Las fotos en blanco y negro no son mías y están sacadas de este par de páginas, 1 y 2 . Nos retrotraemos a la Semana Santa de 2022, cuando recién salidos de la Pandemia, visito Núremberg con un amigo.
El Campo Zepelín, como se lo conoce en español, era el terreno de pruebas para los dirigibles inventados y diseñados el conde Ferdinand von Zeppelin, del cual toma el nombre. Ocupa un área de 312 por 285 metros, más grande que doce campos de fútbol, y se encuentra en las afueras de la ciudad alemana de Núremberg, junto al lago Dutzendteich. En su momento, tenía una capacidad para 200.000 personas.
Era aquí donde medio millón de nacionalsocialistas se reunían cada año durante una semana a partir de 1933. Se organizaban masivos desfiles frente a Adolf Hitler que seguro habéis visto en alguna película.
En los años veinte del siglo pasado era un gigantesco parque en el que se practicaban deportes. En 1933 y 1934, las gradas de madera fueron sustituidas por otras de piedra, construidas por el arquitecto Albert Spear, quien tomó como modelo el Altar de Pérgamo. Asimismo, entre 1935 y 1937, se construyeron 34 torres distribuidas de forma regular, todo ellos en cemento y ladrillo, recubiertos con piedra caliza de Shelly.
152 focos antiaéreos, orientados hacia el cielo en intervalos de 12 metros simulaban una catedral de luz que funcionó entre 1934 y 1938.
El complejo sobrevivió a la Segunda Guerra mundial sin sufrir demasiados daños y el 22 de abril de 1945 el ejército estadounidense organizó un gran desfile, tras el cual se voló la esvástica que coronaba el edificio principal. Fue todo un símbolo del final del nacionalsocialismo.
Posteriormente, en 1967. La ciudad de Núremberg, demolió la columnata por motivos de seguridad. Algunos años más tarde, se rebajaría la altura de las torres laterales a la mitad.
No encontramos demasiada información en la oficina de turismo, y parece que los alemanes quieran olvidar este momento vergonzoso de su pasado, pero lo cierto es que sí hay mucha disponible para quien quiera buscarla. Al igual que comenté en la entrada dedicada a la Sala 600 y los Juicios de Núremberg, los alemanes no se esconden y son capaces de ejercer la autocrítica.
9 comentarios:
Efectivamente hay mucha información y diversidad de opiniones sobre el tema, desde que es histórico pero nada bonito, hasta un derroche de fantasía e imaginación que en la actualidad pese a ser gratuito, no sirve para nada... y sin embargo, los dirigibles vuelven a empezar a estar en boca de mucha gente y si no que se lo digan a Lazzarini Design Studio que es el fabricante del "Colossea, un superyate de lujo con dirigible incorporado", con vídeo incorporado para hacerse una idea mejor.
Es impresionantemente... feo. Y no lo digo porque sea un rastro del nazismo sino porque esas megaconstrucciones montadas como símbolo de poderío carecen del mínimo gusto estético en aras de la inmensidad. Pienso en esos focos encendidos que en la foto parecen un enrejado e imagino cómo tenían que verse a unos metros y no digamos ya la impresión que causarían vistos desde las alturas.
Yo creo que no pasaría nada si un día los alemanes se decidieran a derribar esto. No creo que nadie protestara.
Hola, Javier.
Regreso poco a poco por estos lares, que son mucho más amables que los sitios en donde he estado últimamente.
Interesante, como siempre, lo que cuentas. La verdad es que el edificio es un poco feo y teniendo en cuenta lo que significó en un tiempo, más feo aún, pienso como Senior Citizen que deberían derruirlo y construir algo más bonito y que sirva para disfrute de la población en general.
Un abrazo.
Un jubilado, no soy ningún experto, pero no veo mucho futuro en los dirigibles. Imagino que siguen siendo demasiado inseguros. En la fealdad del conjunto de edificios es fácil ponerse de acuerdo. Más adelante opino más sobre el tema.
Una mirada, ¡por fin estamos de acuerdo en algo! ja,ja,ja. Nunca es tarde si la dicha es buena. Es más que feo, horroroso. Pero es que todos estos edificios tan grandes, tan melomaniacos solían serlo dejando a un lado su función.
Senior Citizen, Lola, permitidme que me refiera a las dos. En la fealdad estamos de acuerdo. Aunque ahora está mutilado, tampoco creo que en su momento fuera bonito. Actualmente tiene utilidad como circuito de carreras. En cuanto a lo de derribarlo, hay opiniones encontradas. Yo creo que en España somos muy dados a destruir, mientras que en otros lugares prefieren preservar su historia, aunque les dé vergüenza, como es el caso. Yo creo que sirve como recordatorio para las nuevas generaciones de algo que nunca debería repetirse y prefiero conservarlo.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Jajaja, cualquier día volveremos a las andadas de la confrontación.
Una mirada, no sufras, es cuestión de tiempo ;)
Hola Javier! Qué lugar más tétrico. Por su construcción, por su historia, el solo recordar esas películas que nombras con esas multitudes eriza la piel. Muy de acuerdo con otro comentario anterior. Derrumbarlo por completo y hacer otra cosa, no sé. Me quedó una sensación fea al verlo.
Silvia E. Duraczek, os entiendo a los que queréis destruirlo, pero yo prefiero que quede como testigo de una parte de nuestra historia que no debería repetirse. Tendemos a olvidar el pasado con demasiada falicidad. Un abrazo.
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