jueves, 3 de agosto de 2023

La familia Piccard

Poco después de mudarme a Suiza a mediados de 2013, me recomendaron que visitara el Museo del Transporte en Lucerna, pero no fue hasta 2019 que fui por allí. Del museo en sí ya os hablaré más adelante, porque hoy quiero centrarme en en el mesoscafo PX-8 August Piccard, construido por Jacques Piccard con motivo de la Exposición Nacional Suiza de 1964, en Lausana. El primer submarino de pasajeros del mundo, sería el encargado de llevar a 33.000 personas al fondo del lago Leman. Más tarde, el sumergible sería usado en numerosos proyectos de investigación a lo largo y ancho del Globo.





Con una capacidad para 40 personas, alcanza una velocidad de 5 nudos y una profundidad de hasta 800 metros. Su propósito era servir como submarino turístico. Mide 28 metros de largo y pesa 160 toneladas. El interior se puede visitar a determinadas horas, y yo decidí seguir disfrutando del museo para hacer tiempo. Os pongo fotos de los textos porque me ayudan con las explicaciones que os doy.





Uno o dos años más tarde, escuchaba un podcast mientras caminaba por Zug en tiempos de la pandemia. Era en Historia de Emergencia y trataba sobre esta curiosa familia. Desde entonces he querido dedicarles una entrada, pero el tema es tan vasto que no sabía cómo enfocarlo. Alguna de las fotos son de otras imágenes cuya autoría no me corresponde.





August Piccard, el padre del constructor del mesoscafo, fue un inventor y explorador suizo nacido en Basilea a finales del siglo XIX además de profesor de física en las universidades de Zúrich y Bruselas. Se le conoce principalmente por haber ascendido junto con su mujer y un asistente llamado Paul Kipker, a la estratosfera en una cápsula presurizada que colgaba de un globo. Era 1931 y alcanzaron 15.971 metros de altura. Un año más tarde, repitió el experimento, en esta ocasión acompañado por Max Cosyns, alcanzando los 16.200 metros.





En 1937 presentó otro de sus inventos, un batiscafo, con el que descendió 3.150 metros cerca de Cabo Verde, en 1953, pero correspondería a su hijo Jacques, explorador, ingeniero y oceanógrafo, el honor de descender a la fosa de las Marianas, concretamente al Abismo Challenger. Lo logró junto al teniente de la marina estadounidense Donald Walsh en 1960, utilizando el batiscafo Trieste. Las mediciones fueron corregidas en 1995, mostrando un descenso hasta los 10.911 metros. Tardaron cinco horas en bajar y los dos hombres estuvieron cerca de veinte minutos en el lecho oceánico. La subida, más corta, demoró tres horas y cuarto. Jacques Piccard construyó cuatro submarinos: el Auguste Piccard, el Ben Franklin, el F-A Forel y el PX-44. (Wikipedia).




Por su parte, el nieto, llamado Bertrand, circunvoló junto con el piloto británico Brian Jones la Tierra en 1999, usando un globo aerostático sin escalas, batiendo el récord de permanencia en el aire. En la actualidad es el director del proyecto Solar Impulse, ahora denominado Skydweller. Pero la familia da para mucho más; aquí os he presentado únicamente a los personajes más influyentes, resumiendo su fascinante historia al máximo para no alargar demasiado la entrada.

Suelo escribir mis entradas incluso con años de antelación, y ésta ya tenía fecha mucho antes de los tristes sucesos de los que hemos sido testigos hace unas semanas.

8 comentarios:

Senior Citizen dijo...

Menuda familia... Y con la suerte de poder contarlo.

unjubilado dijo...

¡Cómo, me gustaría verlo! Por fuera y por dentro y si me dejaran ver las máquinas y sus controles mucho mejor, por supuesto la cabina de pilotaje del submarino con alguien que me explicara para que es cada cosa, lo de sumergirme en él... bueno, teniendo presente el sumergible Titan, que implotó al tratar de ver los restos del Titanic, me lo pensaría.

lola dijo...

Hola Javier
Siempre he tenido un poco de claustrofobia, y aunque todo lo que cuentas es muy interesante, no me meto en un submarino ni loca y más teniendo tan fresco el accidente sucedido hace poco. Otra cosa es verlo en tierra.
Un abrazo.

Tawaki dijo...

Senior Citizen y que lo digas. Por falta de riesgos no será, pero me da la impresión de que sabían lo que hacían.

Un jubilado, a nosotros nos dejaron entrar, pero las explicaciones fueron parcas en lo referente a su funcionamiento. Imagino que eso lo dejan para los frikis como tú. Ya sabes, busca un viajecito que incluya Lucerna, y te pasas a verlo. Lo del Titán es de cárcel. No comprendo cómo alguien puede meterse ahí sin unas condiciones mínimas de seguridad.

Lola, ya imagino. Y eso que por dentro es bastante grande. Además, los paseos por el lago eran a relativamente poca profundidad, pero te comprendo. Verlo en tierra es mucho más seguro, je,je.

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.

Silvia E.Duraczek dijo...

Hola Javier! Interesantes personajes y máquinas...muy interesante conocerlas en tierra, no me sumerjo ni asi me paguen...Pero esta nave se la ve muy segura y bien armadas, pero dejenme en tierra nomas!
Abrazo
P/D en mi blog hice la entrada prometida, espero continuar que temas hay y muchos.

Tawaki dijo...

Silvia E. Duraczek, un poco de aventura no viene mal, siempre que se haga con prudencia, claro está. Ya pasé por tu blog. Me alegro de que te gustara tanto la exposición. Un abrazo.

RosaMaría dijo...

Qué maravilla poder verlo personalmente, es casi como si hubiera estado allí. Como siempre me entero de cosas impensadas por mí. Me encanta la maquinaria y más el pensar en esas mentes maravillosas para poder diseñarlas, usarlas, disfrutarlas y compartirlas. Una información completa y valiosa. Gracias. Abrazo cariñoso

Tawaki dijo...

Rosa María, a mí también me interesan todos estos aparatos que están ligados a inventos y exploraciones. Solo por esto ya merece la pena la visita a un museo que nos ofrece cantidad de artefactos. Un abrazo.