desde luego agradezco.
Un abrazo
Es curioso el claustro, con los pilares retranqueados respecto a la balustrada. O al revés, la balustrada avanzada.
Es precioso. He visto poco o mejor dicho, nada, de Lisboa, pues cuando fuimos hace años solo fue "de pasada". Habrá que volver para ver esta joya. Abrazos
Muy bonito, Tawaki.
Me ha gustado mucho este Monasterio que no conocía.
He ido incluso, por gusto y por interés, a mirar en la red más cosas sobre él.
Tu entrada está muy bien explicada, rica en detalles y en historia. Y las fotos son un gran resumen que lo complementa.
De ellas, me gustaron todas, en especial las del impresionante Claustro. Cuánta belleza y qué sensación de recogimiento.
Mi favorita, la número 10
Gracias por compartir.
Un beso.
Una arquitectura majestuosa. Algo demasiado laborioso hasta el más pequeño detalle
Ámbar, es una de las joyas de una Lisboa que siempre ha permanecido en segundo plano, pero que se va convirtiendo en un destino turístico muy solicitado.
Senior Citizen, tardó mucho en ser construido, y la mezcla de estilos, que además no son puros, es notable. Una maravilla de edificio por su singularidad.
Ligia, Lisboa es de esas ciudades que aprendes a amar según la visitas más y más veces. Hay que olvidarse del ajetreo de los turistas y hay que adentrarse en sus callejuelas más recónditas.
Nélida G.A., es un edificio notable, muy bello, y muy simbólico. Lisboa va despertando de su letargo y conforme se moderniza, nos muestra sus maravillas, que son muchas. Encima, tuve mucha suerte y tanto el sol, como la luz de la mañana resaltaron los detalles de las piedras. Lástima que solo tuviese el móvil para captarlo, pero las fotos me gustan.
Alí Reyes, y que lo digas. En aquel tiempo se trabajaba a conciencia, buscando más lo bello y perdurable, sacrificando la inmediatez y las prisas.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Como siempre las fotos, pese a que digas que al estar sacadas con el móvil son de inferior calidad, son preciosas.
Yo también estuve en el mencionado monasterio.
Conozco muy poco Lisboa, la visité deprisa con poco tiempo.
Me ha gustado mucho el Monasterio de los Jerónimos, sobre todo el claustro es toda una gran obra como de filigrana.
Un abrazo.
Hola Tawaki
Ciertamente soslayamos aquello maravilloso que podríamos encontrar en Lisboa, ese ha sido un sitio aparcado, en mi familia, porque creemos que existen otros lugares más atractivos; qué equivocados hemos estado.
Veo al monasterio de los Jerónimos sencillamente espectacular, amo ese tipo de arquitectura; el gótico siempre me sorprende. Ha sido un gusto hacer un alto en mi trabajo y deleitarme con tu reportaje. Las fotos están estupendas como siempre.
Deseo que pases maravillosamente. Salud, un abrazo
Es muy bello. La estructura, su arquitectura. Lo gótico realmente seduce.
Imagino que nadie de las hordas de Atila te vio salir, no? :)
Beso
Un jubilado, es que el día acompañó y el azul del cielo y el amarillo de la piedra siempre combinan bien.
Mari-Pi-R, yo tengo que ir por trabajo al menos una vez al año, y aunque tengo poco tiempo, siempre procuro escaparme un rato. Es una ciudad que aprecias más conforme mejor la vas conociendo.
Rud, hay otros lugares más atractivos, pero Lisboa se va haciendo un hueco. Su gastronomía ha mejorado y sus monumentos, que son testigos de una historia espléndida, son más accesibles que nunca. Las gentes son amables como en pocos sitios y da gusto pasear por sus calles. Sí, hay más sitios, pero Lisboa merece una oportunidad.
Nélida, cierto, la comunión entre tierra y cielo que nos muestran esos arcos nos atrae sin remedio. Las hordas de Atila eran más educadas en aquellos tiempos...
Muchas gracias a todos por comentar.
·.
Por supuesto, Lisboa siempre se merece volver... y yo lo tengo pendiente. Las veces que estuve salí,, enamorado de la ciudad. Y de Oporto, Y de Portugal.
Suerte tienes de volver a menudo, aunque sea por trabajo. Considéralo una gran gratificación.
Como siempre, las fotos son magníficas, aunque sea de móvil. Y las palabras, loo habitual, el complemento perfecto. ¡Ni que te dedicarás a hacer guías turísticas!
Un abrazo Javier
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La Mirada Ausente · & · Cristal Rasgado
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ñOCO Le bOLO, poco a poco, Lisboa ha levantado cabeza y se ido poniendo en el mapa hasta llegar a ser un atractivo turístico importante de ese Portugal de gentes tan amables. Da gusto volver, y cada año lo disfruto más. Gracias por tus palabras; procuro informarme, primero para aprender yo, y también para compartir con los demás. Un abrazo.
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