jueves, 13 de abril de 2023

Museo Richard Wagner en Lucerna

Suiza es un país relativamente pequeño, pero está plagado de lugares interesantes que conviene visitar. Llevaba mucho tiempo queriendo ir a la casa donde Richard Wagner pasó seis años (1866-1872) junto a su segunda esposa, Cosima, y sus hijos, en Tribschen, a orillas del lago de Lucerna, pero por unas cosas y otras, los fui posponiendo.





Es un paseo de una media hora desde la estación de tren, y si bien los edificios no son gran cosa, las vistas del lago sí merecen la pena. En los días claros se distinguen las montañas en el horizonte, una estampa que aún me sigue sorprendiendo después de diez años.




La mansión alquilada por la familia Wagner pertenecía al coronel Walter Am Rhyn, de a una familia patricia de Lucerna que la había comprado como residencia de verano en el siglo XVIII, pero sus orígenes se remontan al siglo XV por mucho que su apariencia actual sea atribuida a 1800.






Tras la marcha del compositor, el lugar permanecería cerrado durante largos periodos hasta que fue adquirida en 1931 por la ciudad de Lucerna junto con el parque de 30 000 m², con la intención de abrirla al público, algo que sucedería un par de años más tarde. Actualmente podemos disfrutar de una estupenda colección de unos 1600 objetos en la planta baja de la residencia.








El museo cierra en invierno, o puede que os pille un poco a trasmano, pero podemos admirar su colección en Internet. Hay fotografías, manuscritos, y pinturas distribuidas en cinco habitaciones; también prendas de vestir y mobiliario pertenecientes a la familia, así como el famoso busto de Wagner, en bronce fundido, de Fritz Schaper. También hay un Erard grand piano, que data de 1858.








Durante esos años, la familia recibió la visita de algunos personajes ilustres como Franz Liszt, Friedrich Nietzsche o el rey Luis II de Baviera.





En 1870, Richard Wagner compuso una serenata en honor del 33 cumpleaños de su esposa, con la que se había casado ese mismo año. La "Tribschener Idyll" (el Idilio de Sigfrido), fue tocada por primera vez en las escaleras de la residencia.




En palabras del propio compositor, “Dondequiera que dirijo mi mirada, estoy rodeado por un mundo mágico aquí; No conozco otro hogar en la tierra más hermoso, de hecho, ninguno más cómodo que este”.

4 comentarios:

Senior Citizen dijo...

Tuvo buen gusto el señor Wagner al elegir esa casa y ese sitio... No se como pudo irse de ahí.

unjubilado dijo...

Como siempre viajo contigo sin costarme un euro, cosa que agradezco, no precisamente por la gratuidad, mas bien por la idea de viajar y moverme un poco aunque sea virtualmente, ya que ello me lleva a visitar con google map algo de lo que nos has contado.

Una mirada... dijo...

No me extraña que Wagner considerara ese entorno "un lugar mágico", porque se ve que el paisaje lo es. Un lugar privilegiado, sin duda, cuya idea de transformar en museo es excelente en una Lucerna que rezuma cultura por todos los frentes.

Tawaki dijo...

Senior Citizen, imagino que no podía pagar el alquiler ya que tuvo deudas durante buena parte de su vida, y Suiza no se caracteriza por ser barata, ni siquiera entonces.

Un jubilado, esa es la idea con mis blogs, mostrar sitios que me gustan y que me quedan más cerca al vivir en Suiza. Me alegro mucho de que te sirvan para conocer el mundo sin coste y sin cansancio.

Una mirada, el Lago de los cuatro cantones es un lugar precioso en el que además suele brillar el sol, y Lucerna se caracteriza por una vida cultural que engrandece una ciudad relativamente pequeña. No sé cuántas veces he recorrido ese lago, pero no me cansa nunca.

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.