Telesillas en Stoos

Después de haber pasado el sábado caminando solo por el Titlis, a la excursión del domingo nos hemos apuntado unos cuantos y necesitamos dos coches.

Tampoco vamos a conducir mucho, ya que el pueblo al que vamos está en un lago vecino al nuestro. La carretera asciende con unas pendientes de vértigo y enseguida llegamos al aparcamiento desde donde se toma el funicular.

Como no hemos madrugado, la cola es larga y tenemos que esperar bastante tiempo. La verdad es que no sé cómo se las apañan en invierno, cuando se supone que la gente sube a esquiar. Claro que con el día que hace, la opción del paseo no es nada desdeñable.

Tomamos primero el telesilla que nos lleva hasta los miradores de Fronalpstock sobre los lagos.

La vista es grandiosa. Vemos Schwyz abajo a la derecha, Lucerna al fondo y el lago de Zug, el que está cubierto de nubes, arriba a la derecha. Muchos han aprovechado para salir a navegar.    

La temperatura es perfecta, la visibilidad también.

Nos cuesta encontrar mesa en el restaurante, comemos algo rápido y seguimos camino.    

Damos la espalda a los lagos y vemos este otro panorama.

Descendemos.

Toca caminar un poco hasta alcanzar el otro telesilla, que nos llevará hasta la cumbre de Klingenstock.

Aquí la montaña está cortada a pico y el precipicio es impresionante No se aprecia bien en las fotos, pero estamos sobre la misma cresta y no es un lugar apto para los que sufran de vértigo. La estación del telesilla está al mismo borde.

Apenas disponemos de unos minutos, porque enseguida nos avisan de que cierran el telesilla y debemos bajar.    

Se respira tranquilidad, no hay gritos, carreras, ni ladridos. Todos disfrutamos de la montaña sin molestar a los demás. Antes de tomar el teleférico de vuelta  vemos esta pequeña iglesia.    

Nos detenemos en Schwyz para echar un vistazo antes de volver a casa, pero eso lo dejamos para otra entrada.