Rana flecha verde y negra (Dendrobates auratus)
Los primeros terrarios que encontramos en el Tropiquarium de Servion, un lugar del que os hablaré pronto, están dedicados a varias especies de ranas venenosas. Su tamaño es pequeño, pero esos colores tan intensos nos advierten del peligro que corren aquellos imprudentes que deseen comérselas. No es mi caso, ya que me conformo con fotografiarlas, labor que sería más sencilla sin tanto reflejo.
Esta rana en concreto habita los bosques de Centroamérica, desde el sur de Nicaragua hasta el noroeste de Colombia. Las hembras miden hasta 4,2 cm; los machos un poco menos. Son de hábitos diurnos y se alimentan de insectos en ambientes que rondan el 80-90% de humedad.
El veneno lo extraen de pequeños escarabajos y hormigas muy venenosas, pero en cautividad, con otro tipo de alimentación, se vuelven totalmente inofensivas.
Las hembras se pelean por los machos y depositan los huevos en la hojarasca, siendo ellos los encargados de cuidarlos. Son animales territoriales, fundamentalmente terrestres, aunque a veces ascienden varias decenas de metros para depositar sus renacuajos en el agua acumulada, bien sea en bromelias, bien en los huecos de los árboles.
En estado salvaje su número ha descendido mucho, aunque sigue estando calificada como de protección menor.
Rana flecha tintada (Dendrobates tinctorius)
Esta rana, también venenosa, la encontramos en Venezuela, Surinam, Guyana, Guayana Francesa y el norte de Brasil. Habita en selvas tropicales primarias, por debajo de los 600 metros de altitud.
Su piel contiene alcaloides venenosos capaces de causar entumecimiento muscular y problemas cardiorrespiratorios en humanos. Miden entre 37 y 53 mm de longitud y su patrón de coloración es muy variable. Lejos de querer pasar desapercibida, su propósito es dejar bien claro que no es un bocado agradable de tragar.
Los machos tienen almohadillas digitales más grandes, lo que les ayuda a escalar los árboles.
Se reproduce durante la estación lluviosa, depositando entre 3 y 14 huevos en la hojarasca que tardan entre 14 y 28 días en eclosionar. Después, a los renacuajos les lleva entre 90 y 120 días llegar a convertirse en ranas jóvenes que no serán adultas hasta que pase un año y medio más.
Se conocen más de treinta variantes de esta especie.
4 comentarios:
¿Como transmiten el veneno si lo llevan en la piel? ¿Solo cuando se las toca?
Me han gustado mucho las fotos y la completa explicación y me ha recordado mis tiempos juveniles.
En el pueblo de mi padre, los barrancos siempre tenían un agua limpia y transparente cosa que ahora ya no ocurre, cuando te acercabas al agua, saltaban varias ranas y se escondían debajo de las piedras grandes , yo me metía en el agua e introduciendo una mano debajo de la piedra en cuestión cogía la rana. Eso lo hice hasta que en una ocasión noté algo raro al tratar de coger la rana saqué la mano y me encuentro una pequeña culebra enroscada en mi mano, la agité con fuerza hasta que se soltó, nunca más volví a coger ninguna.
Parece que un/una artista se hubiera dedicado a decorarles la piel. Es increíble cómo la Naturaleza protege a los suyos a la vez que advierte del peligro que puede suponer acercarse a los animales más coloridos.
Senior Citizen, basta con tocarlas, aunque su propósito es evitar que se las coman, algo en lo que no siempre tienen éxito. Lo contaré en una segunda entrada. Sólo Dios sabe cuándo.
Un jubilado, es verdad, que tú estuviste por allí cerca, creo recordar, aunque creo que te refieres a cuando tenías menos años. ¡Menudo susto debiste llevarte!
Una mirada, y que lo digas. Además, es un artista al que le gustan los colores vivos e intensos. Lo de la Naturaleza es fascinante, cuanto más aprendo, más me sorprendo.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
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