La imagen muestra los continentes de forma bien distinta a como estamos acostumbrados a verlos, al menos aquí en Europa. Fíjense en que los nombres se leen sin dar la vuelta a la fotografía.
Ya había caído en mis manos algún mapa estadounidense, con América en el centro, pero la idea de intercambiar la representación habitual de los polos es relativamente nueva para mí.
La Tierra es un planeta que se desplaza, sin que nadie pueda demostrar dónde está el norte ni el sur, ni determinar lo que es arriba ni abajo. Vean si no, la imagen que se tomó desde el Apolo 17, con la Antártida en la parte de arriba.
Hasta ahora, en Europa Occidental nos hemos basado en convenciones que datan de muy antiguo – concretamente en los mapas que aparecen en la obra de Tolomeo, matemático, astrónomo y geógrafo griego nacido en el 90 d.C. – pero parece que algunos quieren cuestionar esas ideas.
No es nada nuevo. En la Biblioteca Nacional de París podemos encontrar el siguiente mapa, hecho por Nicolas Desliens en 1566.
Otras veces es mejor dejarlas como estaban. Así a primera vista, y sin querer arrimar el ascua a mi sardina, me parece que nuestros mapas europeos tienen más lógica. Después de todo vivimos sobre la tierra y no sobre el agua; y si quisiéramos dar preponderancia a los países más habitados tendríamos que poner el este de Asia en el centro, pero con el polo norte hacia arriba.
Me gustaría saber qué piensan nuestros amigos del hemisferio sur.