domingo, 23 de agosto de 2020

Museo Calouste Gulbenkian en Lisboa

He rescatado dos libros, un catálogo y una biografía de esos que andaban escondidos por un estante, nunca leídos hasta ahora, jamás olvidados, porque hace mucho que quería hacer esta entrada sobre el magnífico museo lisboeta del título.



Lo he visitado dos veces, y volvería mañana mismo si tuviera ocasión. No en vano, es el hogar de una espléndida colección de obras de arte, fruto del afán coleccionista de Calouste Sarkis Gulbenkian (1869 – 1955).




Este financiero armenio, solitario y celoso de su intimidad, descendía de una ilustre familia cuyos orígenes se remontan al siglo IV pero que labró su éxito en tiempos del imperio Otomano, cuando los armenios desempeñaron un papel decisivo en la creación de redes comerciales. Nació en Turquía, pero se educó en la Inglaterra victoriana.




El libro nos describe brevemente sus negocios en lo que entonces era un mercado emergente, el del petróleo, pero también sus andanzas en diversas ciudades europeas como Londres y París, y su labor como mecenas a lo largo del mundo.




Siempre quiso reunir toda su colección bajo un mismo techo, primero en París, meditando luego llevarla a los Estados Unidos, pero determinados acontecimientos tras la Segunda Guerra Mundial le llevaron a Lisboa, ciudad en la que pasaría sus últimos trece años de vida.




La capital portuguesa, con su clima suave, la seguridad y hospitalidad por todos conocidas y un ambiente favorable a la creación de fundaciones y museos, le proporcionó ese lugar en el que pasar desapercibido al tiempo que el país se beneficiaba del museo. Siempre he pensado que los portugueses son muy listos.




En 1959 se lanzó un concurso público para la construcción del edificio, que sería inaugurado el 2 de octubre de 1969. Es obra de los arquitectos Alberto Pessoa, Pedro Cid y Ruy Athouguia, mientras que el museo sería concebido por María José Mendoça y dirigido por María Teresa Gomes Ferreira.




Alberga una colección de arte excepcional, con multiplicidad de objetos que no fueron coleccionados en función de unos autores o unas épocas, sino respondiendo más a los gustos personales del financiero. Encontramos aquí objetos del antiguo Egipto, porcelanas chinas, lacas japonesas, monedas, tapices, sedas, cerámica, libros miniados, esculturas, etc. La pintura abarca desde los primitivos flamencos a los impresionistas, sin obviar obras de Van Dyck, Rembrandt o Rubens, entre muchos otros.





Pensaba poner una descripción a los objetos que os muestro, pero la entrada es ya demasiado larga, así que las he añadido, salvo excepciones que no logrado reconocer, a las fotos. Espero que seáis indulgentes, porque las hice con un móvil hace ya varios años.




En la actualidad, la Fundación emplea a unas 500 personas, y tiene fuera de Portugal una delegación en Londres y un Centro Cultural en París. Además de con la belleza de esta colección, me quedo con el consejo que le dio a su nieto, que prologa el libro escrito por Astrig Tchamkerten: Repliez-vous sur vous même.

9 comentarios:

Ligia dijo...

Sería maravilloso poder contemplarlo en persona. Cada una de las obras de arte que nos muestras, me parece excepcional. Abrazos

Contadora de Libros. dijo...

¡Qué maravilla! Y qué suerte la tuya de haber podido disfrutar del Museo en persona.
No lo conocía pero me ha encantado. He ido incluso a buscar más información en internet.
Más de 6.000 piezas!! Auténticas obras de arte junto a la Historia, antigüedad y gustos particulares de este hombre tan interesante. Me apunto el libro, creo que me podría gustar mucho.
Gracias por toda esta información y las múltiples fotos que acompañas, ha sido genial.
Un beso.

Senior Citizen dijo...

Siempre me han gustado los museos que proceden de colecciones particulares, porque son muy variados. Como el Lázaro Galdiano de Madrid, sin ir más lejos.

Jenofonte dijo...

Parece imposible que existan esos museos, como imposible es también visitarlos...

Una mirada... dijo...

No conocía ese museo pero vaya colección ecléctica para pasear la vista y apreciar los gustos personales de quien atesoró tanto arte.

RosaMaría dijo...

Fui varias veces a Portugal y me perdí de ver este maravilloso museo. Qué buenas fotos! Arte puro y buen gusto de Sarkis Gulbenkian, también dinero muy bien invertido. Todo me pareció exquisito y refinado. Gracias maestro, esas fotos con móvil estupendas. Abrazo hasta la próxima

Alí Reyes dijo...

Ajá...te quedas con el consejo que el mecenas le dió a su nieto...¡Pero no nos los dices a nosotros!

Tawaki dijo...

Ligia, qué bueno volver a verte por aquí. A lo mejor puedes hacer una visita virtual.

Contadora de Libros, el primero es el catálogo, y el segundo, que también compré en el museo, alaba al personaje, pero también cuenta cosas interesantes. Ya sabes que me fascinan este tipo de colecciones donde cada pieza es de su padre y de su madre. Es una visita obligada en Lisboa.

Senior Citizen, vergüenza me da reconocer que no estuve en el Lázaro Galdiano. Cerraron por obras varios años, luego me vine a Suiza... Pero es de lo primero que voy a visitar cuando regrese a Madrid.

Jenofonte, por eso os los traigo a través del blog. Y siempre nos quedan las visitas virtuales hasta que podamos ir.

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.

Tawaki dijo...

Una Mirada, me lo descubrieron después de haber estado muchas veces en Lisboa y te garantizo que es muy recomendable, no solo por la cantidad y variedad de las piezas, sino por el valor de la mayoría de ellas.

Rosa MAría, a veces te encuentras con alguien que sabe dar buen uso al dinero. Me alegro que te haya gustado y espero que puedas ver más por Internet.

Alí Reyes, el consejo es la última frase, lo que pasa es que está en francés. Viene a decir que cada uno tiene que responder ante sí de sus acciones.

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.