No recuerdo cómo supe de la existencia de este acuario, pero me faltó tiempo para ir a visitarlo. Para empezar, Constanza es una ciudad que me encanta, especialmente los domingos, cuando a veces me acerco para tomar una cerveza y una hamburguesa a orillas de su enorme y precioso lago.
El Sea Life, que es como se llama, está muy ligado al número tres, ya que cuenta con 3.000 peces de agua dulce y salada que viven en 30 acuarios que ocupan un área de 3.000 metros cuadrados.
Iba armado de mi cámara réflex, pero la oscuridad era tal que los peces salían movidos sin remedio aun usando ISOs altos, así que la guardé en la mochila y tiré de los vídeos del móvil. Por eso las fotos, que en realidad son capturas de vídeo, han salido así. Pero claro, lo principal es el bienestar de los animales.
El lugar está dividido en varios ambientes, el mar del Norte, el mar Rojo, un arrecife tropical, una recreación del puerto de Rotterdam, una selva, un naufragio, un río de montaña, y, por supuesto, el lago Constanza.
Todos ellos son muy interesantes, aunque el más espectacular es el mar Rojo, que en realidad se parece más al Mediterráneo. A este espacio accedemos a través de un túnel de ocho metros de largo que atraviesa un acuario que contiene 320.000 litros de agua salada.
Encontramos allí tres especies de tiburones, el de aleta negra, que no paraba quieto, un tiburón nodriza de buen tamaño y un tiburón bamboo que no se dejó ver, imagino que porque estaba escondido en el fondo del inmenso acuario. Del tiburón de aletas negras ya os hablé en mi otro blog.
Hace poco, usando fotos de este acuario, hice una entrada sobre el tiburón nodriza, para los que queráis saber más sobre ellos.
Pero la verdadera estrella es una inmensa tortuga verde que apenas podemos entrever a través de los arañazos del cristal y los muchos reflejos. Esta especie protegida desde 1988, habita en mares tropicales y subtropicales, y toma su nombre del color de su caparazón, entre verde y marrón. El cambio climático las está afectando, ya que con temperaturas más altas nacen muchas hembras y pocos machos, pero ya sabemos que esas cosas no importan a casi nadie.
Cuando toda esta pandemia termine tengo que volver; quizás entonces sea capaz de encontrar al esquivo tiburón bamboo.
8 comentarios:
Los acuarios siempre tienen un encanto especial para quienes amamos la vida marina. En ellos podemos recrearnos a nuestro ritmo y al que marquen las diferentes especies marinas.
Veo que aprovechaste muy bien tu visita a este acuario de Constanza. Las fotos salieron muy dignas 👍🏻.
Gracias por compartir.
·.
Siempre me han atraídos los acuarios. Me permiten entrar en un mundo para mí inaccesible y lleno de belleza. Las fotos son lo de menos, lo importante son las sensaciones y un acuario siempre es fuente inagotable.
Un abrazo Javier
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LaMiradaAusente · & · CristalRasgado
Tu armador estará loco de contento con esas capturas tan buenas. Eso sí, a mí me da que a la tortuga verde la estabas poniendo negra, porque vaya carita de cabreo que tiene. En la última foto parece que te esté diciendo: «¡Que vale ya de hacer fotos, coño!». :)
No conocía al tiburón bambú. Vaya nombre más cachondo, ¿no? ¿Sabes por qué lo llaman así? La verdad, suena a seudónimo de mercenario de películas como «Top secret».
Un abrazo,
Hermano C
Curioso lo del tres, del que dicen los numerólogos que es un número con significado expansionista... Recrear tantos escenarios acuáticos distintos no habrá sido fácil, pero cuando se trata de mantener óptimamente a los animales el esfuerzo siempre merece la pena. A ver si puedes visitar de nuevo el Sea Life y logras ver las especies menos dadas a apariciones estelares.
Recuerdo que cuando se estrenó el de Zaragoza cuando la Expo 2008, no dejaban para nada hacer fotos para no molestar a los animales.
A mí me encantan los acuarios, me quedo extasiada viendo las evoluciones de los peces, así que, en ese acuario tan completo, me pasaría horas mirando. Si me pasaba rato y rato mirando el pececito que tuve en una pecera cuando era niña... y el mal rato que me llevé cuando se murió y comprobé que una pecera no es buen sitio para un ser vivo.
Contadora de Libros, ya sabes lo que me gustan este tipo de bichos, así que aprovecho cada ocasión que se me presenta. El hecho de estar lejos de la costa no es óbice para disfrutar de los animales marinos que se me pongan a tiro.
Alfonso, deberías aprender a bucear, o al menos hacer un bautismo. Ibas a flipar.
Hermano C, no me extraña que la tortuga estuviese harta, con la cantidad de fotos que le tiré a la pobre. Desconozco de dónde saca el tiburón bambú su nombre, salvo que sea por lo cilíndrico de su cuerpo. No es muy grande, de aproximadamente un metro, pero se habitúa a vivir en cautividad, por lo que lo tienen en muchos acuarios. Espero verlo la próxima vez.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Una mirada, eso espero. La entrada no es barata, pero se comprende que mantener estos acuarios, con tantas especies diferentes cueste lo suyo. Lo mejor es que estando en el centro de Europa, muy lejos de la costa, podemos admirar estos animales tan bellos.
Un jubilado, generalmente lo que hacen es prohibir el flash, que es lo que realmente les molesta. Además, un flash en estas condiciones tan oscuras no sirve de nada. Ojalá pueda ver el de Zaragoza algún día; debe ser impresionante.
Senior Citizen. por eso son tan caros, porque procuran hacerlos grandes, aunque siempre nos queda la duda de cómo se adaptan algunas especies. Lo cierto es que no hay nada como la libertad del océano. Me pasa como a ti, que me puedo quedar horas y horas viendo nadar a los peces.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
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